LA PURÍSIMA

Puente de 'pixapins' obedientes

Los barceloneses que se han marchado de la capital catalana se quedan en su segunda residencia y evitan hacer vida en los municipios en los que pasan estos días

El mercado de La Seu d'Urgell, este sábado, con visitantes básicamente locales

El mercado de La Seu d'Urgell, este sábado, con visitantes básicamente locales / ORIOL LARA

Oriol Lara

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La invitación del Govern a que todo el mundo se quedara en su municipio en estos días no sirvió para evitar que el jueves pasado miles de vehículos salieran de Barcelona para pasar el puente de la Purísima lejos de casa. Pese a ello, el sector de la hostelería y la restauración no ha notado un incremento en las reservas de los hoteles ni una actividad fuera de lo normal en el segundo día de este largo puente. Los denominados 'pixapins' han ido a sus segundas residencias, pero parece que han sido obedientes con lo de no salir de sus municipios.

Poca actividad había este sábado en La Seu d'Urgell pese a ser día de mercado. Con la llegada del frío la gente ha preferido quedarse en sus casas y no ha habido ni rastro de los turistas barceloneses. El presidente de la Asociación de Hostaleria del Alt Urgell, Miquel Àngel Sánchez, ha lamentado la oportunidad perdida: “A nivel de planta hotelera no hay nada de nada y tenemos una actividad por debajo del 10%”. Los motivos por los que justifica estas cifras es que “sin movilidad no hay ocupación hotelera” y que “a Andorra tampoco se puede ir” debido a las medidas implantadas por la Generalitat de Catalunya. La frustración de los restauradores se une a la de los comerciantes que también ven poco movimiento por la zona. Rafael Zamorano, que tiene un puesto de ropa en el mercado de La Seu d’Urgell, comenta que ha habido poca faena, “tan solo algunas ventas”. Además, como Miquel Àngel, no ha visto gente “ni de Barcelona, ni de Andorra”. 

Una de las carreteras del entorno de La Seu d'Urgell, desierta, este sábado.

Poca actividad en una de las carreteras cercanas a La Seu d'Urgell / Oriol Lara

El mismo paisaje han tenido en la Costa Daurada y en les Terres de l’Ebre, donde también han tenido una mañana tranquila y con pocos visitantes más allá de los locales. Algunos de los alcaldes de los municipios de la zona, como los de Torredembarra, Prades o Sant Carles de la Ràpita, han afirmado que no ha habido un desplazamiento masivo de personas hacia sus regiones. La concejala del Vendrell Mari Luz Ramírez ha explicado que no se ha notado "un aumento especial este fin de semana respecto a los anteriores”. Los Mossos d’Esquadra han instalado un control en una de las salidas de esta localidad y, a pesar de que han parado a varios coches, no han sancionado a ninguno porque iban al centro a realizar compras. 

Poca actividad

Pese a que hay gente en las segundas residencias de la Cerdanya, su presencia no se ha traducido en un mayor impacto de consumo en los locales de restauración de la zona. La presidenta de la Asociación de Bares y Restaurantes de la Cerdanya, Nati Bover, se mostraba cautelosa el viernes en declaraciones a la ACN: “La pena de todo esto es no tener la certeza de que estas personas que han subido vayan a ser consumidores”. En los fines de semana anteriores también han visto movimiento, pero “la gente opta por quedarse en casa”. En el restaurante de la Fonda de Cal Fuxet, ubicado en Aransa, el cocinero Àlex Merino suscribe las palabras de Bover. Sobre el servicio del sábado al mediodía comenta que “había más gente de la zona que de Barcelona”. “Los clientes que vienen son conocidos, y si se añade alguien más es porque estaba por la zona, no tenía reserva y ha aparecido por casualidad”. 

Otro de los destinos turísticos favoritos de los barceloneses aficionados al golf y a la naturaleza es Aravell, un pequeño pueblo de 176 habitantes, cercano a La Seu d'Urgell, donde este sábado por las calles tampoco había mucha actividad. La directora del campo de golf, Beatriz Cantero, ha asegurado que no han tenido más clientes al margen de los residentes y habituales. Con todo, ha explicado que “viene más gente de fuera entre semana que los fines de semana debido al confinamiento perimetral”. 

La carretera dirección Andorra, vacía

La nueva normalidad y el confinamiento de fin de semana han provocado también que se vean imágenes inéditas en las carreteras catalanas, especialmente en la N-145 en dirección a Andorra, que a las 12 del mediodía del sábado estaba casi vacía y con coches pasando en cuentagotas. El año pasado a la misma hora y en las mismas fechas había colas kilométricas, desde la frontera hasta más abajo de La Seu d'Urgell. Otra de las consecuencias de la ausencia de automóviles por la zona es el retraso de la apertura de las estaciones de esquí tanto del Pirineo catalán como las de Andorra.