ENTREVISTA

Roser Brutau: "Los alimentos son un bien que debemos cuidar"

"Hay un porcentaje de la población que con la pandemia ha pasado de ser donante a receptor de comida", afirma la presidenta de la Federació Catalana de Bancs dels Aliments

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MONTSERRAT BALDOMÀ

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En plena vorágine del Gran Recapte 2020, la presidenta de la Federació Catalana de Banc dels Aliments, Roser Brutau, apela a la solidaridad ciudadana. Si el 2020 ha sido duro, el 2021 no pinta, al menos en sus primeros meses, mejor. La recaudación sigue a buen ritmo, gracias a particulares, que pueden seguir haciendo donaciones hasta el 16 de diciembre a través de la web  www.granrecapteonline.com, y a empresas e instituciones, como Fundación «La Caixa», que ha realizado una aportación de 300.000 euros.

-Un año difícil 2020, ¿el peor que recuerda?

-Sí, desde luego. La crisis del 2008 fue dura, pero nada que ver con la de ahora.

-¿En cuánto se ha incrementado la demanda de alimentos desde que empezó la pandemia? 

-Desde marzo, con una progresión tremenda, exponencial, en un 40%. El año pasado repartimos 19.500 toneladas de alimentos. Y este año, durante los meses de pandemia y gracias a las aportaciones de ciudadanos y empresas, hemos comprado alimentos por valor de 1,5 millones de euros. A final de año llegaremos, seguro, a las 30.000 toneladas. Una barbaridad.

-¿Su previsión para el 2021?

-La recuperación del empleo costará y eso es lo que nos preocupa más, porque arrastrará una pobreza que, esperemos, no se cronifique.

-¿Ve riesgo de cronificación? 

-Quiero pensar que no. Si nos creemos las previsiones económicas, pasaremos unos meses duros en el 2021, especialmente, los primeros, pero a medida que avance el año la situación mejorará. Todos sabemos que después de una guerra o de una crisis, la fuerza interior de la población ayuda a que las cosas se reactiven mejor que dentro de una inercia de bienestar.

-Quizá ahora hay beneficiarios que hace un año eran donantes. 

-Tristemente, sí. Nos lo comentan las entidades con las que trabajamos y que son las encargadas del reparto de alimentos. Hay un porcentaje de la población que ha pasado de ser donante a ser receptor.

-Con las donaciones del Gran Recapte 2020, ¿qué parte del año podrán cubrir? 

-Este diciembre y enero y febrero del 2021, que serán duros.

-Y el resto del año ¿cómo se las apañan? 

Con los excedentes alimentarios. Nuestros pilares fundamentales son la sostenibilidad y la solidaridad. Y la sostenibilidad viene de la recuperación de excedentes de la industria alimentaria para distribuirlo a las entidades. Con eso recuperamos unos productos que, de otra manera, irían a la destrucción. Esa es nuestra razón de ser, no la compra de alimentos. Pero ahora, recuperando no damos abasto y ya hace algunos años que hemos tenido que empezar a comprar. Las 10.000 toneladas que recuperamos no cubren todas las peticiones. Hace 30 años, cuando nació el Banc dels Aliments, no teníamos 250.000 beneficiarios en Catalunya que necesitaran alimentos como ahora. Nadie se muere de hambre, pero sí necesitan que les proporcionemos alimentos porque si algo tienen es para pagar la luz o la vivienda. O quizá no tienen nada, como los sintecho, los manteros, los que recogen chatarra o los autónomos, que están pasando un calvario.

-Cuando acabe el 2020 se habrán desperdiciado en España 3.000 millones de euros en comida. ¿Qué le dice esta realidad?

Que tenemos que luchar más contra el despilfarro alimentario, enseñar a no desperdiciar. Es importante que la gente sepa cuidar los alimentos, comprarlos y consumirlos con cabeza. Y también nos dice que la industria tiene que producir y poner en el mercado lo que se necesita, no ahogarnos con una oferta tremenda de productos. Tenemos que tener mucho cuidado con los alimentos. Son un bien cuya producción cansa al planeta. Con los recursos que tenemos comería todo el mundo.

-Un deseo para el 2021

-Uno realista, que no aumente el número de personas atendidas.

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