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Europa planea una Navidad en casa y sin festejos callejeros

Manifestación en Berlín contra las restricciones impuestas por el Gobierno contra el covid-19.

Manifestación en Berlín contra las restricciones impuestas por el Gobierno contra el covid-19. / periodico

El Periódico

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Europa empieza a preparar las fiestas de Navidad del coronavirus. Con más o menos prevenciones, todos los países mantendrán algunas restricciones de cara a estas jornadas eminentemente familiares. La mayoría de gobiernos ya han anunciado que quedan anuladas las tradicionales celebraciones callejeras de Nochevieja. Algunos, sin embargo, están pendientes de la situación epidemiológica para decidirse (como Italia y Portugal). Otros, como Alemania, han endurecido las medidas y desaconsejan incluso la apertura de las estaciones de esquí. 

Una tregua de cinco días en el Reino Unido

La 'burbuja' de Navidad durará cinco días en el Reino Unido. Una tregua entre el 23 y el 27 de diciembre durante la cual estará permitido viajar y desplazarse por el país, sometido actualmente a severas restricciones. Las reuniones familiares se reducirán a miembros de tres domicilios diferentes, sin límite en el número de personas, excepto en Escocia donde el máximo aceptado es de  8 personas mayores de 11 años. Será posible encontrarse con gente de otros hogares, al aire libre. Las reglas fueron adoptadas por consenso entre el gobierno británico y las administraciones autónomas de Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

Después del periodo designado se volverá a las restricciones que rijan en cada zona y región. Eso implicará graves limitaciones en las celebraciones de Nochevieja y Año Nuevo, con todos los actos callejeros suprimidos. En Londres se han suspendido los fuegos artificiales junto al Támesis el 31 de diciembre y en Edimburgo también se ha cancelado el tradicional Hogmanay Street Party.

Las autoridades piden extremar la prudencia, mientras los científicos advierten del riesgo festivo. "Toda relajación de las restricciones durante el periodo navideño traerá consigo, inevitablemente, un aumento de la transmisión del virus y por tanto de enfermos, hospitalizaciones y desgraciadamente muertes", subrayó Paul Hunter, profesor de medicina de la Universidad de East Anglia. Andrew Hayward, director del Instituto de Epidemiología de la Universidad College de Londres advirtió que los cinco días festivos "van a conducir a un aumento en la transmisión, hospitales desbordados y a muertes innecesarias". 

Begoña Arce

Alemania afronta las fiestas con un confinamiento 'light'

A pesar de reconocer que las restricciones sociales y económicas acordadas el pasado 28 de octubre han conseguido frenar el crecimiento exponencial de nuevas infecciones, las autoridades alemanas (gobierno federal y estados federados) insisten en que el país está lejos del objetivo fundamental: no superar la cifra de los 50 nuevos casos por 100.000 habitantes que, según las proyecciones que maneja el gobierno, asegura que los servicios sanitarios no colapsarán. 

Las autoridades piden, por tanto, "disciplina" y "paciencia" con la vista especialmente puestas en las fiestas navideñas que están a la vuelta de la esquina. La medida principal sigue siendo "reducir los contactos sociales que no sean necesarios". De momento, el confinamiento 'light' -cierre de restaurantes, gimnasios, bares y otros locales de ocio- que entró en vigor a inicios de noviembre se prolonga hasta el 20 de diciembre, y muy probablemente también lo haga hasta inicios del próximo año, como dejaron entrever este miércoles la canciller Merkel y los gobiernos regionales.

Entre el 23 de diciembre y el 1 de enero del 2021 habrá, sin embargo, una relajación de algunas restricciones que permitirá, por ejemplo, reuniones familiares de hasta 10 personas sin contar a los menores de 14 años -ahora el máximo son cino personas de dos hogares-. El gobierno alemán pide a la ciudadanía que prescinda de los viajes turísticos -con especial hincapié en turismo de nieve y esquí, que rebasa las fronteras alemanas- y que intente hacer las compras navideñas entre semana para evitar aglomeraciones en comercios y centros comerciales.

Andreu Jerez

En Francia, las celebraciones navideñas serán en familia

Macron advirtió a sus compatriotas sin rodeos: "Sin duda, no serán unas fiestas navideñas como los demás". En efecto, los pequeños comercios podrán reabrir sus puertas a partir de este sábado, una buena noticia para los comerciantes de cara a las tradicionales compras navideñas, sin embargo, cafés, bares, restaurantes y salas de fiesta permanecerán cerradas hasta, como mínimo, el próximo 20 de enero. Las celebraciones navideñas quedarán reducidas a la esfera privada. 

"Si se alcanzan los objetivos sanitarios" –5.000 contagios diarios y 3.000 pacientes en los servicios de reanimación- el confinamiento nacional será reemplazado por un nuevo toque de queda de 21.00 a 7.00 a partir del 15 de diciembre. "Por lo tanto, podremos viajar de nuevo, sin autorización, incluso entre regiones, y pasar la Navidad con nuestras familias", explicó el presidente. Las noches del 24 y el 31 de diciembre, de manera excepcional, se levantará el toque de queda para permitir a los franceses "compartir esos momentos en familia". Sin dar cifras precisas, Macron instó a "limitar al máximo el número de adultos en una misma pieza al mismo tiempo". 

Si en la esfera privada los franceses podrán reunirse sin restricciones específicas, los encuentros multitudinarios en la vía pública estarán prohibidos. Este año los Campos Elíseos recibirán la llegada del año nuevo sin su público y su champán.   

Este escenario, comunicado la noche de este martes por Macron, está sujeto a la evolución de la curva de contagios y la tensión hospitalaria. De no cumplirse sus expectativas, el confinamiento nacional podría continuar durante las fechas navideñas, un eventual cambio de planes que no fue abordado durante la alocución del mandatario. 

Irene Casado Sánchez 

Italia prepara una Navidad sin "besos, abrazos y fiestas"

Si bien el tema lleva semanas siendo objeto de acaloradas discusiones y polémicas en el país, Italia aún no tiene un plan integral de gestión de las fiestas navideñas. Un reflejo, este, de las fuertes presiones del sector económico que el Gobierno italiano continúa recibiendo para que se eviten las medidas más drásticas. Aun así, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ya ha dejado claro que no serán las Navidades de siempre en Italia. "Besos, abrazos y fiestas son impensables", dijo la semana pasada.

Más allá de los eslóganes, el objetivo del Gobierno, ha explicado Conte, es evitar a toda costa que se repita "lo ocurrido en 'ferragosto', algo que no nos podemos permitir" pues alimentaría una tercera ola. Por ello, entre las medidas que el Gobierno ha filtrado a medios locales está limitar la movilidad entre todas las regiones del país —incluyendo las con las tasas de contagio más bajas—, y organizar nuevamente los horarios de las tiendas de manera que se reduzcan las aglomeraciones.

Sin embargo, Conte ha aclarado también que no se prohibirán las reuniones de más de seis personas en las casas, porque esto no se puede hacer "en un país libre y democrático", aunque permanece la recomendación de seguir ese consejo. Mientras que, en lo que concierne a los campos de esquí, habitualmente muy concurridos en los meses invernales, la intención del Gobierno es que permanezcan cerrados durante las fiestas. Algo que ya ha suscitado fricciones con las autoridades de la fronteriza Austria, poco dispuestas a seguir el mismo camino. 

Irene Savio

Portugal quiere esperar a ver cómo evoluciona el virus

El Ejecutivo portugués descarta por ahora anticipar medidas de cara a la Navidad. La estrategia del primer ministro, António Costa, es esperar a la evolución de las restricciones aplicadas con el estado de emergencia, en vigor hasta el próximo 8 de diciembre. Hasta ese día continuarán los toques de queda a partir de las 13.00 horas los fines de semana en los municipios con mayor incidencia, así como el cierre parcial de comercios y hostelería. El Gobierno también ha aplicado limitaciones a la movilidad entre municipios, que estarán en vigor prácticamente todos los días entre el 27 de noviembre y el 9 de diciembre.

Costa se ampara en la necesidad de renovar el estado de emergencia, el cual tiene una duración de 15 días y depende del Parlamento, para evitar pronunciarse sobre la Navidad. "Me gustaría poder tener una evaluación más estable, pero dependemos de esta condición", aseguró el primer ministro la semana pasada. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo dio por hecho que el nivel máximo de alerta será prorrogado y que afectará al periodo natalicio. "Estaría muy sorprendido si no fuera así", reconoció Costa.

Los últimos datos epidemiológicos dan un ligero respiro a las autoridades sanitarias, aunque el Gobierno se resiste a especular sobre cuál será la situación en las próximas semanas. "Todo dependerá de nuestro comportamiento", aseguró el primer ministro. El número de contagios diarios se ha reducido de forma importante en los últimos días, aunque el país sigue registrando récords de ingresos hospitalarios. 

Lucas Font

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