25-N, violencia contra las mujeres

La violencia machista que se ceba con las mascotas de las maltratadas

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Anna Rocasalva

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Durante el 2020, en España se han interpuesto 70.761 denuncias por violencia machista y han sido asesinadas 41 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, según los últimos datos del Ministerio de Igualdad. Se trata de unas cifras inferiores a las de años anteriores, no porque la sociedad haya adquirido más conciencia feminista, sino porque la pandemia ha obligado a confinar a las víctimas junto con sus agresores, invisibilizando todavía más la problemática. 

En este sentido, en los últimos años, expertos mundiales en conducta criminal han revelado una nueva variable que supone otro freno más a la hora de pedir ayuda por parte de las víctimas, y es la relación existente entre la violencia machista y el maltrato animal. 

Varios estudios recogidos por el Observatorio de Violencia Hacia los Animales señalan que alrededor de un 80% de las mujeres y del 70% de los menores maltratados que tienen mascotas refieren que los agresores han amenazado con matar (o han matado) a sus animales de compañía. Asimismo, entre el 25% y el 54% de las víctimas no son capaces de dejar una situación de violencia debido a la preocupación por los animales con los que conviven. 

Los animales que conviven en un hogar violento son utilizados como herramienta de amenaza y coacción por parte del maltratador

“En España existe una cifra negra de mujeres maltratadas que no salen de sus hogares por miedo a dejar a sus mascotas con sus maltratadores”, explica Núria Querol, profesora de Perfilación y Análisis de Conducta Criminal de la Universidad de Barcelona y representante del Col·legi de Metges en la Comisión Nacional contra la Violencia Machista. “Esto que suena anecdótico es mucho más frecuente de lo que parece, por eso es tan importante escuchar a las víctimas”, describe. “El grado de maldad es brutal. Se han dado casos aberrantes tales como obligar a la mujer a mirar mientras el agresor viola, pega o mata al animal”, denuncia.

Núria Querol es, también, la directora de VioPet, un programa español pionero en el mundo, cuyo objetivo es ayudar a las víctimas de maltrato y a sus animales a encontrar espacios seguros. VioPet es la sucursal del Safe-T, un programa marco de buenas prácticas para las casas de acogida de víctimas de violencia de género en los Estados Unidos, que también albergan a sus animales de compañía; y que nació de la preocupación de la fiscal americana Allie Phillips al observar esta problemática.

Articulado bajo el paraguas de la Dirección General de Derechos de los Animales y el Ministerio de Igualdad, España ha sido el primer país del mundo en implantar VioPet de forma oficial este 2020. Desde entonces, se ha actuado en 120 casos de alto riesgo y cuenta con una red de 1.000 casas de acogida para animales en todo el país.

Casas de acogida

En muchas ocasiones, los animales que conviven en un hogar violento son utilizados como herramienta de amenaza y coacción por parte del maltratador contra la víctima. El animal se convierte en objeto de venganza o control sobre la pareja e hijos. Por este motivo, la víctima retarda su marcha del hogar e incluso se niega a ir a casas de acogida para mujeres ya que no se permiten mascotas. 

“Hay que tener en cuenta que el animal suele ser un importante apoyo emocional para la víctima y es normal que no quiera separarse de él”, explica Querol. “Cuando se detecta un caso, activamos nuestra red de casas de acogida de animales para que la mujer pueda ir a un refugio tranquila, sin preocuparse por el estado de su animal de compañía”, continúa.

Leticia, que prefiere no publicar su apellido, es una voluntaria de VioPet que ha acogido un perro proveniente de un entorno de maltrato. “Cuando vi a Ruco se me cayó el alma a los pies. Venía sucio y desnutrido. Se nota que estuvo sometido a mucha violencia”, comenta. La voluntaria describe que el animal sufría mucho estrés, sentía pánico y se mordía a sí mismo. “Ahora está muchísimo mejor y creo que mis hijos han sido muy terapéuticos para el perro”, explica. “Sé que cuando su dueña se recupere, Ruco volverá con ella, pero la experiencia está siendo muy satisfactoria”, resume.

Policías sensibilizados

Según la directora de VioPet, el desarrollo del programa no sería posible sin una red de policías adheridos, que han recibido “formación específica y están sensibilizados” con la problemática. 

VioPet ha actuado en 120 casos de alto riesgo y cuenta con una amplia red de casas de acogida y policías adheridos

Es el caso de la agente de la Guardia Urbana de Badalona, Valeska Alvarado, muy comprometida con la causa feminista y animalista. “En mi trabajo he podido comprobar cómo el 85% de las personas denunciadas por maltrato animal también tenían otras denuncias por violencia de género o agresiones violentas”, revela. “Estos casos requieren de una investigación y seguimiento a fondo, por ello considero tan importante que toda la policía conozca el programa VioPet e implante el servicio, porque es muy efectivo”, argumenta. 

De cara al futuro, los nuevos objetivos de VioPet pasan por crear refugios para mujeres maltratadas donde puedan convivir con sus mascotas; que las órdenes de protección para las víctimas también engloben a sus animales; y que el maltratador se haga cargo de los gastos de la mascota como parte de su responsabilidad en la reparación del daño.

Testimonio de una superviviente

Marta García es una superviviente de violencia machista que ha querido prestar su testimonio a EL PERIÓDICO para ilustrar la importancia de relacionar el maltrato animal con la violencia de género. Su nombre es ficticio para preservar su seguridad. García explica que ella y su perro sufrieron malos tratos en una relación de pareja, que duró dos años y medio, en un momento en el que no había una alternativa como VioPet y valora muy positivamente que exista un programa de estas características.

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