memoria histórica

Una cantimplora de la guerra civil hallada en Teruel da pie a la búsqueda de un miliciano

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F. V.

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Una cantimplora encontrada casualmente en las sierras mineras de Teruel es el punto de partida para tratar de reconstruir la vida de Enrique Álvarez Melero, un miliciano que combatió en el frente turolense durante la guerra civil. Ese recipiente metálico lleva una inscripción con el nombre del republicano, que lo ofreció como regalo a otro soldado destinado en Transmisiones de la 30ª División del Ejército Popular Regular, tal y como rezan las inscripciones grabadas en la cantimplora.

El objetivo es encontrar a los descendientes de Álvarez Melero para hacerles entrega de esa pieza del equipamiento militar, un gesto que servirá para saber qué fue de la persona que hizo el regalo, con toda probabilidad fallecida, dado que ahora tendría más de 100 años, según publica El Periódico de Aragón, diario perteneciente al grupo Prensa Ibérica.

La investigación la lleva a cabo la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA), que ha contactado con su delegación en Aragón para tratar de arrojar luz sobre el asunto. "Han consultado nuestra base de datos en busca de información", señala Enrique Ruiz, de ARMHA. Se trata, subraya, de una tarea "complicada". Su archivo cuenta con 15.000 fichas y quedan pendientes de introducir 70.000 más con información sobre represa liados, asesinados, exiliados, torturados, condenados...

Pero las indagaciones de los memorialistas, que ahora piden ayuda por las redes sociales, han ido avanzando. Recientemente, un doctor en Historia por la Universitat de Barcelona, Gonzalo Beger, ha podido establecer, en base a sus estudios sobre los subsidios otorgados por la Generalitat a la persona designada por el miliciano, que el autor del regalo pertenecía a la CNT y formaba parte de la columna Durruti, a la que pudo incorporarse el 24 de julio de 1936.

Vecino de la Barceloneta

A través del documento del subsidio se averiguó que el miliciano no tenía mujer ni hijos y que vivía con su  hermano, su cuñada y sus sobrinos en el barrio de la Barceloneta, según el historiador. A raíz de este hallazgo se profundizó en la figura de la cuñada, Isabel Soler Deprede, que con su familia acabó exiliándose en Francia y pidiendo asilo en México, pero sin conseguirlo.

No eran sin embargo catalanes, sino madrileños que habían emigrado a Barcelona antes de la guerra. Merced a estas averiguaciones, la investigación siguió adelante y se pudo saber que la cuñada había vivido en la ciudad francesa de Nevers, donde les sorprendió la invasión de Francia por las tropas alemanas.

Isabel y su marido, Benito Álvarez, tuvieron tres hijos, pero los tres fallecieron en el país vecino entre 1998 y el 2008, por lo que ahí la pista se pierde. "Se podría encontrar información útil en los archivos militares, pero  la búsqueda es ardua", apunta Gómez, de ARMHA. Miguel Ángel Capapé, de Arico, y Javier Ruiz, de Charata, otras dos entidades memorialistas, son de la misma opinión.

"Los listados existentes en los centros de documentación, entre ellos el de Salamanca, son inmensos", indica Ruiz, a quien le parece "bien" que se utilicen las redes sociales como forma para obtener información del miliciano Álvarez Melero. Este caso, en concreto, ha sido divulgado por el digital 'Publico'.