Costa Brava y Costa Dorada se llenan de gente con segundas residencias

En algunos municipios hace semanas que el goteo de entrada de personas es constante y en otros temen visitantes de fin de semana pese a los controles

Los Mossos multarán con entre 600 y 30.000 euros a quien vaya a su segunda residencia

Los Mossos multarán con entre 600 y 30.000 euros a quien vaya a su segunda residencia / RICARD CUGAT

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Los municipios de la Costa Brava han detectado cierta afluencia de personas con segunda residencia –y también de franceses- que han llegado a las poblaciones esquivando las nuevas restricciones impuestas por el Govern.

Es el caso de municipios como Llançà o el Port de la Selva (Alt Empordà). En estas poblaciones se ha constatado en los últimos meses el goteo de personas que aprovechando el teletrabajo se han instalado en segundas residencias.

Lo han notado en empadronamientos y también en escolarizaciones. El jueves, algunos también han aprovechado para desplazarse, a pesar de que los alcaldes admiten que no ha sido una llegada "masiva". En municipios como Palafrugell o Monells (Baix Empordà), en cambio, aseguran que ha notado cierto movimiento pero muy leve.

En su caso, temen que los lleguen visitantes de fin de semana. Para evitarlo, han previsto controles a los accesos en coordinación con los Mossos. En este sentido, el alcalde de Palafrugell, Josep Piferrer, se muestra "preocupado" por la movilidad que pueda haber durante el sábado y el domingo.

También se han instalado controles en los municipios de la Costa Dorada, como Torredembarra, Altafulla, Roda de Barà y Creixell. En los controles se aseguran que las personas que cambian de municipio lo hagan justificadamente y les piden que acrediten el motivo del desplazamiento.

Como ya pasó durante el confinamiento de la primera oleada de la pandemia, los municipios costeros temían la avalancha de personas con segunda residencia. Y sus temores se han confirmado, en parte.

En muchas poblaciones de la Costa Brava y de la Costa Dorada  se ha detectado este jueves –justo antes de que entrara en vigor el confinamiento de fin de semana- la afluencia de gente. Una situación que ya hace días -y semanas- que están experimentando.

También en la Franja de Aragón los Mossos d'Esquadra están haciendo controles aleatorios de la movilidad, por ejemplo en la antigua N-II, en el término de Alcarràs (Segrià). En concreto, en la rotonda de acceso a la autovía A-2 desde Soses. Hay que recordar que Aragón también aplica un cierre perimetral de su territorio desde el día 27.

Denuncias en Ávila

También los madrileños se han trasladado a sus segundas residencias y han sido denunciados en controles de la Guardia Civil instalados en las inmediaciones de la Comunidad de Madrid. Por poner un ejemplo, las denuncias por saltarse el toque de queda en la provincia de Ávila se han disparado este jueves a 43, cuando lo habitual son 3 o 4 denuncias diarias, fundamentalmente en la zona más próxima a la Comunidad de Madrid y por parte de ciudadanos madrileños, en la gran mayoría de los casos, que se trasladan a sus segundas residencias.

También en la Comunitat Valenciana se han establecido controles de tráfico este viernes a mediodía, cuando ha entrado en vigor el cierre perimetral decretado por el presidente Ximo Puig. En los límites con otras provincias, como en la A-3 en Villagordo del Cabriel (Valencia), o en el kilómetro 179 de la A-37, la autovía que une Alicante con Albacete y Madrid, se han instalado desde el mediodía controles que paran a todos los turismos -dejan pasar a camiones y furgonetas de reparto- y preguntan por el motivo del viaje.