DRÁSTICAS MEDIDAS CONTRA LA PANDEMIA

Navarra cierra fronteras y pide a la gente que no salga de casa

La comunidad foral afronta 15 días cruciales en su pulso contra el coronavirus, desbocado con más de mil casos por 100.000 habitantes

Una terraza vacía de clientes tras las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno foral

Una terraza vacía de clientes tras las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno foral / periodico

Olga Pereda

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"Ya solo falta que nos quiten lo bailao". Pamplona es paraíso del poteo. Tomar potes -vinos, cañas o lo que sea- es una religión en toda Navarra. Como en Euskadi. A cualquier hora, ya seas joven o maduro, si eres un auténtico navarro o vasco te juntas con tu cuadrilla y te recorres tu ciudad o tu pueblo de bar en bar. Se acabó. El Gobierno foral ha decidido realizar un cortafuegos en la hostelería y en las carreteras para combatir un coronavirus que está desbocado: más de mil casos por 100.000 habitantes. El miércoles se registró un récord de nuevos contagios (586). El número de personas ingresadas en los hospitales por covid-19 es de 314 mientras que el de fallecidos desde el inicio de la pandemia asciende a 664 (ocho de ellos en las últimas horas).

Con dos universidades y una arraigada cultura de las sociedades gastronómicas, Navarra se cierra durante 14 días, una decisión política avalada por los jueces. Si no hay causa de fuerza mayor (motivo médico, laboral, estudiantil o cuidado de una persona dependiente) nadie puede entrar y salir de la comunidad desde la medianoche del miércoles. El cierre perimetral implica que ni siquiera se puede cruzar a las autonomías vecinas, Euskadi, La Rioja (que también tiene cierre perimetral) y Aragón (con sus tres capitales blindadas). La frontera con Francia sí que permanece abierta al ser paso internacional. Restaurantes, bares y cafeterías echan el cierre y solo podrán servir comida a domicilio. Y hasta las 21.00 horas como mucho. Las sociedades gastronómicas (locales con cocina grande para celebrar comidas y cenas de las cuadrillas) cerraron en septiembre y así seguirán.

Ciclismo sin cañas

Dueños de bares y restaurantes protestan en las calles luciendo pancartas como "Ya solo falta que nos quiten lo bailado" y "El ciclismo está bien, pero la caña después en el bar es otro rollo". La manifestación se produce en la misma calle por la que pasa la Vuelta ciclista a España. El Gobierno foral considera que bares y restaurantes son uno de los focos de la epidemia: espacios donde te ves con tus amigos y donde no se suelen respetar las medidas básicas de protección: mascarilla y distancia. Seis de cada diez nuevos contagios se producen en los domicilios o en reuniones de amigos, según el último informe del Instituto de Salud Pública de Navarra.

El cierre de la comunidad foral no solo es de bares y carreteras. En la calle no te puedes reunir con más de seis personas. Y en casa, se recomienda estar (no es una obligación) solo con las personas con las que convives. Si el día de Todos los Santos quieres ir acompañado al cementerio lo deberás hacer en grupos de cuatro como máximo y sin abrazos ni besos. Y si vas al cine (donde el aforo será del 30% como máximo y se prohíbe comer hasta palomitas), más vale acudir pronto porque a las nueve de la noche el séptimo arte cierra, como todo.

Quedarse en casa

La intención del equipo de María Chivite es que a partir de las nueve de la noche no haya nadie en la calle. El cierre total de Navarra es una medida "dura pero imprescindible". En el pasado puente del Pilar, la presidenta pidió a los vecinos que se autoconfinaran. Pero la petición cayó en saco roto o no fue suficiente. Toca pasar a la siguiente casilla. El Gobierno foral insiste en que quedarse en casa es la estrategia anticovid más efectiva.

"¿Qué vamos a hacer? ¿Pedir al bar un café para que nos lo traigan a casa y que esté frío cuando llegue? Pues no", se queja una paisana. "No nos dejan ni tomar un café en la calle 10 minutos. ¡Lechugas!", se lamenta otra. No solo los parroquianos, también los trabajadores de comercios como mercerías o zapaterías del centro de Pamplona tiemblan ante la posibilidad de que las calles -y sus tiendas- se queden desiertas.

Los propietarios de hoteles tiritan igualmente. El cierre perimetral veta el turismo y la imposibilidad de reunirse con más de seis personas imposibilita las celebraciones privadas. La asociación de hoteles de Pamplona ha emitido un comunicado en el que califican de mazazo las medidas y subrayan el "horizonte devastador" que les espera. Algunos, como el mítico y vetusto La Perla -ubicado en la céntrica plaza del Castillo- se había reinventado hace poco. Los balcones de sus habitaciones, esas en las que han dormido Hemingway y Woody Allen, se habían convertido en terrazas verticales para potear y picar algo en tiempos de coronavirus.

El fútbol sí, waterpolo no

En la Navarra cerrada sí que habrá fútbol. El partido entre el Osasuna y el Athletic de Bilbao -dos equipos que son otra religión para navarros y vascos- se celebrará este sábado a las 18.30 horas sin público. Futbol sí, waterpolo no. El Club Waterpolo Navarra es profesional y compite en la élite deportiva pero no tiene piscina propia para sus entrenamientos. Utiliza una instalación privada, que le abre sus puertas a partir de las nueve de la noche, la hora prohibida en la nueva Navarra cerrada. Sin poder entrenar, el presidente del club, Fernando Munárriz, cree que lo mejor es abandonar el barco, abandonar la competición. "Si no podemos entrenar vamos a parecer el ejército de Pancho Villa".

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