Vivienda

Airbnb se pasa al mercado del alquiler residencial en Ibiza

La irrupción de esta plataforma dedicada hasta ahora a los alquileres vacacionales provoca una caída de los precios del 65%

ibiza car 1200

ibiza car 1200 / periodico

José Miguel L. Romero

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Los alquileres vacacionales, cuenten o no con la autorización de la Administración, vivieron una edad de oro en las Pitiusas hasta que dio comienzo la pandemia. El miedo al contagio, los confinamientos y las dificultades para viajar han provocado que los ingresos de este sector entraran en barrena desde el pasado mes de marzo. Por ejemplo, los pisos turísticos ilegales de las Pitiusas alojaron este verano (hasta el mes de agosto) a 221.000 turistas menos (-70%) que hace un año.

De ahí que plataformas como Airbnb hayan decidido cambiar de estrategia y enfocar su modelo de negocio más allá de las estancias por horas y días: ahora facilitan periodos en Ibiza y Formentera más largos, de meses. Booking también se ha apuntado.

En cuanto Airbnb abrió esa posibilidad, unos 40 propietarios ibicencos optaron por alquilar sus apartamentos (incluso 'cabañas' y barcos) y habitaciones no sólo por días u horas, sino también por más de 28 jornadas a precios que oscilan entre los 483 y los 1.200 euros, si bien hay otros 260 que superan con creces esa cifra y llegan a alcanzar los cinco dígitos mensuales.

El centro de ayuda de esa plataforma digital (el de Booking también) explica en su web a los anfitriones cómo reorientar sus alquileres hacia este nuevo modelo, al que denomina "estancias largas": "Animar a los viajeros a que reserven estancias largas podría ayudarte a conseguir una mayor ocupación con una menor rotación de huéspedes y unos ingresos más predecibles", detalla en un memorándum.

"Con los planes de tarifas semanales y mensuales podrás captar la creciente demanda de estancias más largas", reconoce, en su caso, Booking cuando se dirige a sus "colaboradores".

De 2.000 a 700 euros

Lo curioso es que este inesperado viraje al alquiler mensual no turístico está provocando algo insólito en el mercado inmobiliario ibicenco: la caída de los precios hasta niveles olvidados, de hace una década.

Porque al desplome de llegada de turistas se suma la despoblación de la isla como consecuencia del parón económico y la mudanza a la Península de cientos de trabajadores, amén de los que no llegaron a venir en verano porque las empresas en las que estaban contratados no llegaron a operar. Cada vez hay más pisos vacíos: y a mayor oferta y menor demanda, los precios caen.

Apartamentos "enteros" (en teoría con vistas a sa Conillera) que se alquilan a 38 euros diarios, tienen ahora un precio de 679 euros mensuales, con un descuento del 35% respecto al inicialmente establecido para 30 días. Un adosado "entero" en Sant Josep se puede alquilar actualmente a 687 euros al mes, casi 1.300 euros menos que antes de que se aplicara una rebaja del 65%. Otro apartamento "entero" en Platja d'en Bossa y "cercano" a una conocida discoteca al aire libre ha aplicado una reducción del 11% a su tarifa mensual de 876 euros: ahora sólo cuesta 774 euros.

La rebaja de otro inmueble completo de Sant Josep es del 35%, con un coste mensual de 887 euros. Una "casa de huéspedes entera" (en realidad es un garaje habilitado como vivienda) situada en ses Salines ha pasado de 1.208 a 585 euros (-52%).