Dñia mundial de la enfermedad

Cada día se diagnostican 90 cánceres de mama en España

Dos pacientes explican cómo sobrellevan la dolencia en plena pandemia del covid-19

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Ana Ramil

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Más allá del covid-19, el resto de enfermedades siguen su curso sin entender de pandemias. Cada día se detectan de media 91 tumores de mama en España -más de 33.300 nuevos casos al año-, lo que significa que cientos de pacientes recibieron el mazazo del diagnóstico o iniciaron el tratamiento en plena crisis sanitaria por el coronavirus.

Jéssica López y Patricia Martínez, vecinas de A Coruña, son dos ejemplos. Pese a afrontar los últimos meses con un cóctel de emociones difícil de definir -entre las dudas y temores propios de la enfermedad y el miedo al contagio por covid- piden a las pacientes recién diagnosticadas que "dejen a un lado el miedo" e intenten afrontar de la mejor manera posible y siempre con el apoyo de su entorno y profesionales una enfermedad cuya tasa de supervivencia ya roza el 90% si se detecta en fases iniciales. Eso sí, también lanzan una advertencia: "A la menor anomalía en el pecho, hay que consultarlo".

33.307 nuevos casos al año

El cáncer de mama, cuyo día mundial se conmemora mañana, es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. Solo en España, según los últimos datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) se diagnostican cada año 33.307 nuevos casos y la previsión es que "una de cada ocho mujeres" sufra esta enfermedad.

Su alta incidencia hace que también sea el tumor que más muertes provoca entre las mujeres aunque las investigaciones realizadas en las últimas décadas han provocado que se incremente notablemente la tasa de supervivencia a los 5 años: un 82%. Dato que puede ser incluso mayor si se detecta en fases tempranas y que desciende, eso sí, cuanto más tarde se pille el tumor.

Pese al aumento de la supervivencia, el diagnóstico de cáncer todavía es una losa que cae sobre las pacientes en cuanto escuchan a su médico. "Es una palabra que todavía muchas veces se asocia a muerte y que en cualquier caso genera muchas emociones y sensaciones que van desde el miedo a morir, a temor al sufrimiento o en el caso del tumor de mama, debido a las perspectivas de curación, implica temor a la secuelas, a la inserción laboral, etc...", explica una de las psicólogas de la AECC en A Coruña Rosa Trillo, quien reconoce que independientemente del tipo de cáncer que se padece, la mayoría de pacientes pasa por varias fases a nivel psicológico.

El impacto en la paciente

"Desde el momento en el que se detecta algo en una mamografía o un bulto en la ducha aparece el miedo a qué puede pasar y una vez diagnosticado es muy frecuente sufrir cierto impacto, estar en shock y generar sentimientos de ira, de no creerlo o incluso de negarlo. Todo esto es normal y pasa a la hora de afrontar otras crisis vitales", explica esta psicóloga. "A partir de ahí el paciente transita por diferentes emociones: enfado, ira con el mundo porque le ha ocurrido esto a ella, periodos depresivos", sostiene Trillo, quien resalta que tras el diagnóstico es clave "apoyarse en su círculo de referencia". "Es bueno estar acompañada, nunca sola y en caso de necesitar ayuda, en la AECC estamos para lo que necesite", indica esta psicóloga.

Si afrontar el diagnóstico de cáncer siempre es complicado, más si hay que hacer frente a esta enfermedad en plena pandemia, sobre todo en los primeros meses con la actividad reducida a lo imprescindible. Esta misma semana el presidente de la AECC, Ramón Reyes, mostraba su preocupación al considerar que los enfermos de cáncer habían sido relegados ante los de covid durante la primera ola y pedía que no volviera a ocurrir. "El cáncer ha sido relegado a una segunda línea en los hospitales ya que se paralizaron diagnósticos, no se realizaron pruebas y hubo retrasos o cancelaciones de operaciones", aseguró.

Quejas que también transmitieron pacientes de A Coruña. "El confinamiento afectó a los diagnósticos, hubo menos porque se priorizaban otras cosas y se aplazaron consultas rutinarias y cribados", indica Trillo, quien reconoce que además muchos pacientes tenían y tienen miedo a un posible contagio de Covid. Precisamente en noviembre la entidad hará un taller sobre coronavirus y ansiedad y al final de este mes sobre autoestima en mujeres con cáncer.

El coste de tener cáncer

Más allá del aspecto sanitario y emocional del tumor de mama, desde la Asociación contra el Cáncer quieren hacer hincapié este año en el sobrecoste económico que esta patología supone para los pacientes. "Hay una parte visible que son los gastos y el coste que tiene tratar a esa persona pero hay otros gastos que no se ven y que asumen los pacientes y sus familias como pueden ser las pelucas, los sujetadores, ciertas prótesis, los pañuelos... ", indica Trillo.

El estudio 'Toxicidad financiera del cáncer de mama' pone cifras exactas a esta situación. Se calcula que entre "gastos directos, ocultos y pérdida de ingresos" una familia gastará unos 42.000 euros para hacer frente a un cáncer de mama. El estudio revela que el 34% de enfermas han perdido o dejado su trabajo, que el 42% casi no tienen ingresos y que esto lleva a una situación severa a un 21% de hogares. Algo que "empeora con la pandemia" y que eleva al 50% a las enfermas sin ingresos.

El Día Mundial se conmemora bajo el lema 'Saca pecho por ellas' y se pide llenar las redes sociales de imágenes con la mano en el pecho y ese 'hashtag' como muestra de apoyo a las pacientes. Además habrá venta de productos solidarios en la web de AECC.

Jessica: "Tuve que retrasar la edad de ser madre"

Pasaron siete meses desde que la coruñesa Jéssica López, de 37 años, se notó un bulto en el pecho mientras se duchaba hasta que recibió el diagnóstico de cáncer. En el medio un periplo de consultas a su ginecólogo —que le restó importancia "al asegurar que era un bultito de grasa y decirme que era muy joven para tener un tumor"—, y a su médico de cabecera hasta llegar finalmente a la prueba que confirmó a principios de enero que tenía un tumor maligno.

"En poco más de un mes, el 18 de febrero, ya estaba operada y comencé la radioterapia", indica esta joven que solo tiene palabras de agradecimiento para la Unidad de Mama, "especialmente al doctor Alberto Bouzón", porque pese a la pandemia "nunca me anularon ni me retrasaron una cita".

El confinamiento obligado pilló a Jéssica recién operada y con la necesidad de ir cada poco al hospital para la radioterapia. "Tuve que ir a las revisiones o el tratamiento sola y es cierto que tienes las defensas bajas pero no lo llevé mal", explica esta joven, quien reconoce que desde un primer momento intentó afrontar bien la enfermedad.

"Es cierto que nunca pensé que lo que tenía era maligno y que una vez que te lo dicen es duro porque hay gente que no lo supera pero yo lo llevé bien", indica Jéssica, quien reconoce que lo que más le preocupa es haber tenido que retrasar el convertirse en madre. "Lo que más me disgusta es que debido al tratamiento me inducen la menopausia precoz cinco años. Tengo 37 y hasta los 42 no me podrá volver a venir la regla aunque ya estoy recuperada y espero tener las mismas posibilidades que otra mujer de esa edad", sostiene.

A la hora de dar consejos, lo tiene claro. "Ante cualquier anomalía en el pecho hay que mirarlo porque yo estuve siete meses en los que me dejé llevar por profesionales que se equivocaron e igual si el tumor hubiese sido más agresivo ahora mismo estaría sin un pecho", indica y recomienda "intentar ser positivos" y pedir ayuda psicológica y exteriorizar las cosas. En su caso, amigos y familiares fueron claves. "No me soltaron de la mano", sostiene.

Patricia: "Iba a la 'quimio' con doble mascarilla"

Patricia Martínez (nombre ficticio para mantener el anonimato), de 47 años, recibió la noticia de que tenía cáncer de mama en grado dos en plena pandemia, el 23 de marzo, y tras un periplo por varios médicos que primero le dijeron que los quistes que tenía "eran de agua y sin riesgo" y luego confundieron la rojez de su pecho "con una mastitis". "El diagnóstico fue un impacto porque esta era una enfermedad que temía desde siempre. La primera semana fue horrible, no dormía, solo lloraba y pensaba en la muerte pero entonces los consejos de una persona me hicieron recapacitar y tengo claro que al miedo hay que quitarlo, dejarlo ir", indica Patricia que ahora tiene metástasis en el hígado y que tras 27 sesiones de quimioterapia aguarda para ser operada.

"Me han dicho los médicos que he respondido bien al tratamiento. Se me ha caído el cabello y las uñas pero todo eso es secundario", explica Patricia que reconoce haber pasado miedo al tener que afrontar el cáncer en plena pandemia. "Somos pacientes de riesgo y por eso en mi familia se acordó que estos meses nadie me visitaría, solo hablar por teléfono. Es mi hija la que ha sido un gran apoyo y la que me acompañó a las consultas o a la quimio. Allí extremaba las medidas de seguridad, iba con doble mascarilla y al volver a casa la ropa me la quitaba prácticamente en la puerta y enseguida a la ducha", explica esta mujer de 47 años. Pese a este protocolo al que obliga el Covid asegura no tener queja de la atención recibida. "No se me ha parado ni una cita ni un tratamiento. Tanto el hospital como la AECC han estado siempre ahí, todas puertas a las que he llamado se me han abierto", indica.

Al igual que otras pacientes insta a consultar al médico cuando se detecte algo extraño en el pecho. "Hay que consultarlo inmediatamente, no dejarlo para mañana y si no están seguras que pidan una segunda opinión porque en mi caso si se hubiese cogido antes igual no me habría llegado al hígado", indica esta mujer, vecina de A Coruña, quien reconoce que el apoyo de su hija y al ser muy religiosa, el rezar, le ha ayudado mucho en estos meses.