Las maltratadas en el ámbito rural sufren la violencia una media de 20 años

La fuerte dependencia económica, el miedo al qué dirán, a la reacción del maltratador, al férreo control social y familiar, el desconocimiento de los recursos de protección o una desconfianza hacia los mismos, son algunos de los motivos que provocan que las mujeres maltratadas en el ámbito rural sufran la violencia durante 20 años de media, según un estudio presentado este viernes por el Ministerio de Igualdad y la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR).

La investigación da cumplimiento a una de las más de 200 medidas contenidas en el pacto de Estado contra la violencia de género, destinada a arrojar luz sobre el maltrato enraizado en los pueblos y municipios más pequeños. Según ha explicado la presidenta de Fademur, Teresa López, se trata de un "problema oculto", del que apenas hay estudios para conocer su dimensión, pese a que tiene unas características específicas.

Ya la última macroencuesta sobre violencia de género, difundida en septiembre, indicaba que cuanto más grande es el municipio en el que vive la víctima, mayor verbalización de la violencia. Y este nuevo estudio -realizado con 167 encuestas a mujeres del ámbito rural, 333 a profesionales de los recursos de atención y 23 encuestas en profundidad a víctimas que viven en la llamada España vaciada- "corrobora" que en el medio rural las vejaciones machistas se sufren aún más en silencio que en las grandes urbes, según ha desacado la delegada del Gobierno contra esta lacra, Victoria Rosell. 

Un ámbito privado

De hecho, las mujeres participantes señalan que perciben la violencia de género como una cuestión del ámbito familiar y privado, cuando es un problema "estructural que tenemos que abordar socialmente", según ha destacado a su vez la secretaria de Estado de Igualdad, Noelia Vera. 

Así, el 61% de las encuestadas ha sabido de algún caso de violencia de género, si bien más del 90% admite que nunca lo han puesto en conocimiento de las autoridades, entre otros motivos porque existe un gran desconocimiento, en el ámbito rural, de cuáles son los recursos y derechos que asisten a las víctimas, según señala la investigación.

No existe un perfil concreto

El informe también recoge entrevistas en profundidad con 23 víctimas y demuestra que no existe un perfil concreto, aunque la mayoría vive en entornos donde son habituales los modelos patriarcales, las creencias sexistas y discriminatorias, tanto en sus familias como en las del agresor. 

Todas las han sufrido violencia psicológica, el 78% física y el 56% económica, las formas más prevalantes. La violencia sexual se ha identificado en un 39% de los casos y la ambiental en un 34%.  

"Y el mensaje que mujeres y víctimas del medio rural que nos han hecho llegar es que en muchas ocasiones se sienten solas, impotentes, no sólo por la falta de medios, sino por el vacío de la sociedad. Ellas transmiten que de la violencia se sale, pero no solas", ha resumido Teresa López.