ENTREVISTA CON LA TITULAR DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL

Isabel Celaá: "Hablamos mucho de bares, pero no podemos avanzar con las escuelas cerradas"

Entrevista a la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá

La titular de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, en una sala de reuniones del ministerio. / JOSÉ LUIS ROCA

Olga Pereda

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Cuando era una colegiala, Isabel Celaá (Bilbao, 1949) quería ser profesora de inglés. Se licenció en Filología Inglesa y Derecho. Llegó a ser catedrática, pero la política (incluida la educativa) le tentó más. Madre de dos hijas, sufrió los años de plomo en Euskadi y todavía recuerda cómo cambiaba el itinerario en coche cada día para ir a su despacho por precaución frente al terrorismo etarra. Ahora, desde Madrid, dirige el Ministerio de Educación y Formación Profesional. El Gobierno al que pertenece decidió cerrar los centros educativos en marzo, cuando la ciencia sabía poco del peligroso virus que amenaza al planeta y se consideró que los niños y las niñas eran supercontagiadores. Hace un mes volvieron a abrir sus puertas físicas para dar la bienvenida al curso 2020-2021. Muchos aseguraron un desastre sanitario. No parece ser así. Al menos, de momento.

Antes que nada, ministra. El viernes recibió muchas críticas por su viaje a Bilbao. ¿Por qué se fue?

Volví a mi casa para una consulta con mi médico habitual, que está en Bilbao, después de haber sufrido un problema de salud. Nunca he vulnerado las normas. Tampoco lo hice en abril, durante el anterior confinamiento, cuando viví un momento personal muy doloroso. Entonces, como tantas personas que pasaron por un trance similar, respeté la prohibición de viajar.  Ahora, he vuelto a actuar siguiendo las normas establecidas en el real decreto del estado de alarma.

Volvamos al curso escolar. En algunos países, como EEUU, se ha impuesto el colegio virtual. España, sin embargo, ha apostado por la presencialidad. Los primeros informes científicos concluyen que la apertura del curso no ha tenido un impacto significativo en la evolución de la pandemia. ¿Está usted más tranquila, ministra? ¿Duerme mejor?

Duermo un poco más tranquila, pero tampoco mucho porque la pandemia nos tiene preocupados, hay mucho trabajo por delante. Ha pasado un mes y tenemos ya una mirada más centrada en la realidad, que está siendo la normalidad.

¿Cuáles son los datos?

Todos los días los miramos y podemos decir que el 99% de las aulas están funcionando. Esto pone en evidencia que, lejos de ser parte del problema, los centros educativos son parte de la solución. Los coles no son contagiadores porque los casos de covid-19 vienen de fuera. El profesorado ha sido fundamental. También las direcciones de los centros y los equipos de administración. Todos ellos han permitido generar un ambiente higiénico sanitario. Son la mayor fuerza del sistema educativo. También quiero hacer mención a los alumnos más pequeños, unos superhéroes. No hay más que verles lavarse las manos, guardar las distancias y ponerse las mascarillas. Son superagentes de la lucha contra la pandemia. Un aplauso para la escuela. Ahora bien, no podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir todos los controles que nos impone Sanidad. Con rigor y disciplina.

En mayo usted aseguró que es "infinitamente más complicado abrir un colegio en plena pandemia que un comercio". Es cierto, pero muchos ciudadanos tienen la sensación de que en España importan más los bares que las escuelas.

En este país se habla mucho de bares, es verdad. Pero el país no puede avanzar de ninguna manera con la escuela cerrada. Hoy tenemos más evidencia científica que la que teníamos en mayo. Se ha demostrado que los niños y las niñas no son supercontagiadores. Por lo tanto, nuestro objetivo es mantener la presencialidad. Cada día que pasamos con la escuela abierta es una victoria.

Hay padres y madres absentistas 

Creo que hemos avanzado mucho en esa confianza familiar. A las familias les digo a diario que las escuelas son entornos seguros. Sus hijos están en el aula mejor que en ningún otro lugar. Los centros educativos deben ser los primeros en abrir y los últimos en cerrar. Luchamos y trabajamos cada día para mantener la escuela abierta. La presencialidad es insustituible. Irá aumentando a medida que vayamos aplanando la curva.

En junio, España descartó un aprobado general para los alumnos, como sí hizo Italia. Aquí se optó por una evaluación continuada y se permitió pasar de curso con asignaturas suspendidas. ¿Qué va a pasar ahora?

Estoy en contra del aprobado general. Es injusto tanto con los alumnos que han adquirido más conocimientos como con los que menos. No valora el mérito de los estudiantes más notables y tampoco identifica las deficiencias educativas o emocionales de los otros. España es un país cuyo sistema educativo abusa de las repeticiones. Obligar a un alumno a repetir curso es una decisión de alta trascendencia que de ninguna manera se debería tomar a la ligera. En consecuencia, el real decreto ley que hemos aprobado propone una evaluación que mejora la calidad de la enseñanza. Lejos de dejarla en la calificación de un docente lo que hace es depositarla en la junta de evaluación para que de manera colegiada, ese conjunto de profesores que conocen al alumno, adopten la decisión tras haberle evaluado académicamente con una mirada global. Pasamos de lo individual a lo colegiado. Será la junta de evaluación la que determinará si un alumno está preparado para promocionar, incluso con refuerzos añadidos, o ha de repetir, que serán casos excepcionales.

"A partir de ahora, repetir curso será excepcional. La decisión la tomará la junta de evaluación"

El índice de repetición en España es del 28% frente al 11% de la OCDE. El abandono escolar temprano es del 17% frente al 10% europeo. ¿Cómo va a luchar la nueva ley, la LOMLOE, contra esas dos lacras?

La primera ya la hemos puesto en marcha. Es lo que explicaba en la pregunta anterior: la evaluación colegiada hará que la repetición sea por definición una media excepcional. Ahora mismo se abusa de la repetición, que es algo malo para el alumno y para el sistema. La OCDE puso en marcha un estudio en el que se tomó a dos alumnos en igualdad de condiciones. A uno se le dejó repitiendo y el otro promocionó. El resultado fue que el segundo llegó mucho más lejos.

¿Y el abandono escolar temprano?

La nueva ley tiene una filosofía diferente. Hemos puesto la mirada en la apertura de itinerarios y los programas de alto valor añadido. La etapa de infantil será un tramo educativo. Primaria se distribuirá por ciclos y cada dos años los alumnos tendrán que demostrar sus conocimientos. Pero no repetitivos y memorísticos sino sus conocimientos profundos. La secundaria llevará al título por distintos caminos, incluida la FP básica. Y después estará la educación posobligatoria, en la que queremos que se quede el 90% de los estudiantes.

Usted dijo de la LOMCE (conocida como 'ley Wert') que era "lesiva, nociva, equivocada y segregadora". ¿Qué le parecería que el ministro que le suceda dijera lo mismo de su norma?

El ministro o ministra que me siga no podrá decir eso de mi ley. Podrá argumentar que no le gusta y podrá seguir mejorándola. Cuando yo decía todo eso de la anterior norma lo ilustraba con ejemplos. Fue un meteorito que cayó en el sistema educativo. Aumentó las repeticiones, redujo las titulaciones y dejó la FP sumida en un itinerario de segunda. Invadió competencias de las comunidades y burocratizó el sistema. La LOMLOE abre caminos y trata cada talento de manera personalizada para permitir al alumno superar las dificultades. El estudiante tiene que hacer un esfuerzo y el sistema también para llevarle al éxito.

"La anterior ley de Educación, la LOMCE, fue un meteorito que cayó en el sistema educativo"

Es la octava ley educativa desde los años 70. ¿Tan difícil es conseguir un acuerdo de Estado?

La legislación tiene que servir a la sociedad y dar respuestas al mundo en el que vivimos. Tenemos que incorporar cambios muy profundos en términos de innovación, personalización y digitalización, que es clave. Hay que pensar de manera diferente. Podemos trabajar usando espacios adicionales al centro educativo, y no solo me refiero a las casas. Estamos muy ilusionados y tenemos fuerza. Este Gobierno ha puesto la educación como base de todas las demás políticas, es un eje trasversal para todo.

Hablando del Gobierno, muchos padres y madres siguen esperando que se apruebe algún tipo de permiso para las cuarentenas preventivas que deban guardar sus hijos, aunque no estén contagiados. ¿Va a conseguir que los ministros de Seguridad Social y Trabajo muevan ficha?

La conciliación no es tarea de Educación, pero todos mis colegas trabajan y tienen el diálogo social abierto, que es el ámbito donde se tratan estas cuestiones porque también afectan a las empresas. En todo caso, quiero recordar que existen algunos programas [el plan Me Cuida] que dan soluciones a este tema. Lo que queremos es que la pandemia evolucione hacia su final.

"Me han marcado muchos maestros. Sobre todo, una profesora de arte que siempre nos decía que jamás abdicáramos de lo que queríamos conseguir"

Ha lanzado un rendido aplauso a los profesores. Dígame qué maestro le marcó en su vida.

Muchos, muchos. Sobre todo, una profesora de arte que decía siempre que uno tenía que pensar muy bien lo que quiere y que jamás debemos abdicar o dejar a un lado lo que queremos y que, por lo tanto, hay que sacar la cabeza por la ventana y mirar ese futuro que se desea y trabajar para conseguirlo.

Una actitud que, imagino, le sirvió mucho durante los años de plomo en Euskadi.

Sí, viví años muy duros. Años de sufrimiento por compañeros asesinados. Como Fernando Buesa [asesinado por ETA en el año 2000], del que ahora se va a realizar una exposición en Vitoria. Compañeros muy queridos, como José Ramón Recalde [que sobrevivió a un tiroteo en 2000]. Fueron momentos muy duros para la educación también, pero logramos incorporar víctimas educadoras a las aulas y fue un importante paso adelante que sirvió mucho a los alumnos para empatizar con el sufrimiento ajeno. Una vez superado todo esto, todo lo demás, a pesar del gran sufrimiento que supone la amenaza que hoy vivimos con la pandemia, no es que se viva con más ligereza, pero digamos que uno está ya más curtido para vivirlo.

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