Altercados por la sentencia del procés

Un juez investiga a tres antidisturbios de los Mossos por la lesión ocular del asedio a la T1

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Guillem Sànchez

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Nadie sabe todavía quién disparó el proyectil que arrebató un ojo a un manifestante el 14 de octubre del 2019 durante el asedio a la T1 Aeroport de Barcelona, la primera acción que coordinó el <strong>Tsunami Democràtic</strong> en protesta por la sentencia que condenó a los líderes del procés. Aunque existen pocas dudas de que dicho proyectil procedía de un arma policial. El problema es que ese día –como en varias de las jornadas de graves altercados que se sucedieron aquella semana de graves altercados– actuaron dos cuerpos de seguridad distintos: los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía (CNP).

Los antidisturbios catalanes usan lanzadoras GL-06 que disparan proyectiles de foam –balas viscoelásticas–. Los antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de CNP usan escopetas de pelotas de goma –prohibidas por el Parlament de Catalunya a raíz del caso <strong>Ester Quintana</strong>, herida en una huelga general–. Los proyectiles de foam son menos lesivos que las pelotas de goma, cuyo impacto, a priori, reviste mayor gravedad. Para resolver qué tipo de bala hirió al manifestante el 14 de octubre resultarán de gran valor los informes médicos que se aporten a la causa. El juez, de momento, ha citado como investigados a todos los policías que dispararon proyectiles cerca de la víctima.

Para identificarlos, el juez ordenó a la Divisió d’Afers Interns (DAI) de los Mossos que lo averiguara y, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, esta entregó los nombres de tres policías de la Brimo. Al mismo juzgado han llegado asimismo los nombres de varios escopeteros de la Policía Nacional, que también deberán declarar como investigados en la misma causa.

El joven fue alcanzado por un proyectil al final de la protesta, cuando Tsunami Democràtic ya había pedido a los manifestantes que dieran la jornada por concluida y estos comenzaron la retirada. Las horas previas habían sido de gran tensión en la terminal de Barcelona. Miles de manifestantes trataron de acceder al interior del aeropuerto con la intención de detener su funcionamiento. Se trató de una acción sorpresa que Tsunami Democràtic anunció al mediodía y que convocó a miles de personas que se desplazaron a pie, en transporte público o en vehículo propio hasta la T1. Los policías desplegaron cordones para blindar los accesos in extremis.

El choque de los manifestantes contra esos cordones se prolongó durante horas. El enfrentamiento más agrio se desencadenó en el exterior, frente al acceso principal de la planta inferior, un lugar que se inundó de independentistas. Las cargas policiales se sucedieron y también los lanzamientos de objetos por parte de los concentrados contra la Brimo, incluso desde plantas superiores. Cuando Tsunami Democràtic decretó el fin del asedio, la manifestación se retiró hacia el autopista. Los Mossos empujaron a la masa –que seguía lanzando piedras y botellas– y al cruzar frente a la fachada principal de la T1, intervino también la UIP de la Policía Nacional, para acabar de encauzar a los manifestantes hacia la salida de los coches.

En ese instante se produjo la grave herida que sufrió el joven, atendido en un primer instante por equipos sanitarios de la propia organización y finalmente trasladado en una ambulancia. Que se produjera entonces y que la herida le costara la visión de un ojo, fueron dos indicios que apuntaban a que esta fue provocada por un impacto de una pelota de goma y, en consecuencia, disparada por la UIP. El juez, sin embargo, tomará declaración a todos los implicados para tratar de aclarar si fue un foam o una pelota y, sobre todo, qué agente disparó. 

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