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La plaza de Sant Felip Neri era uno de los puntos más frecuentados por los turistas en el casco antiguo de Barcelona, como lo atestigua el trasiego de la primera imagen, tomada en julio del 2018. Con ella, una foto captada el pasado 17 de septiembre demuestra un panorama totalmente diferente. Vecinos charlando y niños jugando como hacía tiempo que no podían. FOTOS: JOAN CORTADELLAS
POCAS ALMAS EN LA SAGRADA FAMÍLIA
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En mayo del 2016, más de 2.500 chinos llegaron a Barcelona procedentes de Madrid a bordo de cuatro trenes AVE gracias a unas vacaciones pagadas por el grupo Tiens. Fue el paradigma de la fiebre turística, que ha pasado de los 40 grados de entonces a quedar bajo cero en la actualidad. Como muestra de ese enfriamiento que es global, esa imagen de la semana pasada, donde hay casi menos turistas pisando la tierra que en las dunas del Sahara. FOTOS: JOAN CORTADELLAS
SIN MANTA DE LA QUE TIRAR
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Sin turistas no hay manteros. Estas dos imágenes del Maremàgnum parecen emular un truco de magia. Julio del 2017-Septiembre del 2020. ¿Dónde están las personas? La mano dura con el 'top manta' que aplicó el concejal Albert Batlle en el 2019 no fue nada comparado con el golpe que le asestó el covid. FOTOS: FERRAN NADEU
EL DRAGÓN ESTÁ SOLO
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El 31 de julio del 2014 las hordas de turistas asediaban ya al dragón del Park Güell, que ahora respira más tranquilo y disfruta de la compañía de público más local, si lo hay. Después de haber recibido de tantas caricias, tal vez echa de menos la llegada de más visitantes; no sería el único vecino de la ciudad que los echa de menos. FOTOS: FERRAN NADEU
ADIÓS A LA MARABUNTA DEL FÒRUM
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Miles de personas disfrutaban del concierto de Anna Andreu y Ferran Palau en el Parc del Fòrum en junio del 2017 ignorantes (salvo que hubiera algun Nostradamus por la zona) de lo que iba a ocurrir tres años después. Julio del 2020: aforo limitado y sillas para ver los conciertos con distancia de seguridad. La crisis del covid activa la alerta roja en el mundo del espectáculo. FOTOS: FERRAN SENDRA
EN LA INTIMIDAD DEL CAMP NOU
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Más de 65.000 personas vibraron en el concierto de Bruce Springsteen en el Camp Nou en mayo del 2016. El templo azulgrana, en cambio, solo pudo acoger el 17 de julio pasado a 800 fieles de Sopa de Cabra en el Cruïlla XXS (cuyo nombre lo dice todo). Para el fútbol, ni eso. FOTOS: FERRAN SENDRA
¿SIGUE SIENDO FÚTBOL?
Lo dicho. Si en los conciertos puede entrar poca gente, en los partidos de fútbol el cerrojo se cierra tras pasar el utillero. Las aficiones, a gritar a casa. Esa imagen del derbi entre Barça y Espanyol del 18 de mayo del 2016 poco tiene que ver con la del Barça y el Leganés guardando un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia el pasado 16 de junio. La tristeza de las gradas era patente, también por la trayectoria del equipo. FOTOS: JORDI COTRINA
NI TAPAS NI SUVENIRS
Ni chocos, ni bravas, ni 'pa amb tomàquet' ni tampoco postales ni sombreros mexicanos ni otros 'recuerdos'. El 24 de mayo del 2019, este bar de tapas y la aledaña tienda de suvenirs de la calle de Sardenya con Mallorca de Barcelona no daban para más en cuanto a aforo. El jueves pasado, en cambio, ambos establecimientos permanecían cerrados a cal y canto. FOTOS: FERRAN NADEU
SIN FIELES DE NINGÚN TIPO
La plaza de la Catedral de Barcelona solía ser un enclave talismán para celebrar todo tipo de ferias, desde la de Navidad hasta encuentros de degustación gastronómica que reunían a miles de personas, como esa de octubre del 2015. En la foto inferior, del 30 de marzo del 2020, los entornos del templo solo los frecuentan vecinos de la zona ataviados de víveres para subsistir en pleno confinamiento derivado del estado de alarma.FOTOS: JORDI COTRINA
BOQUERIA: DE LA GULA A LA ANEMIA
Hubo un tiempo en el que algunos oriundos de la zona se quejaban de que tenían que comprar entre empujones y que las paradas de la Boqueria se estaban convirtiendo en meros escaparates para turistas. Miles de personas pasaban por el mercado a diario (como en la primera imagen, de agosto del año pasado). Ahora hay tenderos pasan ratos mirándose de unos a otros. FOTOS: FERRAN NADEU
NO ERA LA LLUVIA, ERA EL VIRUS
No quedaron ni las palomas. La imagen inferior fue captada el 30 de marzo del 2020, dos semanas después de decretarse el confinamiento total. La instantánea no podía ser más explícita. Todos atrincherados en casa y no porque estuviera lloviendo. ¡Qué lejos quedaban paisajes como aquel de agosto del 2018, cuando la plaza Reial era un hervidero! FOTOS: JORDI COTRINA
EL OSO, EL MADROÑO Y POCOS MÁS
Y Madrid, como Barcelona o más. El oso de la Puerta del Sol puede seguir tranquilamente abrazado a su madroño y corre menos riesgo de sufrir tortícolis: no hace falta que mire reojo tantas veces para ver quién se está haciendo un 'selfie' a su lado. En agosto del 2017, por poner un ejemplo fotográfico, era un no parar. Este verano el castizo plantígrado lo ha vivido con menos ajetreos. FOTOS: JOSÉ LUIS ROCA
NI PARA REFRESCARSE
Como el solano cae con todas las ganas del mundo en los veranos de la capital de España, muchos paisanos de Madrid Río aprovechaban las fuentes de la plaza para refrescarse en el 2018, pero este verano ni eso. El grifo está cerrado. Aunque ni por esas han podido evitar el segundo sunami con el que la pandemia ha arremetido contra toda la comunidad. FOTOS: JOSÉ LUIS ROCA
VAYA, VAYA, HASTA EN LA PLAYA