La tentación del dinero fácil

Tres muertos en cuatro días vinculados a la marihuana en Catalunya

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Guillem Sànchez

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El 28 de agosto el cadáver de un hombre fue hallado en una plantación de marihuana en Flix (Ribera d’Ebre). El 29 de agosto, un segundo cuerpo fue localizado por los bomberos en el interior de una casa en llamas en una urbanización de Lloret de Mar (La Selva). Ambas muertes están siendo investigadas como 'narcoasaltos' entre bandas enfrentadas por el control del negocio de cannabis, tal como avanzó EL PERIÓDICO. Según fuentes consultadas por este diario, el 31 de agosto se produjo una tercera muerte violenta en cuatro días cuyo vínculo con la marihuana pasó desapercibido.

Aquel lunes sobre las cinco de la tarde, un hombre mató a otro en una zona de huertos ubicada entre Argentona y Mataró. Agresor y víctima eran dos viejos amigos enemistados por culpa de una antigua plantación de cannabis. No  se trató de ningún 'narcoasalato' pero supone el mejor ejemplo de cómo el dinero fácil de esta droga seduce y corrompe a ciudadanos sin antecedentes como el conserje escolar de 57 años de edad que actualmente está en prisión preventiva por el homicidio de su socio. Esta es la historia:

El conserje de Mataró, padre de familia, se había mudado antes de la pandemia a un terreno con huertos que tenía en la periferia de Argentona. Había construido unos módulos y en uno disponía de cocina, baño y una habitación. Además tenía conocimientos de agricultura y buenas manos para las instalaciones. Un viejo amigo del barrio de Rocafonda, con varios antecedentes policiales –alguno violento– le propuso montar en una de los espacios del módulo un cultivo 'indoor' de marihuana. Sucumbió a la tentación.

Hace seis meses clausuró la plantación y desde entonces los roces con su viejo amigo se multiplicaron. En junio, su socio acabó propinándole una paliza. El lunes 31 de agosto, a las cinco de la tarde, se presentó en el huerto armado con un martillo y, según su declaración, golpeando las paredes y las ventanas del módulo al grito de "te voy a matar". El conserje, aterrado, cogió una escopeta de balines y disparó en cuanto logró entrar en el habitáculo. El asaltante no se inmutó por el disparo, se abalanzó sobre él y comenzó a darle martillazos en la cabeza. El conserje logró empujarlo y el agresor cayó, se levantó, se sentó en el sofá y murió.

El conserje recibió casi 40 grapas en la cabeza. Recibió una buena paliza. Sin embargo, el muerto en la palea era el otro. Los investigadores de los Mossos d’Esquadra hallaron un orificio minúsculo en el pecho del fallecido. La autopsia confirmó lo más improbable: el balín había impactado en el corazón y provocó un fallo en su organismo que lo mató al cabo de pocos minutos. Tras pasar a disposición judicial, el detenido ingresó preventivamente en la cárcel por un delito de homicidio. Su abogado estudia enfocar esta defensa como un caso de legítima defensa. Un amigo muerto y un conserje sin antecedentes en la cárcel. Otro crimen vinculado a la marihuana.  

Los tres homicidios ocurrieron entre el 28 y el 31 agosto. El primero en el parque natural de Sebes (Ribera d’Ebre). El segundo en una casa de la urbanización Lloret Blau (La Selva). El último en terrenos agrícolas del Maresme. Tres estallidos de violencia en puntos dispares del territorio catalán, un aviso de que no quedan rincones inmunes al boom cannábico.