La mortalidad hospitalaria por infarto se duplicó durante la primera ola de la pandemia

Pidió ayuda un 28% menos de los pacientes por miedo a contraer el virus

Un quirófano en el Hospital Clínic

Un quirófano en el Hospital Clínic / periodico

Patricia Martín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un estudio de Asociación de Cardiología Intervencionista en el que han participado 75 hospitales españoles concluye que la mortalidad hospitalaria por infarto durante la primera ola de la pandemia casi se duplicó, debido a un conjunto de factores, entre ellos que el miedo a contagiarse de covid hizo que muchos pacientes con síntomas de infarto o bien no pidiesen ayuda a los servicios sanitarios o bien llamaran o acudieran demasiado tarde.

De hecho, la investigación revela que entre el 16 de marzo y el 14 de abril de este año hubo un 28% de pacientes con sospecha de infarto menos, en comparación con un periodo equivalente en el 2019.

A esto hay que añadir que se produjo un aumento del tiempo de isquemia, es decir, los minutos que transcurren desde que se inician los síntomas hasta la primera asistencia médica. Antes de la llegada del virus a España, ese tiempo era de 200 minutos y durante la primera ola de la pandemia alcanzó los 233. “Y este factor está relacionado con la mortalidad, según advierte el doctor Oriol Rodríguez Leor, uno de los investigadores del estudio.

Sólo acudían los más graves

Por último, el hecho de que a los hospitales llegasen los casos más graves “también pudo provocar que se produjera una mortalidad más alta”. Si bien, el estudio no ha encontrado diferencias significativas entre el tiempo de actuación y el tratamiento seguido en los centros sanitarios con los infartados antes y después de la pandemia, pese al colapso que sufrían los hospitales aquellos días.

 Por último, el registro analiza la combinación de infección por covid e infarto y concluye que “solo el 6% de los pacientes atendidos con infarto se había contagiado previamente”. Con estos datos y a falta de más investigaciones, no hay información suficiente para saber si el virus aumenta o no el riesgo de infarto, según el especialista.

La necesidad de pedir ayuda

En cualquier caso, “el mensaje a trasladar –subraya el doctor Rodríguez- es la importancia de pedir ayuda ante cualquier síntoma porque la disminución de la mortalidad que implica acudir a los servicios sanitarios es brutal, ya que se reduce la posibilidad de morir del 40% al 5%”.