MUNDO LABORAL

Vuelta al trabajo bajo la amenaza de un coronavirus al alza

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Valentina Raffio / Gabriel Ubieto

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Vuelve septiembre y con él las imágenes de vagones de metro o tren llenos de personas que se reenganchan a sus puestos de trabajo. La reactivación de las empresas tras el primer parón estival de la era post covid llega con unos datos de contagios al alza, que amenazan con tensionar los mecanismos de prevención de riesgos laborales que las compañías han ido armando estos últimos meses. Las patronales insisten en que se están haciendo las cosas bien, los sindicatos alertan sobre los vectores de contagio que representan los oficios más precarizados y los técnicos de prevención advierten de los riesgos psicosociales que se han ido incubando durante los últimos meses y que pueden comenzar a estallar ahora. Con efectos tan o más peligrosos para la salud de las personas que el propio virus.

Hacer balance del estado actual de la pandemia es complicado. Porque las cifras de ahora significan algo diferente al escenario de marzo y abril (ya que entonces solo se detectaban los casos más graves). Y porque, aunque el covid-19 sigue al alza, la incidencia del virus es distinta (dado que muchos de los diagnósticos de ahora son leves o asintomáticos). Aun así, varios expertos consultados por este diario coinciden en dos puntos críticos en el diagnóstico del momento. Uno, que en algunos territorios ya estamos ante un escenario de transmisión comunitaria. Y dos, que empieza la segunda ola. Así lo corroboran los epidemiólogos Jesús Molina Cabrillana, Joan Caylà y Magda Campins.

La vuelta a los centros de trabajo, pues, arranca bajo unos indicadores preocupantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntó, allá por mayo, que la pandemia podía darse por controlada cuando el porcentaje de positivos detectados se situara por debajo del 5%. En estos momentos, la tasa de positividad en España rebasa el 11%. La incidencia de casos por cada 10.000 habitantes señala a Madrid y Catalunya como las comunidades autónomas más afectadas. En Aragón, Baleares, y País Vasco más del 10% de las camas hospitalarias están ocupadas por pacientes covid-19. Estos indicadores no solo dibujan un panorama preocupante en el presente. Sino que hacen temer que, si la situación no se controla, las siguientes semanas vayan cuesta abajo. Sobre todo a las puertas de la época de resfriados y gripe.

Diagnóstico de un virus que sigue al alza

Mientras el mundo laboral se prepara para volver a su normalidad, la comunidad científica recuerda que lprioridad sigue siendo bajar la curva de contagios. Varios expertos consultados por este diario señalan la relajación de las medidas de prevención y la falta de coordinación política en la lucha contra la pandemia como algunas de las principales causas de este fenómeno.

Inversión desigual en las empresas

¿Están mejor preparadas las empresas que hace seis meses? Hay un cierto consenso entre patronal y sindicatos en que sí. "Por parte de las empresas hay una consciencia de que las cosas se deben hacer bien. Porque se saben responsables de un posible contagio y porque no quieren volver a parar de nuevo la actividad", defiende la directora del departamento jurídico de Pimec, Estrella Rincón. "Muchas de las empresas que estaban incumpliendo las normas de seguridad ahora han puesto más medidas. Pero sigue habiendo muchas empresas que todavía no tienen las medidas de prevención suficientes", replica la secretaría de política sindical de UGT de Catalunya, Núria Gilgado.

La extensión de medidas de prevención en el espacio público, como las mascarillas, ha ayudado a mejorar las exigencias en los centros de trabajo. "Una vez se toman medidas muy lógicas en la salud pública, es más incomprensible que haya empresas que incumplan esas normativas", señala la secretaria de acción sindical de CCOO de Catalunya, Cristina Torre.

Las fuentes consultadas coinciden en señalar que esa consciencia refuerza comportamientos ya precavidos. "Aquellas empresas que son bastante exigentes en medidas de prevención están haciendo un gran esfuerzo. Y aquellas en las que la prevención es un trámite más que cumplir, sí que se nota dejadez y cierto desconocimiento", comenta el presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (Aepsal), Ismael Sánchez-Herrera.

Y no todas las empresas invierten lo suficiente en materiales homologados, además de focalizar en exceso en la protección individual, obviando la colectiva. "El tema de la ventilación es casi más importante que llevar mascarilla, porque con la ventilación le estoy quitando el peligro a todos. Con la mascarilla dejo esa obligación a cada una de las personas", advierte Sánchez-Herrera.

No solo es cuestión de EPIs

En tiempos de pandemia, la prevención de riesgos laborales no pasa únicamente por la inversión en materiales. La organización de los tiempos de trabajo y los protocolos de actuación son dos elementos clave, según coinciden todas las fuentes consultadas. Joan Caylà, especialista de la Sociedad Española de Epidemiología, plantea la siguiente fórmula para prevenir riesgos. Teletrabajo para quienes puedan. Equipos burbuja que se vayan turnando semana a semana. Y, ya dentro de la oficina un estricto cumplimiento de las 3Ms. Mascarilla, metros (de distancia) y manos (siempre limpias). "También es imprescindible seguir las indicaciones de los médicos. Si te encuentras mal, no vas al trabajo. Si das positivo, cuarentena", recalca el epidemiólogo.

La flexibilidad horaria para entrar y salir de la oficina, minimizando así las aglomeraciones en el transporte público es una de las fórmulas que reivindican los sindicatos. Desde la patronal Pimec ponen el acento en dividir las plantillas por grupos de trabajo estables, con el fin de detectar y rastrear posibles contagios. Esto permite aislar a los afectados si fuera necesario y minimizar el riesgo de tener que paralizar toda la actividad del centro de trabajo. Una dinámica que, según señala  Rincón, ha funcionado bien hasta ahora; pero que la vuelta al colegio y los posibles contagios entre niños puede alterar.

El virus no es solo un peligro físico para la población, sino que bajo la emergencia que ha generado subyacen riesgos psicosociales. Un reciente estudio de CCOO y la UAB señala que el número de ocupados que ha incrementado el uso de fármacos se ha multiplicado por 2,5 para combatir el estrés, la inseguridad u otras derivadas de la pandemia. "Los factores psicosociales, que muchas veces son los grandes olvidados dentro de la prevención de riesgos laborales, van a florecer en estos días y de aquí a que llegue la Navidad. Es algo muy peligroso y las empresas deben vigilarlo muy de cerca", alerta el presidente de Aepsal.

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