COMPROMETIDO CON LOS MÁS VULNERABLES
Los invisibles de Barcelona pierden al 'pare' Manel
No tardarán en surgir voces a favor de que Manel Pousa Engroñat, más conocido como 'pare' Manel, tenga una calle con su nombre en Barcelona. Tendría gracia que sucediera poco tiempo después de que la ciudad le diera una a su buen amigo Pepe Rubianes, fallecido en el 2009, que tiene su placa en su querida Barceloneta. Tendría que ser, ahí no hay discusión que valga, en Nou Barris, el distrito con los barrios más empobrecidos de la capital catalana, donde llevaba más de 40 años intentando mejorar la vida de los invisibles, de la ciudadanía a la que le falta de todo, sobre todo en Verdum y Roquetes. Él ya no podrá arroparles: ha fallecido este miércoles a los 75 años en el Hospital Vall d’Hebron a causa de una embolia. Ingresó el lunes y había dado positivo por coronavirus.
Habrá coincidencia en que se trataba de un hombre bueno. Pero también, y sobre todo, en que era un religioso atípico y valiente. Porque movía cielo y tierra, y parte del infierno, para sacar adelante sus proyectos centrados en el desarrollo social y deportivo de la infancia más desfavorecida, el acompañamiento a las personas encarceladas y el apoyo a las familias más frágiles, y porque tenía detrás a una iglesia que no siempre comulgó con sus decisiones y levantaba una ceja ante según qué compañías. El irreverente Rubianes, por citar un ejemplo. Entre sus amistades, al margen de las anónimas, que eran muchas, se contaban Joan Manuel Serrat, Manel Fuentes, los componentes del Tricicle y el también desaparecido actor Carles Flavià.
Distinciones
El pare Manel siempre tuvo claras las prioridades. Por eso en el 2011, tras compartir en un libro que había cooperado en la comisión de un aborto, encajó sin estridencias la amenaza del arzobispado de expulsarle de la iglesia. ¿De qué iglesia?, quizás debió preguntarse. No llegó a suceder. Su labor, gustara o no al clero, le hizo merecedor de la Creu de Sant Jordi, la Medalla de Honor de Barcelona y el Premi Solidaritat que otorga el Institut de Drets Humans de Catalunya. También fue finalista del Català de l’Any de la edición del 2016, premio otorgado por ELPERIÓDICO. No pudo ser: pasó por delante el ahora archiconocido médico infectólogo Oriol Mitjà.
Las redes sociales se han llenado la noche del miércoles de condolencias y recuerdos hacia la figura del 'pare' Manel. Han escrito el 'president' Quim Torra, la alcaldesa Ada Colau y muchos otros personajes del espectro político, social y cultural. Pero por escoger un mensaje, el que ha compartido un tuitero anónimo, Paco Casas: «Qué incongruencia, se muere hoy un gran hombre como el pare Manel y nominan a quien nominan para el Nobel de la Paz». Tiempos modernos.
Su fundación, creada en el año 2004, se encargará de mantener vivo su legado y su misión. Descanse en paz.
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