la vuelta al cole

Educación sondea con las autonomías ayudas para padres con hijos en cuarentena

La ministra Celáa estudia un permiso retribuido o una baja por incapacidad para los progenitores cuyos hijos sean mandados a casa

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Gabriel Ubieto / Agencias

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El Gobierno estudia herramientas para encajar la actividad profesional de los padres con la posibilidad de que sus hijos sean mandados a casa tras la reapertura de colegios por un posible brote de coronavirus. La fórmula no está clara y desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional están estudiando dos vías: o bien que los progenitores puedan acogerse a una baja por incapacidad temporal o bien habilitar un permiso retribuido especial. Así lo ha avanzado este miércoles en una entrevista en la 'Cadena Ser' la ministra Isabel Celaá. No obstante, la solución está en una fase todavía embrionaria, pues el ministerio que debiera aterrizar e implementar estas medidas, el de Inclusión y Seguridad Social, sigue a la espera de la decisión que consensúe Educación con las comunidades autónomas; tal como explican fuentes consultadas del departamento de José Luís Escrivá. 

"Podría ser una baja por enfermedad o un permiso retribuido, son fórmulas que hemos de articular", ha dicho Celaá en referencia a las ayudas para la conciliación de familias con hijos afectados por un cierre de aulas por el covid. La ministra ha salido al paso de las reclamaciones que el Govern de Catalunya, a través del 'president' Quim Torra, le ha manifestado recientemente. Y con la voluntad de coordinar una medida que alcance a todas las autonomías, pues hasta ahora implementar ayudas monetarias para la conciliación ha quedado a la discreción de los gobiernos autonómicos. Algunos, como Euskadi, Valencia o Galicia, ya costean programas con fondos propios.

"Si hay un menor debe estar acompañado de una persona adulta", es la voluntad que ha manifestado la ministra. Ahora falta concretar con las autonomías la fórmula, que para que sea uniforme debe ser implementada a nivel estatal. Pues las dos opciones que ha planteado Celaá son competencia exclusivamente estatal. Patronales y sindicatos consideran que la más idónea es la de abrir la posibilidad de que uno de los dos progenitores pueda acceder a una baja por incapacidad temporal, equiparada a una baja por enfermedad profesional. Ello se traduciría en que dicho padre cobraría el 75% de su sueldo, que iría a cargo de las arcas de la Seguridad Social y sería abonado en primera instancia por una mutua colaboradora. Evitando así el colapso de oficinas como la del INSS o el SEPE, anegadas de solicitudes por otras prestaciones como el ingreso mínimo vital o las prestaciones por desempleo. 

El clamor de representantes de gobiernos autonómicos y agentes sociales por una fórmula en caso de cierres temporales de aulas crece a medida que se acerca el inicio del curso escolar. Pues, a diferencia del cierre de colegios del curso 2019-2020, los rebrotes que puedan producirse durante el que esta por comenzar no serán coordinados ni previsibles. Lo que impide a las familias planificar sus horarios laborales y pedir cambios de turnos, entre otros. 

Declaración responsable

Con el objetivo de minimizar esa posibilidad de cierre temporal de aulas, la ministra también ha indicado que se pedirá "una declaración responsable a los padres" para que sus hijos vayan a colegio sin fiebre. "La salud y la seguridad empieza desde casa", ha asegurado Celaá que, en cualquier caso, ha reconocido que "no hay riesgo cero" ya que puede darse "la circunstancia de que se incumpla".

Además, ha hecho un llamamiento a los padres para que lleven a sus hijos al colegio pues, como ha reiterado, "la educación es insustituible y beneficiosa". "No puede ser sustituida por el ámbito domiciliario", ha zanjado.

Por ello, la ministra ha insistido en que las escuelas tienen que "estar abiertas" ya que la presencialidad sigue siendo "el concepto general", que se priorizará hasta los 14 años. "Los niños que no pueden trabajan delante del ordenador tienen que estar acompañados en su proceso educativo", ha explicado Celáa que ha pedido "no cargar a las familias con más preocupación e incertidumbre".

En este sentido, ha lamentado que se haya generado "una alarma excesiva" alrededor del regreso a las aulas. "Preocupa a las personas y a los centros que se diga que no se sabe. Sí se sabe: las escuelas van a abrir, la presencialidad es lo general y estamos buscando el entorno escolar más seguro", ha detallado. "Tenemos que enfrentarnos al virus para los niños hagan lo más importante: continuar con su proceso educativo", ha aseverado.

"No se está partiendo de cero"

Por otro lado, ha negado que se esté improvisando el inicio del curso pues, como ha destacado, "todo está planteado desde mayo y junio". "No se está partiendo desde cero, solo hay que hacer algún ajuste a la realidad", ha indicado en relación a los dos documentos que se elaboraron con las CC.AA. el pasado mes junio. "Uno de vuelta a clase con 14 puntos que sigue vigente. Y otro, elaborado con Sanidad sobre prevención e higiene", ha explicado.

Como ha reconocido la ministra, la pandemia "no ha evolucionado durante agosto de modo positivo" de ahí la importancia de la reunión con los consejeros de Educación de las comunidades autónomas de este jueves, en la que estarán presentes los ministros de Sanidad, Educación y Formación Profesional, y Política Territorial.

"La reunión de mañana aborda cuestiones ya planteadas, no se parte de cero, hay algún ajuste en términos de revisión pero el plan de junio sigue vigente", ha insistido la ministra aunque ha avanzado que quieren "ajustar cuestiones como el uso más o menos generalizado de la mascarilla". En este punto, ha apostado porque sea "más generalizado y a partir de los 6 años".

También ha indicado que se tomará la temperatura a los alumnos antes de empezar las clases, un hecho que se "podrá hacer a la entrada, se puede pedir a los padres o se puede medir en las aulas". "Trabajamos en un modelo combinado", ha señalado, al tiempo que ha afirmado que también habrá geles en las aulas para que alumnos y maestros se puedan lavar las manos.

"Son cuatro reglas: ventilación, limpieza de manos, protección personal y distancia. Son las mismas reglas en todos los lugares", ha señalado la ministra, en alusión a otros países de la Unión Europea donde ya han comenzado las clases. "Todos estamos en esa adaptación de las medidas según la realidad que vamos a vivir en el ámbito escolar", ha aclarado.

Al ser preguntada por el protocolo a seguir en caso de detertase un posible caso ha explicado que "lo primero" es la detección precoz. "Una vez detectado se notifica al centro de salud que define qué hacer. El profesor lo saca del grupo con mascarilla y lo aísla", ha indicado.

En cualquier caso, ha reiterado que las escuelas tienen que estar abiertas porque "hay un derecho del alumno a ser educado". "Tienen que permacer abiertas con controles y seguridad y que haya un entorno escolar seguro que permita a las familia tranqulildad", ha insistido.