en el bages

Okupas refinados buscan casa con piscina

Los ayuntamientos de Castellgalí y Marganell han detectado en el municipio ocupaciones de torres y chalets

Okupas refinados buscan casa con piscina

Okupas refinados buscan casa con piscina / periodico

Abel Gallardo Soto

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Una torre o una casa con jardín o piscina no sólo está al alcance de quien dispone de una buena cantidad de dinero para comprarla, también de los okupas que se atreven a forzar la cerradura de la puerta para entrar e instalarse. Tal y como explica el 'Regió 7', diario del grupo Prensa Ibérica, la crisis ha agravado los últimos meses los problemas derivados de las ocupaciones en el sur del Bages, y se ha puesto el foco en las que generan conflicto, pero también ha sacado a la luz okupas que no se conforman con un piso y que entran a vivir en chalets, casas unifamiliares y torres.

No es un fenómeno generalizado, y es más bien minoritario, pero ayuntamientos como los de Castellgalí y Marganell han tenido que hacer frente a la situación. En el caso de Castellgalí, en estos momentos hay tres casas ocupadas en la urbanización de Mas Planoi. las personas que viven ahí no provocan problemas importantes a los vecinos del entorno y tratan de pasar desapercibidos, según explica el alcalde del municipio, Cristóbal Gimeno. "Para comprarlas en el mercado inmobiliario habría que tener un cierto nivel adquisitivo. Se trata de torres y alguna casa con piscina, aunque ahora en verano no se pueden refrescar porque las compañías de luz y del agua cortaron los suministros", afirma, y destaca que no son inmuebles de particulares sino propiedad de entidades financieras.

Se trata de un fenómeno minoritario porque las casas unifamiliares o las torres no están en medio de poblaciones grandes y cuesta llegar si no se dispone de coche particular. De hecho, en Castellgalí no han tenido recientemente ocupaciones conflictivas, a diferencia de Castellbell i el Vilar, Sant Vicenç de Castellet o en barrios de Manresa, y, al margen de las casas, hay dos pisos ocupados al pueblo.

No se trata de un fenómeno nuevo porque el ayuntamiento tiene constancia desde hace unos dos años que en los inmuebles vive gente y el alcalde indica que estas ocupaciones son diferentes de las de barrios de otros pueblos y ciudades. "Son grupos o familias que se están unos meses y se van. En los casos de Castellgalí estamos hablando de redes organizadas que entran en la casa, cambian la cerradura y después entregan la llave a otras personas a cambio, por ejemplo, de mil euros. Los compradores de la llave son engañados o tienen pocas alternativas a la hora de buscar un techo", explica el alcalde de la población. Como los inmuebles son propiedades de bancos, y no de particulares, los procesos para desalojar a los okupas son largos porque "lo toman más con calma".

Marganell es otra población del Bages con chalets ocupados. En la reunión de alcaldes del sur del Bages que tuvo lugar hace un mes para hacer frente común a la hora de combatir las ocupaciones conflictivas, y que provocan malestar vecinal, los representantes del ayuntamiento de esta población también expusieron que, dado que se trata de un término con muchas casas diseminadas, tiene casas con okupas en su interior. Se trata de personas que pasan ahí unos meses.

Las webs de inmobiliarias sirven de referencia a los grupos organizados que actúan en estas poblaciones para saber qué casas son de los bancos y están vacías. Cuando van al lugar y certifican que no vive nadie, es cuando actúan. Cuando personal municipal contacta con quienes viven ahí, hay algunos que alegan haber pagado para tener la llave y entrar en la casa, o dicen haber sido víctimas de una estafa.

Pocos casos en Manresa

Los empleos en Manresa se concentran en pisos, que a veces ni reúnen las condiciones para vivir, y ha habido pocos casos de casas ocupadas, según las asociaciones de vecinos. Actualmente, vecinos del entorno de plaza Catalunya tienen constancia de un caso, el de un inmueble de dos plantas con piscina en la calle del Alcalde Armengou que fue ocupado hace un mes, aunque los que viven no han provocado molestias. Vecinos consultados aseguran que no han tenido que avisar nunca a la policía.

Otro caso que recuerdan es el de una casa en la calle Pablo Picasso, en Cal Gravat, hace cinco años. Entonces hubo quejas vecinales por los ruidos que provocaban.

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