ANATOMÍA DE LOS CASOS

España ha tenido más de 1.100 rebrotes de covid-19 desde el fin del estado de alarma

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zentauroepp54294436 soc lleida200814184152 / JORDI V. POU

Valentina Raffio

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El día que abandonamos el confinamiento domiciliario para adentrarnos en la ‘nueva normalidad’ sabíamos que, en cuanto volviéramos a pisar la calle, el riesgo de contagios volvía a estar ahí. Los expertos, de hecho, vaticinaron que tras la primera gran ola de contagios vivida entre marzo y abril, el futuro de la pandemia se parecería bastante a un ‘mar rizado’ en el que se podían dar varios picos (más o menos grandes). Y sobre los que habría que trabajar para frenar su crecimiento antes de que las olas se vuelvan a convertir en otro gran tsunami. 

Desde el final del estado de alarma hasta ahora, en España se han producido unos 1.155 brotes de covid-19, con más de 13.000 casos nuevos detectados entre junio y agosto. El Ministerio de Sanidad estima que, entre estos, hay al menos 822 brotes que continúan activos. Esto implica que hay al menos 9.217 personas contagiadas a partir de estos focos.

Los datos de los últimos días corroboran que el final de la curva se está sembrando de pequeños picos. Hoy por hoy, el número de casos diagnosticados se ha disparado hasta 2.935, un 97% más que la semana anterior. Los datos, pues, resultan preocupantes. Tanto que este jueves, las sociedades científicas enviaron una carta al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas recordando que este escenario nos aboca a una "alta probabilidad" de un nuevo colapso sanitario. 

Las medidas planteadas este viernes en común acuerdo entre las autoridades sanitarias, que van desde la prohibición de fumar al aire libre al cierre de discotecas, viene a responder a esta inquietud. Sobre todo acordonando aquellos entornos que, hasta el momento, se han convertido en el escenario de nuevos contagios.

Origen de los nuevos contagios

Según los datos recogidos por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, el 40% de los brotes detectados en España se han producido en el ámbito social. Es decir. En las reuniones de amigos y familiares, que posteriormente se expanden dentro de los propios domicilios. Y en los locales de ocio. Entre estos preocupan especialmente los contagios originados en bares, discotecas y restaurantes ya que, al involucrar grandes grupos de desconocidos, se complican todavía más las tareas de rastreo de contactos.

En Lleida, por ejemplo, todo apunta a que uno de los brotes detectados allá por mayo se originó en un cumpleaños celebrado ilegalmente durante las restricciones de la desescalada. El brote de A Mariña (Lugo), que obligó a confinar durante cinco días la comarca gallega, se originó en un par de locales ubicados en la zona del puerto.

El perfil de los nuevos contagiados de covid-19 apunta a que, en estos momentos, la franja más afectada incluye a personas entre 15 y 29 años. Pero más allá de los jóvenes, los contagios alcanzan el grueso de edades, hasta los adultos de 59 años. Según refleja el último análisis epidemiológico del Instituto Carlos III, el 56% de los casos detectados presenta síntomas. Por ahora, los pacientes afectados no presentan un pronóstico especialmente grave. Pero el aumento de las hospitalizaciones,  que ahora mismo ascienden a 5.193 casos, hace temer lo peor.

Grupos vulnerables

En estos momentos, también preocupa el 8% de los brotes detectados en residencias españolas. Por la gravedad a la que pueden derivar los casos. Y por el miedo a que, en estos entornos cerrados, el virus se expanda rápidamente entre los residentes. Varias de las medidas presentadas este viernes, de hecho, pretenden blindar estos entornos para minimizar el riesgo. Los datos de estas últimas semanas reflejan un ligero aunque preocupante aumento de los casos entre los mayores de 59.

También preocupan los rebrotes relacionadas con el ámbito laboral, que actualmente suponen alrededor del 18% del total. El Ministerio de Sanidad reconoce que los trabajadores de mataderos y empresas cárnicas, así como los temporeros y los empleados del sector hortofrutícola representan un "colectivo de riesgo" para los contagios. Sobre todo por las desigualdades estructurales que, en caso de enfermedad, dejan todavía más a la intemperie a estas personas.

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica contabiliza en estos momentos un 6,4% de contagios entre personal sanitario y sociosanitario, con una mayor afectación en las mujeres de estos entornos. Las cifras también recogen un 1,6% de casos de covid-19 importados desde el extranjero.