OPINIÓN

Hay que evaluar la respuesta a la pandemia de covid-19

"Esta evaluación es fundamental para poder conocer en profundidad cómo se ha actuado y para afrontar nuevas olas o epidemias en el futuro"

Una carpa de cribado masivo para detectar positivos de covid-19 en Ripollet.

Una carpa de cribado masivo para detectar positivos de covid-19 en Ripollet. / periodico

Carme Borrell

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El covid-19 ha afectado ya a 19 millones de personas en todo el mundo con más de 700.000 defunciones. En España se han infectado más de 300.000 personas con 28.000 defunciones siendo uno de los países del mundo donde la afectación ha sido más importante. La primera ola de la pandemia se dio sobre todo en personas mayores siendo el colectivo de personas que viven en residencias uno de los más afectados. En cambio, la segunda ola de este verano tiene un patrón diferente y son las personas jóvenes las más infectadas.

Tal como hemos mostrado con los datos de la ciudad de Barcelona, la enfermedad se da con mayor frecuencia en la población de barrios y niveles socioeconómicos más desfavorecidos. Y no podemos perder de vista que las consecuencias sociales y económicas de esta crisis son y serán muy importantes en todo el mundo, aumentando las desigualdades sociales y de salud existentes.

Como hemos comentado otras veces, los servicios de salud pública no estaban preparados para una pandemia de estas características. Los recortes en salud que hubo durante la crisis financiera de la última década y unos servicios de salud pública infrafinanciados a lo largo de la historia no han facilitado la respuesta adecuada.

Tal como hemos señalado diferentes personas expertas en salud pública en una carta publicada en la revista The Lancet , otros factores a tener en cuenta han sido la falta de coordinación a diferentes niveles de los gobiernos, la falta de preparación por parte de las residencias de personas mayores y la falta de equipos de protección individual y de realización de pruebas diagnósticas suficientes. Además, los sistemas de información no estaban dimensionados para tener los datos al día y la comunicación por parte de las administraciones y las personas expertas no han sido suficientemente coordinadas. 

Como se señala en la carta publicada en la revista 'The Lancet' y como varios organismos (Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud) y gobiernos (Suecia, Australia) recomiendan, es importante realizar una evaluación independiente sobre la respuesta a la epidemia que los gobiernos han puesto en marcha tanto, para prevenir la propagación del virus como para limitar los efectos de esta propagación. Esta evaluación es fundamental para poder conocer en profundidad cómo se ha actuado por parte de las diferentes administraciones implicadas (estatal, autonómica y municipal) a nivel de gobernanza, gestión y comunicación y también para hacer recomendaciones para poder afrontar nuevas olas o epidemias en el futuro. 

Esta evaluación debería profundizar también en la respuesta a la epidemia dada por los diferentes países y en la investigación de la comunidad científica. Naciones Unidas da unos principios para la evaluación de la pandemia de covid-19 y enfatiza la importancia de evaluar en épocas de crisis teniendo en cuenta la equidad y los diferentes ejes de desigualdad (clase social, género, país de origen, etc.), sin perjudicar a los diferentes actores implicados, adaptando la evaluación a cada contexto, compartiendo los resultados con otras organizaciones y países e involucrando personas de diferentes edades y perfiles en la evaluación.

En este sentido, una evaluación a tener en cuenta es la realizada en el estado de Victoria (Australia), que ha sido publicada recientemente. Es una evaluación que abarca no sólo los aspectos relacionados con la salud pública, sino también la economía, el trabajo y las infraestructuras, la industria, los impactos sociales, la justicia, la educación y el medioambiente. El informe hace 23 recomendaciones de futuro sobre estos ámbitos, incluyendo por ejemplo la coordinación entre la salud pública y la atención primaria, el apoyo a la salud mental de las personas que sufren los efectos de la epidemia, la reducción del impacto de la crisis en las desigualdades de género o la publicación de las ayudas que se han dado.

Finalmente, veo relevante mencionar la lista de 40 aspectos sobre el respeto a los derechos humanos que Human Rights Watch recomienda revisar en la respuesta a la epidemia de covid-19; aspectos como prevención y cuidado (buena comunicación, pruebas diagnósticas y tratamiento, proteger a los profesionales, reducir el riesgo en centros de detención, mejorar el acceso al agua y saneamiento, ayuda internacional ), gestión de la crisis basada en los derechos (incluida la respuesta a la crisis económica) y respuesta a los daños causados por el distanciamiento social.

Estos ejemplos pueden ayudar a poner en marcha una evaluación rigurosa e independiente en nuestro país, evaluación que será capital para afrontar futuras emergencias de salud pública. 

Carme Borrell Doctora en salud pública.

La autora de este artículo forma parte de la Red de Científicas Comunicadoras de El Periódico.