DEBATE SOBRE EL PAPEL DE LA ESCUELA

Gregorio Luri: "Un maestro con autoridad es el mejor aliado del alumno"

Gregorio Luri, durante la entrevista con EL PERIÓDICO.

Gregorio Luri, durante la entrevista con EL PERIÓDICO. / periodico

Olga Pereda

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¿Qué aprendemos? ¿Cómo aprendemos? ¿De quién aprendemos? ¿Dónde aprendemos?  En España, el 12% de los alumnos repite curso (frente al 2% de media europea) y el 18% abandona de forma temprana sus estudios. Muchas voces se preguntan si la escuela actual está en crisis y es demasiado vieja para el siglo XXI. ¿Se necesita una revolución? ¿O, simplemente, hay que reivindicar la autoridad del profesor y la necesidad de hincar los codos para adquirir conocimientos? El debate está abierto. EL PERIÓDICO entrevista a Gregorio Luri y Eduard Vallory, dos especialistas que consagran su vida profesional -y personal- a pensar cómo mejorar la escuela.

Maestro, licenciado en Ciencias de la Educación, doctor en Filosofía, colaborador del proyecto Aprendemos juntos  y autor de numerosos libros de política y pedagogía, Gregorio Luri defiende que si la escuela está en crisis no es porque sea una institución vetusta sino porque se ha olvidado de su noble función: reducir la distancia entre la ignorancia y el conocimiento poderoso. El título de su último libro es toda una declaración de intenciones: 'La escuela no es un parque de atracciones' (editado por Ariel).

Antes que nada, ¿cómo analiza este parón escolar por la pandemia

Con muchísima preocupación. Hay niños a los que no les ha ido mal. Son los más tímidos, los introvertidos y a los que no les gusta mucho trabajar en equipo o sufren acoso escolar. Pero nos enfrentamos a un problema grave respecto a los estudiantes que han desaparecido completamente de las redes escolares, y podrían ser en torno al 20%. Seis meses sin contacto alguno con la escuela implica perder conocimientos, perder casi un año académico.

En su libro utiliza la ironía para afirmar que los alumnos ya no son expulsados de clase sino que son "aconsejados para que, de forma voluntaria, salgan al pasillo a tranquilizarse". Insiste en que el colegio no debe ser una democracia.

¿Cómo va a ser una democracia un colegio? Vamos al colegio precisamente para salir de las relaciones de iguales y movernos en relaciones jerárquicas. En el colegio no estamos para que un igual nos trate de igual sino para que alguien superior a nosotros nos ayude a visualizar lo mejor que podemos llegar a ser. No pasa nada por reconocer que Mozart es mejor músico que yo. No pasa nada por aceptar que un maestro sabe más que yo, eso no va a afectar a la dignidad personal de nadie. La escuela es el lugar donde trascendemos los límites de la familia. Es el lugar donde nos asomamos al mundo. Necesitamos guías, no colegas ni iguales.

Los coles tampoco son una dictadura.

Lo contrario de la democracia no es una dictadura. En la escuela hay que tener clara la distancia entre lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Es una relación vertical, pero no una cárcel ni un cuartel. El maestro que tiene autoridad no es el que tiene poder. El poder tú lo impones pero la autoridad te la tienes que ganar cada día. Un buen profesor sabe motivar y estimular.

Afirma que los niños ricos siempre están haciendo deberes. ¿Por qué?

Cuando digo eso me refiero a los culturalmente ricos. El niño que crece en una ambiente culturalmente rico no encuentra diferencia entre el lenguaje de casa y la escuela. En sus familias se leen periódicos, se va a exposiciones y museos, se escucha música… El que pertenece a otro ambiente cuando se encuentra con el lenguaje académico tiene que cambiar de registro. Hay deberes horrorosos que yo penalizaría. ¿Qué sentido tiene hacer trabajos mecánicos? Pero reforzar conceptos me parece que no es ningún trauma. A veces en las críticas a los deberes veo la cola al antiintelectualismo, como si cualquier actividad intelectual fuera una carga pesada e insoportable. Hay que eliminar eso. Lo mismo con la inseguridad matemática de los niños.

Despotrica contra los gurús educativos que piensan que los profesores quieren acabar con la curiosidad y la creatividad infantil.

La escuela es hoy más sensible a todo lo que suene innovador que a lo bueno. Pero se necesitan soportes empíricos que lo apoyen. Una de las lagunas del sistema educativo es la falta de existencia de una oficina de la calidad escolar.

"El problema del sistema educativo es que hemos perdido el concepto de para qué educamos"

No es un admirador precisamente de la educación emocional.

Necesitamos control emocional, es evidente. Los incontrolados emocionalmente son insoportables. Quien quiera educarse emocionalmente de verdad que acuda a la gran literatura. ¿No educa emocionalmente la novela rusa? Pensamos que las emociones, por si mismas, las tenemos que expresar. Pues no. A lo mejor las tienes que reprimir. El problema del sistema educativo es que hemos perdido el concepto de para qué educamos. Cada vez nos centramos más en los medios, en los procedimientos.

¿No tenemos que aprender a aprender?

¿Cómo se hace eso? Si hay que aprender a aprender habrá que aprender a aprender a aprender. ¿Cómo se aprender a caminar? Caminando. ¿Y a amar? Amando.

"No hemos venido al colegio a divertirnos", subraya.

Preciso. Yo lo que digo es que "no hemos venido al colegio solo a divertirnos". Al colegio no se va a sufrir, no es un valle de lágrimas. El placer que debemos buscar es el placer del descubrimiento intelectual, el conocimiento. Ahora se dice que sin emociones no hay conocimiento. Y yo digo que sin conocimiento no hay emociones. El conocimiento es el motor del interés.

"Me parece terrible sustituir libros de texto por unas fichas sin orden y concierto""

¿Qué opinión le merecen los libros de texto?

Que son un instrumento más. Los hay buenos, regulares, malos y muy malos. Lo que me parece terrible es sustituir los libros por unas fichas sin orden y concierto que acaban arrugadas en la mochila del niño.

Defiende a capa y espada la autoridad del profesor. ¿Por qué?

Un maestro con autoridad es el mejor aliado que puede tener un alumno. Porque la disciplina, hoy tan denostada, si para alguien es necesaria es para quienes necesitan el aprendizaje. En nuestras escuelas sabemos que en torno al 20% de tiempo de clase el profesor lo tiene que dedicar a callar y calmar el aula. Eso significa un día a la semana. ¿Quién sale perjudicado? El que más necesita aprender. La escuela debe ser equidad e igualdad de oportunidades. El mejor aliado del niño es la disciplina. La disciplina no es un profesor con látigo. Es ambiente de trabajo.

¿Por qué cree que hay que hincar los codos tanto?

Porque si no nos quedamos sin vida interior. Cuando digo hincar codos estoy diciendo que tú te enfrentas a un problema, no estoy hablando de memorizar como un papagayo. Tú te enfrentas a un problema, le das vueltas, te enfadas, preguntas al maestro y te orienta… La satisfacción de haber comprendido algo es un placer intelectual que solo se ofrece al que se ha esforzado por alcanzarlo.

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