El colapso de los CAP en Lleida imposibilita el rastreo del coronavirus

Carpa auxiliar del CUAP de Prat de la Riba, en Lleida

Carpa auxiliar del CUAP de Prat de la Riba, en Lleida / periodico

Elisenda Colell

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Un colapso general reina en los Centros de Atención Primaria (CAP) en Lleida. Lo demuestran las largas colas de espera de los pacientes, lo denuncian los profesionales y lo reconocen los responsables del Govern. El problema reside en que los sanitarios del CAP son quienes atienden los contactos más estrechos de los infectados, y por lo tanto, son la primera pieza del seguimiento de la transmisión que debería frenar una expansión del coronavirus ya desbocadaComisiones Obreras lamenta, además, otra derivada: que no habrá médicos para atender a los pacientes que enfermen en las residencias, como sí pasó en mayo, cuando Salut asumió las competencias de estos centros. Todo ello, en una comarca encerrada en ella misma y que ya ha registrado 2.990 casos de coronavirus desde el incio de la pandemia. 

Hamdouz se plantó este sábado a las once de la mañana en el CUAP Prat de la Riba, el único abierto en la ciudad de Lleida durante el fin de semana. Se dió un golpe y el dolor le paralizaba las cervicales. A las cuatro de la tarde salía con una receta entre las manos. A la una del mediodía, Silvia, una joven ilerdense, llevaba ya dos horas esperando frente a la puerta del mismo centro y bajo un sol abrasador. "Estoy con vómitos desde ayer, he venido a hacerme una PCR porque trabajo en una tienda y quiero saber si tengo el virus y debo coger la baja", explicaba indignada. No era la única. A esa hora había cinco familias más, con sus respectivos allegados, que llevaban varias horas frente a la puerta del centro, por el mismo motivo. Algunos, con claros síntomas de la enfermedad. "Esto un foco clarísmo de transmisión", se quejaban fuentes sanitarias. 

Carpas auxiliares

Precisamente, para evitar estas colas, la Generalitat instaló ayer dos carpas auxiliares a este centro sanitario que atenderán a los pacientes con síntomas de coronavirus de toda la ciudad. Pero estas pruebas del virus las harán los profesionales sanitarios que ya trabajan en el resto de CAPs de Lleida, y que ahora deberán reducir su atención a mínimos. "Si nos mandan a trabajar allí, ¿cómo haremos el seguimiento de los contactos?", se preguntaba una fuente sanitaria que precisamente ha sido asignada de una función a la otra. La respuesta del gerente del ICS en Lleida, Ramon Sentís, no dejaba lugar a dudas. "El punto más crítico en el que nos encontramos es en el rastreo de contactos, tenemos una falta evidente de profesionales de la atención primaria que haría falta reforzar", reconocía en rueda de prensa. De hecho lo cuantificó en 50 enfermeros y 20 médicos.

La falta de manos en la sanidad leridana es endémica pero ahora se le suma el hecho de que muchos profesionales están de vacaciones. A pesar que había 260 voluntarios, de momento ninguno se ha incorporado aún, confirmó ayer Sentís por "no cumplir con los requisitos". "Los trabajadores de la atención primaria están desbordados, no entendemos por qué no aumentan la plantilla, están constantemente improvisando", se quejaba Elena Motos, responsable de sanidad del sindicato Comisiones Obreras.

89 hospitalizados

Uno de los trabajos de los profesionales de la atención primaria es hacer las pruebas PCR y rastrear los contactos. La otra, atender los casos positivos en las residencias. Y es que estos centros no disponen de atención médica necesaria en caso de tener algún brote, como ya se demostró en abril. El primer trabajo ya se está viendo imposible. ¿El segundo? "En estos momentos es inasumible atender y visitar las residencias, tampoco se está haciendo", contaba Motos. Mientras tanto, el Govern ha ampliado el cierre de los geriáticos en toda la provincia de Lleida, y ha empezado a hacer tests PCR a los 14 centros del Segrià. 

Por el momento, hay 89 personas hospitalizadas por coronavirus en los distintos hospitales de Lleida, entre públicos y privados. Se ha abierto una nueva planta en el hospital Arnau de Vilanova, pero los responsables sanitarios insistían en que les faltaban profesionales para atender al grueso de enfermos críticos. Una de las soluciones que se plantean es desviar pacientes hacia los hospitales de Reus, Igualada, Manresa, Sabadell o Barcelona. El plan se testó ayer, mandando ocho enfermos en estado grave y sin coronavirus hacia el Vall d'Hebron.

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