cita anual en la universidad

Arranca en Lleida la selectividad más atípica

zentauroepp54021883 200707092047

zentauroepp54021883 200707092047 / periodico

María Jesús Ibáñez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Allá van, en fila, con mascarilla (se la podrán quitar una vez se hayan sentado en sus puestos) y con los nervios propios de aquellos que encaran una prueba que, para la mayoría, va a marcar el inicio de una nueva etapa vital. Pero esta vez, para los alumnos que en el pasado mayo terminaron el bachillerato en Lleida, los nervios tienen varios componentes añadidos: están yendo a las pruebas un mes más tarde de lo normal; lo hacen, como ya se ha dicho, con la angustia y la sudorina que provoca llevar medio rostro cubierto por un trozo de tela y, en su caso, bajo la mirada atenta de un equipo de agentes cívicos municipales que les van recordando, mientras esperan su turno de entrada, que hay que mantener la distancia mínima de seguridad. Esta mañana, a las puertas del edificio del Rectorat de la Universitat de Lleida (UdL), los temas 'se cantan' con un metro y medio de separación.

Son unos 300 los estudiantes de cuatro institutos distintos de la ciudad los que acceden, en acordeónica fila india, hacia el interior del edificio universitario. A primera hora este martes toca Lengua Castellana, el examen que cada año se hace famoso por sus enrevesadas preguntas trampa (la catáfora ha salido ya dos veces). Luego será el turno de Matemáticas y, ya por la tarde, de Física.

Pruebas más flexibles

"Lo complicado esta vez es que no sabemos qué nos espera exactamente, nos han dicho que va a ser una prueba más flexible, por lo del coronavirus, pero nadie nos ha aclarado qué significa eso", comentan Alícia y Júlia, en uno de los corrillos formados ante la puerta del que fuera antiguo seminario de Lleida, ahora sede de la UdL. Recuerdan que ya el fin de curso fue atípico, "porque las clases fueron ya todas 'on line' desde después de Semana Santa".