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La primera verbena de Sant Joan del covid-19 apuesta por la familia

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Óscar Hernández

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Familiar, próxima y con los mínimos riesgos. Esta es la consigna para la primera verbena de la época covid. Mantener las distancias y evitar aglomeraciones minimizarán el riesgo de contagio, y no coger el coche y hacer un buen uso de los petardos impedirá que los servicios de emergencias pasen una noche movida, un relativo descanso merecido tras el estrés sufrido desde el inicio de la pandemia.

Así lo explica Xesca Baró, responsable de información de Protecció Civil, de la Conselleria d'Interior, para quien "esta tiene que ser una verbena familiar y con amigos para evitar aglomeraciones y contagios". Baró, que se ha reunido con los diferentes sectores implicados en las verbenas, desde Creu Roja hasta los vendedores de pirotecnia y las entidades culturales que organizan 'correfocs', pide también extremar la prudencia para evitar los accidentes típicos de esta fiesta.

Alivio en hospitales

"Si evitamos lesionarnos se reducirá el número de personas que acuden al hospital y así no colapsaremos los servicios de urgencias, que ya llevan acumulada una importante carga de trabajo", asegura esta especialista que respecto al covid-19 insiste en la medida de proteccion más eficaz: "Evitar las aglomeraciones y si otros años muchos han querido ir a las playas en una noche así, esta vez es mejor no hacerlo".

Varios municipios costeros han anunciado el cierre de sus playas. Barcelona fue el primero en hacerlo público, aun antes de saber que la ciudad iba a salir totalmente de las fases numeradas del confinamiento para entrar directamente en la bautizada como de reconstrucción. 

El área metropolitana, sin playa

La capital catalana prohíbe expresamente el acceso a todas sus playas desde las ocho de la tarde de este martes 23 hasta las 10 de la mañana del día de Sant Joan. Vallas, carteles, cintas policiales y patrullas de Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra recordarán la prohibición de pisar la arena, un clásico en la noche más corta del año.

Otros municipios próximos, como Badalona y el resto de los del área metropolitana que tienen litoral, se han sumado también a esta iniciativa que busca proteger la salud pública. Igual que Mataró, que con dos kilómetros de playas (Sant Simó, El Callao, Varador y Ponent) impedirá el acceso a la arena, aunque la capital del Maresme sí dejará abrir los chiringuitos, pero solo en su horario habitual, sin las prórrogas concedidas otros años.

Ni cenas populares, ni hogueras

"El cierre de las playas se ha decidido desde la prudencia y para la seguridad y la salud colectivas. De la misma forma que mantuvimos las playas cerradas hasta la fase dos, creemos que también hay que hacerlo en la verbena teniendo en cuenta su importante extensión en el municipio", ha explicado Anna Villarreal, concejala de Seguridad Pública de Mataró.

También en Mataró, como en otros municipios, se han prohibido las verbenas populares. Un caso singular es la tradicional cena que celebran cada año los vecinos de la calle de Sant Joan que deberán realizar este 'sopar de germanor' más adelante. Este municipo no pemitirá ninguna hoguera. Pero en Barcelona, en cambio, sí se han autorizado dos muy pequeñas o 'fogerons' en la plaza de Joan Coromines y en el cruce de Entença con avenida de Mistral.

Cambrils, Vilaseca y Salou, unidos

La ocupación de las playas sí será posible en varios municipios de las comarcas de Tarragona y Girona. Salou, Cambrils y Vilaseca, por ejemplo, no impedirán el acceso. "En Salou no dejaremos tirar petardos en la arena, ni encender hogueras, ni poner música, pero se podrá acceder", explica el concejal de Playas y Mantenimiento, Pedro Madrona. "Los municipios próximos nos hemos puesto de acuerdo en abrir todos para evitar que la gente se acumule en un único municipio buscando su playa abierta, aunque aquí no hay mucha tradición de ir a la playa en la verbena", añade.

Platja d'Aro, sin fuegos

El mismo argumento esgrimen en los ayuntamientos de  Platja d'Aro y Palamós, donde tampoco se cerrarán los accesos a la playa. Aunque el primero de los municipios ha tenido que suspender su tradicional y multitudinario castillo de fuegos artificiales. "La gente podrá ir a la arena y hasta tirar petardos, pero la Policía Local vigilará que no haya aglomeraciones, aunque nuestra playa es de dos kilómetros de larga y hasta 60 metros de ancha", dice el alcalde de Platja d'Aro, Maurici Jiménez. "También confiamos en el sentido común de la gente", añade a la vez que explica que este año se estrenarán dos quads para patrullar sobre la arena.

"En nuestros municipios la playa y el paseo marítimo forman parte del espacio urbano y sería muy difícil impedir a la gente que vaya a la playa. Son playas urbanas a donde irán grupos pequeños o familias", añaden fuentes del Ayuntamiento de Palamós, donde la verbena coincide con la fiesta mayor, para la que se ha limitado una zona al aire libre pero con control de aforo. También se han prohibido las atracciones de feria y las barracas para los jóvenes por temor al covid-19.

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