Seis funcionarios investigados

Agentes de los Mossos: "Los insultos racistas son indefendibles"

Guillem Sànchez

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"El audio es el de una actuación indefendible. Hace años que se piden las cámaras de vídeo para cada agente, que se registren todas las intervenciones. Y si hay algún policía que no sea profesional, tendrá que serlo". Lo explica un agente del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO), la misma unidad de antidisturbios a la que pertenecen los seis mossos investigados por agredir, vejar e insultar a un ciudadano negro en Sant Feliu Sasserra (Bages) en enero del 2019. Resume el sentir general de un cuerpo que, en las palabras que su comisario jefe, Eduard Sallent, ha utilizado en la carta que ha enviado a sus agentes este martes por la mañana, siente "vergüenza" ante la grabación xenófoba que SOS Racisme divulgó ayer lunes. Sallent también ha reiterado que los Mossos no toleran actitudes discriminatorias y ha lamentado la intervención porque, a pesar de ser un hecho aislado, genera "recelo" y "desconfianza" de los ciudadanos hacía los policías.

El audio dura 13 minutos y fue captado por el propio ciudadano, que se había dado a la fuga y regresó para entregarse minutos después con la grabadora en marcha. El resultado deja poco margen a las interpretaciones. Entre otras cosas, llaman "mono" y "negro de mierda" al joven. Uno de los policías le pide que lo mire a los ojos para preguntarle: "¿Has visto alguna vez el demonio tan cerca? Soy lo más cerca que vas a ver el demonio". Otro añade que no son racistas sino "ordenados" o un tercero le avisa de que "como vuelva a tocar" a uno de lo suyos le va a "hundir la cara".

"Son casos muy aislados. En todas partes hay gente profesional y gente que no lo es, se dediquen al periodismo, a ser policías o a la carpintería. Pero en este caso a los agentes se les ha ido la olla, totalmente. Parece una película", razona un inspector. "Hay que condenarlo. No puede ser. La policía puede dar órdenes pero no así. Pero esto de que los Mossos son racistas no es verdad. No lo es. Tratamos a todas las personas igual, con el máximo respeto", razona un agente de Seguridad Ciudadana en Barcelona. "No son actitudes propias de nuestro cuerpo, la formación que recibimos está basada en el respeto a los derechos humanos", añade un investigador

"Actúan mal pero también hay que entender que los policías son personas y a veces se encuentran ante situaciones que los llevan al límite y los exponen a sufrir un calentón. Aunque no lo digo para justificarlo", contextualiza otro agente destinado en el distrito de Ciutat Vella.

Una agente que trabaja en la corona metropolitana asegura desconfiar del momento en que se ha hecho pública esta grabación, coincidiendo con el movimiento 'Black Lives Matters', y se suma a la aclaración de sus compañeros. "No somos racistas. Estamos hartos de que se criminalice a todo el cuerpo por incidentes aislados que, además, todavía no han sido juzgados", mantiene.

Grabación anunciada

Según SOS Racisme, ni los compañeros ni los superiores de los agentes implicados han colaborado para lograr identificar a los dueños de las voces que insultan al ciudadano negro. Familiares de este se reunieron con un responsable de los Mossos en febrero del 2019. En esa reunión se notificó la existencia de una grabación aunque el mando no llegó a escuchar su contenido. El Departament d’Afers Interns (DAI) abrió una investigación que se paralizó poco tiempo después, al arrancar la causa judicial que sigue en marcha contra los seis policías. Fuentes de la 'conselleria' d’Interior y de los Mossos niegan que conocieran el contenido del audio y que han actuado en cuanto se ha hecho público cambiando el destino de los seis agentes dada "la gravedad" de lo sucedido. 

Desde el Sindicat de Policies de Catalunya (SPC) se recuerda que suspender a un funcionario de empleo y sueldo antes de la condena judicial vulneraría la presunción de inocencia. Incluso ante un hecho como el de esta grabación, "absolutamente condenable", hay que esperar a que se pronuncie el tribunal, defiende David MiquelAlbert Palacios, portavoz de USPAC, se suma a la petición de las cámaras de vídeo para evitar situaciones como esta en el futuro. "Hay un audio pero las imágenes resultarían de gran ayuda para comprender mejor qué ha ocurrido".

En clave política, la grabación se ha convertido en la enésima demostración de los roces electorales que separan a los socios de Govern. Esquerra ha pedido "cambios estructurales" en el seno del cuerpo y Junts per Catalunya –el mismo partido que gobierna la 'conselleria'– ha exigido al 'conseller' Miquel Buch "firmeza" para depurar actitudes racistas. El Síndic de Greuges, por su parte, también investigará los hechos. 

Las entidades denuncian que es un mal estructural

Desde SOS Racisme, entidad que lleva la acusación en el caso de Manresa, insisten en que se trata de una cuestión estructural. «Se empeñan en subrayar que son casos aislados, cuando es evidente que estamos ante algo estructural que no se resolverá hasta que se acepte y se tomen medidas de fondo», señala Gemma Ferreón, coordinadora de incidencia política de la entidad, que lleva 30 años denunciando situaciones similares. «Los números lo certifican. Desde 1999 nuestro servicio de denuncia ha recogido 571 casos de racismo policial y solo se ha condenado a cuatro policías, y en ningún caso se ha aplicado el agravante de racismo ni se ha aplicado el delito de odio», destaca Ferreón, quien añade que el cuerpo tenía conocimiento de los hechos desde hace un año y no han actuado hasta que han hecho público el audio.

Las entidades en defensa de los derechos humanos coinciden en que el racismo está presente en todos los cuerpos de seguridad, tanto pública (policía local y Mossos d’Esquadra) como privada. Son muchas las denuncias relacionadas con vigilantes de seguridad del transporte público. Ferreón pone el ejemplo claro de las identificaciones policiales por perfil étnico. «Son sistémicas y, pese a que se ha probado que son ineficientes y que lo único que logran es alimentar el imaginario racista de que las personas migradas son delincuentes, se siguen haciendo», denuncia la activista. 

Desde el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes coinciden en que «el racismo está presente en todos los cuerpos policiales desde el momento en que su función es hacer cumplir  unas políticas racistas». Uno de los eslógans de la entidad es precisamente «el racismo institucional condena a la manta». «Lo de Estados Unidos pasa aquí, pero es más fácil denunciar lo que pasa lejos que reconocer lo que sucede aquí», denuncian. Lo mismo señalan plataformas como Tanquem els CIEs. «A pesar de las numerosas voces que reclaman la eliminación del racismo institucional, el Estado pretende reabrir los CIE en cuanto se abran las fronteras. En el CIE de Barcelona, además, con un módulo para encerrar mujeres. No lo podemos permitir. La política migratoria es profundamente racista y discriminatoria. Hay que derogar la Ley de Extranjería», apuntan. HELENA LÓPEZ