La Conca d'Òdena teme un nuevo rebrote y las consecuencias de otra crisis social y económica

La Conca de Òdena constata un progresivo retorno a la normalidad después de la insólita situación de confinamiento perimetral que vivió a raíz de la crisis del covid-19. Este sábado se cumplen tres meses del cierre de cuatro de los siete municipios de la Conca, y que se prolongó durante 25 días. Preguntados por la ACN, los alcaldes aseguran que se trata de una de las situaciones más difíciles que les ha tocado vivir, pero valoran positivamente el trabajo en equipo y la colaboración que ha habido entre alcaldes de cinco fuerzas políticas. Tres meses después, el territorio pide prudencia por miedo a un posible nuevo rebrote y teme las consecuencias de la crisis social y económica derivadas del episodio de coronavirus más grave de todo el país.

Igualada, Òdena, de Igualada y Vilanova del Camí van recuperando paulatinamente la "nueva normalidad", al igual que lo hace el resto del país. Estos cuatro municipios de la Anoia, pero, a diferencia del resto de Catalunya, han sufrido la crisis del coronavirus de manera más intensa debido al conocido como "brote de Igualada", que provocó que la Conca d' Òdena viviera un doble confinamiento.

Y es que durante 25 días -del 13 de marzo al 6 de abril- este territorio quedó completamente aislado del resto del país. Tres meses después de que se decretara el cierre perimetral, los alcaldes de la Conca d'Òdena hacen balance de la situación.

Marc Castells (Igualada): "Cerrar Igualada fue la mejor decisión" Marc Castells ha sido la cara más visible del brote de Igualada. Fiel a su voluntad de transparencia, mientras duró el brote, Castells llevó a cabo, cada día, una rueda de prensa para informar a la ciudadanía de la situación que vivía la Conca. Un episodio que, reconoce, nunca habría imaginado, pero cuya extrae la capacidad de coordinación y entrega de los alcaldes que estuvieron en primera línea del brote, y la responsabilidad de sus ciudadanos. Para Castells, el cierre perimetral de la Conca fue una decisión acertada porque "era lo que tocaba ante la amenaza grave". Ahora, lo que más preocupa al alcalde es la situación económica del territorio y, por ello, dice, los alcaldes trabajan en recaudar recursos para afrontar y dar respuesta a la situación económica de los ciudadanos y la de los ayuntamientos, que han visto disminuir drásticamente los sus ingresos.

Maria Sayavera (Òdena): "Todavía nos adaptamos día a día" Este lunes hace un año que Maria Sayavera es alcaldesa de Òdena y ha pasado los últimos tres meses gestionando una de las crisis sanitarias más importantes del país. "Los primeros días pasaron muy rápido, pero entre todos pudimos gestionar la emergencia de la mejor manera posible", asegura. Por Sayavera, ahora el episodio pasa por una segunda fase, una crisis económica y social que deja aún más complicada la situación de un territorio ya tocado por las diversas crisis económicas. "Aunque nos vamos adaptando día a día", subraya. La alcaldesa reconoce que la conselleria de Salut fue "valiente" el día que decidió cerrar perimetralmente la Conca d' Òdena. "Era una decisión difícil y complicada, sufrimos mucho, pero las cifras ahora demuestran que la decisión fue acertada", asegura. De hecho, de todo esto, Sayavera todavía es capaz de sacar un punto positivo: gracias al confinamiento, mucha gente ha confiado más en el comercio local de Òdena.

Noemí Trucharte (Vilanova del Camí): "Me quedo con la fuerza de la gente". "Fuerza". Así es como la alcaldesa de Vilanova del Camí, Noemí Trucharte, define con una sola palabra los tres meses "de reto constante" que ha tenido que vivir como máxima autoridad de su municipio, de poco menos de 12.500 habitantes y situado a tocar de Igualada. Trucharte recuerda el 13 de marzo, el día que les informaron que quedaban aislados del resto del país "sin saber hasta cuándo". "Fue un día de perros, muy duro, angustioso. Teníamos que explicar a nuestros vecinos que sólo tenían tres horas para entrar o salir del pueblo y no sabíamos que nos esperaba", explica. De aquellos días, la alcaldesa socialista destaca especialmente el buen comportamiento de sus conciudadanos, y también el ejemplo que, como alcaldes, han dado a la ciudadanía. "Somos alcaldes de cinco colores diferentes y la unión entre nosotros ha sido ejemplar", asegura. Pero la alcaldesa también lamenta la muerte de muchos vecinos, el episodio más cruel de estos meses. En este sentido, en Igualada el brote fue especialmente duro en la residencia de ancianos, donde vivían 150 residentes, de los que han muerto una cincuentena. "Muchos eran vecinos del pueblo", lamenta. De cara al futuro, lo que más preocupa la alcaldesa es la posibilidad de un nuevo brote pasado verano. "Sería devastador para nuestro territorio", asegura. Más allá de eso, Trucharte está especialmente angustiada por la crisis social y económica que se deja entrever