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Fernando Simón, nuevo icono pop

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zentauroepp53700130 mural simon200609113951 / Miguel Lorenzo

Nacho Herrero

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Ya hay camisetas y banderas con su cara. Sus afirmaciones, tergiversadas o no, sustentan o rechazan denuncias que también le cercan a él. Por las redes sociales, además de ‘memes’ ensalzándole o ridiculizándole, circulan las medidas para imprimir en 3D pequeñas figuras suyas y, palabras mayores, ya tiene su propio ‘caganer’ y sale en ‘Polònia’. Después de tres meses en el foco informativo como principal responsable comunicativo del Gobierno en esta pandemia del coronavirus, Fernando Simón ya es un icono.

En una estrecha calle de València un graffiti recoge el momento en el que con todo el mundo pendiente de las toses propias y del vecino, a él le dio un ataque en plena comparecencia y lo achacó a una almendra. "Hoy no he comido almendras por si acaso", dijo con guasa al día siguiente.

Imagen y discurso

"No todo el mundo tiene la capacidad de no dejar indiferente, uno de sus secretos es que no es plano, ni físicamente ni su discurso", explica Toni Aira, profesor de comunicación política de la UPF Barcelona School Management.

Sus pobladas cejas, su canoso pelo alborotado y su voz rasgada hacen furor en  las redes sociales, que babeaban antes con sus jerseis y ahora con sus camisas de manga corta. "No da la sensación de postizo o de haber pasado por un cásting de portavoces. Es genuino, auténtico", señala el profesor, que destaca su "empatía".

Esa forma de ser y la exposición mediática han hecho, explica la experta en comunicación Verónica Fumanal que "forme parte de nuestras vidas".

"Ha sido el portavoz que siempre ha estado, y se ha convertido en un icono de cotidianidad de la pandemia. El día que deje de salir será que el coronavirus ya no está", reflexiona la politóloga. "Es que no se cuántas horas de ruedas de prensa lleva ya pero seguro que en tres meses son más que las de Mariano Rajoy en dos legislaturas", calcula.

Su mezcla de datos y empatía, apunta Aira, ha conseguido que su discurso llegue. "El público lo ha identificado como uno de los suyos, como alguien que está para ayudar y no para ayudarse. Alguien a quien no se le caen los anillos por no saber algo. Le ha dado credibilidad asumir errores, reconocer que no sabe todo", asegura.

Esquivando balas...

Pero una crisis como esta, con decenas de miles de muertos, un confinamiento severo durante un mes y medio y con las consecuencias sociales de haber congelado la economía, también genera odios y los detractores de Simón ‘disparan’ con bala.

Aira tiene claro cómo ha ganado esa batalla. "El problema que han tenido sus detractores es que la confrontación política se basa en el choque, pero no puedes estar bregando constantemente con quien no quiere y eso ha hecho. La capacidad de ignorar ataques sin transmitir soberanía ha sido espectacular. Se le ha comprado el relato", asegura.

Fumanal sostiene que ha tenido un gran aliado para conseguir salir airoso del barro político. "Que lo nombrara Ana Mato con Mariano Rajoy de presidente ha avalado su trayectoria y su independencia y el otro día el ministro Salvador Illa hizo referencia a eso dándoles las gracias. El marco mental que querían imponer es que es un científico de ciencia no de parte, que lo hizo tan bien en su día que sigue ahí", desmenuza.

Aunque no todas

Pero, como era previsible, Simón no sale indemne. "Le persiguen afirmaciones categóricas que hizo y que no estaban avaladas por el método científico", asume Fumanal. "No sé si fue por dar tranquilidad pero se aventuró a determinadas afirmaciones que hoy empañan ese perfil técnico. El tema de las mascarillas es claro y evidente, pero también con los test o con la manifestación del 8M", desgrana.

Esas cuestiones, afirma, "merman su imagen" aunque en su día las asumiera "como parte de una estrategia comunicativa de calma".

En cualquier caso, esos errores no han dinamitado su imagen y podrían haberlo hecho. Para Fumanal las razones son claras. "La humildad y la asuncion de responsabilidades son dos de las cuestiones que mas te protegen o te blindan de los ataques", apunta.

Científicos en alza

Pero el caso de Fernando Simón no es único, casi cada país tiene el suyo y el fenómeno ha sido parecido. En Estados Unidos los seguidores del doctor Anthony Fauci pueden llevarlo incluso en los calcetines. "En Suecia vi que alguien incluso se había tatuado al Fernando Simón de allí", explica Aira en referencia a Anders Tegnell.

Pero el profesor de la UPF-BSM no es muy optimista. "Durante mucho tiempo se ha marginado la opinión de los expertos y de los datos y ahora se han vuelto a poner en valor pero por el contexto, no creo que venga para quedarse", lamenta.

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