DESESCALADA EN LAS AULAS

La tímida reapertura escolar deja a miles de familias desconcertadas

Alumnos de infantil de la escuela Costa i Llobera

Alumnos de infantil de la escuela Costa i Llobera / periodico

Helena López

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Las familias de la EBM La Trepa de Cornellà se enteraron de que el jardín de infancia de sus hijos no abrirá este lunes pese a entrar en la fase 2 al leer este viernes una noticia en la web de EL PERIÓDICO. La información no hizo más que confirmar lo que ya tenían asumido, dado el absoluto silencio mostrado por el centro durante todo el confinamiento. "Se habla de baja demanda, pero a nosotros nadie nos ha preguntado absolutamente nada", señala un padre del centro. La pieza, que corrió como la pólvora entre los chats de padres del Baix Llobregat, anunciaba que no se trataba solo de Cornellà. La mayoría de municipios de la comarca (Viladecans, L'Hospitalet, Sant Boi, Sant Andreu de la Barca, Esplugues, Sant Joan Despí o El Prat) tampoco reabrirá sus guarderías municipales.

Tampoco le serviría demasiado a este estresado padre de un pequeño cornellense de un año poder llevar a su hijo menor a la guardería porque el mayor, de siete años y alumno de otra escuela pública de la ciudad, tampoco tiene la opción de acudir a clase. Siete años, demasiado mayor. Los centros solo tienen el encargo de "acoger", supuestamente, a niños entre 1 -falso, es la edad de su pequeño- y seis años. El pasado 28 de mayo esta misma familia recibía un correo firmado por todas las direcciones de las escuelas públicas de Cornellà en la que les dejaban claro que estaban "totalmente en desacuerdo con la reapertura en estos momentos y en estas condiciones".   

El 12, de nueve y media a diez

Ese tipo de correos disuasorios han sido muy comunes en centros de todo el territorio, que aseguraban a las familias que abrían "por obligación" o destacaban, en negrita, que la escuela solo estaba abierta para familias con trabajo "presencial no flexible". Es el caso de Marta Fernández, madre de dos niños, gemelos, de P-4. Ella y su pareja empiezan este lunes a trabajar la jornada completa presencial. Es su caso solo en esa parte, en la de tener que trabajar. La escuela de sus hijos, la Pràctiques, en Barcelona, también pública, no ofrecerá servicio de acogida para los niños de infantil. "Recibimos un correo en que se nos daba día y hora para el acompañamiento emocional de nuestros hijos. En nuestro caso, el 12 de junio de 9.30 a 10", explica sin ocultar su mezcla de indignación y decepción.

Respondió el correo diciendo que tenía que haber un error. Que no podía ser que la reapertura fuera eso. Un día. Media hora. Le respondieron que no; no había ningún error. Que la coordinadora de colegios del distrito de Sants había decidido que eso era "lo mejor para las familias". "Para nosotros, desde luego que no. ¿Qué hago con mis hijos ahora, se los dejo a mi padre, que tiene 75 años?", se pregunta esta madre, quien ve muchas contradicciones. "No entiendo por qué el centro argumenta motivos de seguridad para no abrir ahora, pero, en cambio, sí se permite el 'casal', en pocas semanas. ¿Qué pasa, es por una cuestión económica? ¿Es porque el 'casal' mueve mucho dinero?", concluye. 

Mal de muchos

Lo poco concreto de las directrices dadas por el Departament de Educació, que ha puesto toda la responsabilidad en las direcciones de los centros, ha provocado situaciones muy desiguales y ha dejado a miles de familias sin alternativas. Muchas más de las que ya quedaban excluidas incluso en el plan de máximos (todos los niños entre primero y quinto de primaria, sin ir más lejos). Una situación que no es nueva. Ya se vio la semana pasada, con la reapertura en falso en Girona y Tarragona, las primeras zonas catalanas en llegar a la ansiada fase 2. Y se está viendo en toda España, ya que las competencias en Educación están descentralizadas. Cada comunidad ha hecho su propio plan, que en muchos casos, como el catalán, ha consistido en que cada centro hiciera la propio.