Entrevista a la vicepresidenta para la Transición Ecológica

Teresa Ribera: "Las zonas que alcancen la nueva normalidad en un mes podrán empezar a recibir turistas"

La ministra anuncia que a partir del 22 de junio se abrirán corredores a zonas españolas que hayan pasado la fase 3

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la sede del ministerio.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la sede del ministerio. / periodico

Manuel Vilaseró / Sara Ledo

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La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (Madrid, 1969), encargada de coordinar los trabajos para la desescalada en España tras la crisis del coronavirus, atiende a EL PERIÓDICO con nuevos detalles sobre cómo será la 'nueva normalidad' después del paso del virus. 

--El debate central de la desescalada es ahora mismo sobre el ritmo. Madrid quiere ir más rápido por razones económicas. Italia ha anunciado un fin anticipado del confinamiento pese a que va peor que España.

El Gobierno ha hecho una apuesta decidida por la salud de los españoles a la hora de ponderar los distintos bienes en juego, con la convicción, además, de que la recuperación de la seguridad sanitaria favorece que la recuperación económica se produzca antes que si hay dudas sobre como puede evolucionar el virus. Es una apuesta, además, secundada por la gran mayoría de la sociedad.

"Catalunya ha tenido una actitud prudente. En Madrid se produjo un quiebro inesperado” 

--¿Pero no podemos acabar siendo el país más castigado por la crisis si somos los últimos en desconfinar?

Nuestro plan da seguridad y rapidez. En otros países donde han ido un poquito más rápido están teniendo rebrotes, que generan también dudas en los inversores, entre los consumidores e incluso entre los turistas, que son una referencia importante para nuestra economía. En el caso de Madrid y Barcelona, se ha vivido con más intensidad el contagio y la crisis sanitaria y es curioso como la reacción de los dos gobiernos autonómicos ha sido diferente.

--¿Y a que atribuye la diferente respuesta?

Ha habido una actitud de prudencia por parte de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. En Madrid, después de una evolución bastante razonable, en línea con todos los demás, hubo un quiebro inesperado. Recordemos que por la mañana dijeron que no estában para pasar y después de hablar con empresarios decidieron que abría todo y no se prestaba atención a la seguridad sanitaria, con los profesionales en contra. Es un planteamiento poco sólido. La manera de resolver este asunto es reforzar lo que tienes que reforzar, no empeñarte en no ver la realidad.

--¿Las unidades territoriales que lleguen a 'la nueva normalidad', dos semanas después de haber iniciado la fase 3, podrán recibir turistas?

Sí. Podemos imaginar perfectamente que un ciudadano de Badajoz pueda ir a pasar unos días a Huelva, pero a lo mejor los de Madrid no pueden. Eso es lo que en el espacio europeo llamamos corredores seguros, conectar zonas con un nivel de seguridad y probabilidad estadística de contagio equivalente tanto en el origen como en el destino. Por tanto, manteniendo todas las cautelas no tiene por que haber problema. En destinos o procedencia europeos es probable que se reproduzca ese mismo esquema.

“Mientras no haya vacuna, mantener la distancia, no besarnos o no abrazarnos formará parte de las recomendaciones”

--¿Podemos decir que el 22 de junio la España que alcance la nueva normalidad podrá recibir turistas?

Sí. Si todo va bien, como esperamos, es muy probable que se pueda activar esa llegada sobre la base de los corredores seguros.

--¿Cómo será esa nueva normalidad?

Entendemos que comportamientos cien por cien seguros no se pueden dar hasta tanto no tengamos tratamiento o vacuna y hay mucha incertidumbre respecto a cuando va a ocurrir eso. Para poder convivir con el virus manteniéndolo a raya deberemos mantener ciertas ciertas cautelas. La distancia física entre personas, la limpieza de manos, muy probablemente se van a mantener como recomendación para todo el mundo. Es algo que culturalmente supone un cambio para nuestro país y en general los países latinos. Mantener la distancia, el no besarnos, el no abrazarnos, cosas que son muy cotidianas, muy naturales, formarán parte de las recomendaciones.

--¿Serán solo recomendaciones u obligaciones?

No puedo prejuzgar eso pero a mí me extrañaría, no sé como se pueden prohibir los besos o los abrazos. Obligación no, pero sí una recomendación muy fuerte.

“Nuestro plan da seguridad y rapidez. En otros países que van más rápido está habiendo rebrotes que generan dudas en inversores y turistas”

--¿Pero la hostelería se seguiría rigiendo por aforos o solo por las distancias?

En ese sector o en playas, donde es complicado mantener esa distancia, habrá que establecer limitaciones a través de la ley de Sanidad o normativas autonómicas, porque en la nueva normalidad, por definición ya no estaremos bajo el estado de alarma.

--¿Veremos durante la desescalada alguna fase intemedia, la 0,5, como la que hemos visto en Madrid y Barcelona?

En principio las fases van como están establecidas aunque si algunas comunidades autónomas quieren modular esas medidas se puede hacer.

--¿Va seguir ayudando al ministro Illa en la desescalada?

Al principio había que hacer una reflexión de cómo empezaríamos a desescalar cuando la curva se empezara a aplanar y luego presentar el plan y empezar a aplicarlo, mientras él estaba en el despliegue de todas las políticas politicas sanitarias. Le era muy difícil hacer las dos cosas, pero en la fase en la que hemos entrado la desescalda pasa a ser su principal ocupación. La necesidad de acompañarle persiste y lo voy a seguir haciendo pero es una intensidad distinta y ya me deja espacio para mi propia agenda.

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