Fraudes en la educación 'online: "Te hago el examen por 90 euros"

Una estudiante prepara sus clases 'online' en su casa de Madrid durante el confinamiento.

Una estudiante prepara sus clases 'online' en su casa de Madrid durante el confinamiento. / periodico

Olga Pereda / Belén Pardo

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Tras el decreto de alarma por el coronavirus, el aprendizaje 'online' entró como una bala en los centros educativos, desde Infantil hasta la Universidad. Profesores y alumnos se han ido adaptando como han podido. Dos meses después se enfrentan a una prueba de fuego: los exámenes de fin de curso. El ministerio de Educación ha descartado un aprobado general. Los docentes están de acuerdo y esgrimen que, a pesar de la excepcionalidad del momento, "algún tipo de evaluación hay que hacer". Pero lejos de haber un criterio común, cada escuela y cada universidad -incluso cada profesor- hacen lo que pueden. El resultado: un jaleo. El caos es tal que ya hay docentes particulares ofreciéndose a cambio de dinero a los alumnos -sobre todo de ESO y Bachillerato- para ejercer de chuleta telemática y aprobar. 

Antes de la pandemia, Martina March, que cursa 6º de Primaria en Madrid, tenía prohibido tocar el ordenador de sus padres. A raíz del cierre escolar, es su principal arma de estudio. Es la herramienta con la que ya ha hecho tres exámenes a cámara abierta con los profesores. Martina asegura que es difícil copiar porque hay que mirar directamente al objetivo y tener el micrófono siempre abierto, pero tiene compañeros que lo hacen. Hay profesores particulares que se están anunciando para conectarse en remoto con los portátiles de los estudiantes y salvar así el examen sin necesidad de dejarse los codos.

¿Examen de matemáticas? Por  90 euros se puede 'contratar' a un profesor particular que hará de chuleta telemética y el alumnos se asegura así el aprobado (fraude mediante). En los portales de anuncios y compraventa ya florecen las ofertas.

Conectarse en remoto

Un docente de Matemáticas y Física, con formación en Ingeniería Industrial, resuelve exámenes y trabajos virtuales tanto de la ESO como de Bachillerato de todas las asignaturas. A través de una plataforma digital de pago, se le abona el 50% antes de la prueba y el resto, después. Los métodos más utilizados consisten en que el alumno le envía por Whatsapp el examen y él se lo reenvía hecho.  "Lo fotografío y ya está", explica. O, más fácil, si el estudiante le proporciona la contraseña de la plataforma digital escolar entra como tal. También, si no quiere facilitar el código, lo puede hacer mediante conexión en remoto por ordenador.

Este profesor asegura a EL PERIÓDICO que casi todos los días tiene unas nueve llamadas de estudiantes y explica que es imposible de detectar porque no hay vigilancia de ningún tipo. Tampoco teme ninguna sanción porque no hay legislación al respecto. En todo caso, añade, la ilegalidad, el fraude o inmoralidad la estaría cometiendo el alumno.

Sin sacar un 10 para evitar sospechas

Otro docente licenciado en Física se dedica a lo mismo estos días, con alumnos de toda España e incluso a otros países. Tiene anuncios en varias plataformas y asegura que la demanda está creciendo. Para evitar la posibles sospechas asegura que resuelve los ejercicios para sacar un aprobado justo o poco más. "El estudiante no debe sacar un diez porque entonces si quedaría en evidencia. Esto no es ursurpación de identidad, ellos me contratan y yo lo hago. No voy a un examen con su carnet de identidad, eso si sería usurpación. Actualmente no hay ninguna demanda en España por ayudar a copiar".

Francisco R., alumno de segundo de Bachillerato, asegura que ya ha hecho un examen de este tipo. "Para evitar sospechas es mejor dejar algún ejercicio sin hacer, pero que también es una forma de pasar el curso porque la enseñanza 'online' que se recibe no es tan completa como la presencial". "Si ya hay dificultades para estar al día, ahora hay más porque hay que utilizar muchos recursos y aburre", añade. "En las pruebas que estamos teniendo, los profesores nos ajustan mucho el tiempo para que no nos dé tiempo a copiar o preguntar a compañeros. Pero ya nos han advertido de que los finales serán con cámaras y también deberemos mostrar las manos para que comprueben que no estamos usando el móvil, preguntando a alguien o mirando chuletas", destaca Francisco.

En la universidad

En la universidad, los exámenes virtuales son un jaleo. A Laura Colell le quedan dos asignaturas para licenciarse en Periodismo en la Pompeu Fabra. Todavía no sabe cómo serán los exámenes de junio. Tampoco si los habrá. <strong>Carlos Elías</strong>, catedrático de Periodismo de la universidad Carlos III (Madrid), ha optado no por un examen al uso sino por dar a sus alumnos un mes de plazo para que redacten un ensayo de 15 páginas sobre el 'Storytelling en el discurso político en la época de las fake news'. En la universidad de Alicante, muchos profesores están incómodos con una reciente norma del centro: si el examen es oral es obligatorio visionar y grabar al alumno, pero si es escrito está prohibido. El claustro opina que es abrir las puertas al fraude.

"Vivimos una situación única en la historia de la Humanidad. No pasa nada por flexibilizar"

Carlos Elías

— Catedrático de la Carlos III

"Vivimos una situación única en la historia de la Humanidad. No podemos funcionar con las mismas reglas. No pasa nada por flexibilizar algunas normas", explica el catedrático Elías, que evaluará a sus alumnos con un trabajo complejo en el que será imposible copiar: habrán de argumentar su ensayo con los autores y los apuntes dados en la clase y con la bibliografía recomendada. Licenciado en Química y Periodismo y especializado en Ciencia, Tecnología y Esfera Pública, Elías reconoce que celebrar exámenes 'online' en tiempos de coronavirus es necesario pero muy complicado. "En las carreras de Humanidades es más fácil poder hacer trabajos o proyectos, pero en Ciencias e Ingeniería es mucho más difícil proponer una alternativa al examen convencional. En todos los casos, el nivel de calidad se tiene que seguir garantizando". Es el problema al que, por ejemplo, se enfrenta la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), cuyo sello de calidad está basado en un profesorado excelente y unos exámenes presenciales avalados por un tribunal.

Con el DNI en la mano

En abril, la Conferencia de Rectores (CRUE) emitió un informe muy técnico sobre las evaluaciones. En el documento pedía apostar por exámenes orales y la entrega de proyectos. Pero cada universidad es autónoma. La Carlos III, por ejemplo, acaba de publicar una guía en la que se pide a los alumnos que tengan a mano su DNI y que su comportamiento sea ético porque cualquier tipo de engaño podrá ser sancionado.

Barra libre para copiar

En la universidad de Alicante, la delegada de protección de datos -con el visto bueno del rector- ha emitido un informe en el que se insta a los profesores que opten por exámenes orales (algo que se decide al inicio del curso, dentro de la guía de la asignatura) que sea obligatorio ver y grabar a los alumnos. En las pruebas escritas -que son de tipo test o con tres preguntas para desarrollar en un tiempo determinado- está prohibido hacerlo, alegando un presunto delito de intromisión a la intimidad. Aunque la guía de la asignatura se decide al inicio del curso, el rector pidió adaptarla a la nueva situación tras el decreto de alarma. Los docentes lo hicieron, pero se encontraron con que ya no había opción a cambiar nada una vez que la delegada de protección de datos emitió esa orden. "Los alumnos están encantados porque es una barra libre para que copien. Si el examen es escrito y no hay modo de verlos todas las posibilidades de fraude están abiertas. Somos muchos los que creemos que la universidad ha enloquecido con la intimidad", explica un catedrático de Derecho.

De hecho, las clases virtuales en la universidad de Alicante comenzaron siendo eso, virtuales. "Veíamos a nuestros estudiantes por la pantalla. Pero se corrió la voz de la intromisión en su intimidad y ahora solo aparecen logos en lugar de sus caras. La experiencia interactiva se ha perdido", añade otra profesor. "A pesar de que vivimos momentos excepcionales, los exámenes hacen falta. Por supuesto que somos partidarios de abrir bastante la mano y apostar por mecanismos para complementar la nota, pero abrir la puerta al fraude es de locos", destaca el catedrático de Derecho.

"Los exámenes orales llevan más tiempo, pero permiten más garantías"

Juan Manuel Casanova

— Profesor de Didáctica de la universidad de Murcia

Mejor en formato oral

Juan Manuel Casanova, profesor de Didáctica de la universidad de Murcia, asegura que los docentes tienen que contemplar cómo prevenir que los alumnos copien y plantearse hacer los exámenes 'online' en formato oral. "Aunque lleve más tiempo, permite más garantías", concluye tras dejar claro que será necesario establecer sanciones para los casos en los que sea evidente -y así se compruebe- el fraude. Casanova añade que los servicios de informática de las universidades están trabajando en preservar y garantizar que las pruebas se ajusten a seguridad y transparencia.

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