CRISIS SANITARIA

Familiares de ancianos denuncian ante la fiscalía por el covid a residencias de la Generalitat

coronavirus. La UME desinfecta la residencia geriátrica Jericó de L'Hospitalet

coronavirus. La UME desinfecta la residencia geriátrica Jericó de L'Hospitalet / periodico

J. G. Albalat

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La Coordinadora Residencias 5+1, que aglutina a familiares de ancianos que viven en varios centros de la Generalitat en Barcelona, ha presentado una denuncia ante la fiscalía en la que expone que no se ha dotado al personal de estos geriátricos de equipos de protección, ni se les han hecho test para detectar el covid-19 con la rapidez necesaria, situación que “se ha visto agravada por una caótica gestión en muchas residencias”, con un aislamiento más que discutible de personas con  síntomas o positivos. Esta asociación también ha puesto en conocimiento de la fiscalía la falta de trabajadores para atender adecuadamente a los residentes por el elevado número de bajas médicas como consecuencia de la pandemia.

Esta entidad se creó para defender los derechos básicos de los ancianos en las residencias públicas de Barcelona Alchemika, Bertran i Oriola, Bon Pastor, El Molí y Mossèn Vidal i Aunós, todas dependientes de la Administración autonómica y algunas gestionadas por una unión temporal de empresas (UTE). Ahora, ha presentado la denuncia después de no recibir respuesta por parte de la Generalitat ante la petición de más recursos para frenar los contagios. Así, plantearon aislara las personas con síntomas fuera de las residencias en centros medicalizado.

"Condena a muerte"

La asociación  sostiene que ha habido casos de residentes que llegaron a los hospitales desnutridos y deshidratados, claros “ejemplos de maltrato y desatención”. Los familiares, por lo tanto, consideran que se les ha ocultado información de la situación real de los centros y, sobre todo, del estado de salud en que se encontraban sus parientes. La coordinadora asegura que, además,  había dificultad para establecer con ellos contacto telefónico o videoconferencia y que durante semanas ancianos que enfermaban no fueron enviados al hospital, ignorando el por qué  no se solicitó desde los centros o porque se les denegó. “Esto supuso una condena a muerte, porque en las residencia no hay personal sanitario cualificado seguimiento de problemas de salud las 24 hora al día, ni recursos ni material”, destaca.