para las mamás de más edad

Flores a domicilio para madres confinadas

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Inma Saiz/Efe

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El próximo domingo no será un Día de la Madre normal. No habrá besos ni abrazos a las más veteranas, ni visitas o comidas especiales. La covid-19 no lo permitirá. Sin embargo, los hijos sí podrán trasladar afecto a sus madres y muchos de ellos lo harán con flores, como muestra el "aluvión" de pedidos a domicilio que registran estos días algunas floristerías y viveros.

Pero lo curioso de esta atípica fiesta de las madres no es sólo cuestión de cantidad, sino también de sentimientos y emociones a flor de piel -nunca mejor dicho- y cambios en el modo de vida como consecuencia del confinamiento por la pandemia.

En, por ejemplo, Endanea Garden Center no dan abasto: han multiplicado por cuatro el número de encargos a repartir el Día de la Madre y han tenido que ampliar su distribución a tres jornadas, desde el viernes 1 al domingo 3 de mayo.

"Es un auténtico aluvión", ha asegurado Carmen González Goikoetxea, copropietaria de este centro de jardinería situado en Hondarribia (Gipuzkoa), que tendrá que emplear, además de las cinco furgonetas de la empresa, otros tantos vehículos particulares de los dueños para poder cumplir los pedidos masivos.

En 2019, cuando el negocio funcionaba con normalidad, la mayoría de clientes recogía personalmente las flores para sus mamás o abuelas, pero la crisis sanitaria ha hecho que la distribución a domicilio en esta festividad se haya disparado.

"Está siendo una locura", dice Mari Carmen, que explica que, si el año pasado llevaron unos 200 ramos, para este domingo tienen 500 pedidos -porque no han podido aceptar más-, y del orden de otros 300 para repartir entre el viernes y el sábado.

La peculiaridad de este Día de la Madre con coronavirus no reside sólo en el incremento de las ventas a domicilio sino que, a juicio de esta jardinera, es sobre todo una cuestión de sentimientos. "Los hijos se sienten más agradecidos que nunca a sus madres -señala-, porque no saben cuándo van a poder reencontrarse, se les echa más de menos" y las muestras de afecto parecen ahora más justificadas si cabe.

Si lo que más vendían antes en estas fechas eran ramos o composiciones decorativas, en estos tiempos de confinamiento triunfan las plantas de temporada, porque "la gente tiene ganas de adornar los balcones", afirma la jardinera. 

"Se ha vuelto a los años 70" en cuanto a "la vida en los balcones" y ahora "todo el mundo quiere tener una terraza bonita cuando sale a aplaudir o charlar con los vecinos". 

Este tirón puntual para el negocio no podrá sin embargo compensar las cuantiosas pérdidas de un sector que "está sufriendo mucho" en toda España. 

No en vano, de las aproximadamente 100.000 plantas que Endanea ha producido para vender en abril, ya han tirado unas 40.000 porque "las de mayo están pidiendo sitio" -lamenta- y eso que han regalado muchas a hospitales y residencias de ancianos.