protección contra el covid-19

"Como contención, las mascarillas caseras tienen más impacto de lo que se piensa"

"Todos deberíamos usar protección de tipo barrera, ya que muchas personas portan el virus sin saberlo", afirma Pablo Medina Sánchez, técnico superior en prevención de riesgos laborales

Pablo Medina Sánchez

Pablo Medina Sánchez / periodico

Ana Rubiera

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Granadino de 39 años, Pablo Medina es licenciado en Ciencias Ambientales, y Técnico Superior en Prevención de riesgos laborales en sus tres disciplinas preventivas. A esto último se dedica desde hace 14 años, desarrollando gran parte de su trabajo en la especialidad concreta de Higiene Industrial, dentro de la que figuran los riesgos por inhalación a agentes químicos y biológicos, y protección respiratoria, entre otros. "Tengo la grandísima suerte de que la prevención, además de ser mi trabajo, es una de mis mayores pasiones, aunque tener la gran fortuna de haber podido trabajar con buenos clientes tiene gran parte de culpa", sostiene.

Medina forma parte del departamento de prevención de la empresa multinacional de servicios de certificación e inspección Bureau Veritas. "La mayor parte de mi carrera profesional la he desarrollado para un cliente, para el que he tenido la increíble fortuna de poder trabajar: la empresa Torraspapel, del grupo Lecta, grupo europeo de fabricación de papel, en cuya fábrica de Motril (Granada) me 'bauticé', hace ya 14 años, como técnico en Prevención", explica. También mantiene gran dedicación en la empresa Cosentino S.A, fabricantes de las encimeras y otras superficies de aglomerado de cuarzo Silestone, entre otros, donde pudo desarrollar más sus conocimientos en el tema de protección respiratoria.

Varias semanas antes de que la "fiebre" de las mascarillas cundiera entre la población, y fruto de los tiempos muertos que generó el confinamiento, Pablo Medina dedicó su esfuerzo a detallar gráficamente los tipos de mascarillas existentes en el mercado español y las diferencias entre la protección que prestan. Un informe de enorme repercusión y altamente replicado en España y que ha tenido que modificar en estas semanas más de una vez para incorporar todas las novedades que iban surgiendo.

A continuación, Medina detalla no sólo para qué sirven, qué protección prestan y qué tipos de mascarillas hay ahora en el mercado, sino también esboza, desde el punto de vista de un “fanático de la prevención de riesgos laborales”, cómo ve la actuación oficial en la crisis del coronavirus.

-Antes de esta crisis, ¿diría que la mascarilla era una parte de los “epi” especialmente valorada por la población trabajadora, o quizá la más ninguneada?

-La mascarilla no suele ser un equipo de protección muy valorado ni por los trabajadores en general, ni por la mayoría de empresas, a excepción de ciertos puestos en los que, debido a la alta exposición a un riesgo importante, como puede ser alguno concreto químico o biológico, son de uso habitual. Debemos distinguir aquellos puestos que, por la naturaleza de los riesgos a los que estarán expuestos, nunca tendrán necesidad de hacer uso de una mascarilla, que no son pocos, de los que sí, pero dentro de los que sí, no se suele dar mucha importancia, ya que la exposición a partículas, vapores, o aerosoles, en la mayoría de los casos no genera algo tangible a corto plazo, ni síntomas importantes que uno pueda sentir, sino que podrá acabar derivando en una enfermedad profesional a medio o largo plazo, lo cual “no se ve”.

"La mascarilla no suele ser un equipo de protección muy valorado ni por los trabajadores en general, ni por la mayoría de empresas, a excepción de ciertos puestos"

-Lo que no se ve, no se teme.

-A veces se piensa por parte de los trabajadores que “a mí no me va a pasar”, o que “por 10 minutos que esté expuesto a este “polvillo” que se genera al cortar el ladrillo con la radial no me va a pasar nada”, porque “lo hago cada día y no me pasa y siempre se ha hecho así, toda la vida”. Pero detrás de cada una de esas “cortas” exposiciones, existe un efecto acumulativo, que puede acabar derivando en enfermedades respiratorias en muchos casos, con poco remedio, lamentablemente, una vez producidas. En muchas ocasiones, hay también una evidente y comprobada falta de formación e información, o insuficiente evaluación de los riesgos laborales, o simplemente no aplicación de las medidas preventivas indicadas por parte de empresas y trabajadores, casi siempre bien evaluadas, por la insuficiente aplicación de la Ley 31/1995, de Prevención de riesgos laborales en las empresas.

-Una ley que es de cumplimiento obligatorio por las empresas…

-Si, tanto por las públicas como por las privadas, desde el año 1995. Pero la aplicación de su cumplimiento en España está sometida a muy poco control, siendo casi siempre proactivo, tras accidente, enfermedad profesional o denuncia, y muy poco reactivo. Estas son algunas de las situaciones con las que tenemos que lidiar los técnicos cada día, tanto con los trabajadores, como con sus propios empresarios y mandos. La falta de cultura preventiva es algo muy generalizado en nuestro país, y es difícil de cambiar, pero realmente, sin duda, supone el principal problema, y es el que hace que la Prevención no avance más en nuestro país. No sería justo no hablar de las empresas que tratan de compensar la balanza, mayormente grandes empresas, llevando la prevención de riesgos más allá de los mínimos que marca la Ley, de hecho, yo tengo la gran suerte de trabajar diariamente en una de ellas, pero desgraciadamente son muy pocas.

¿Es de los que piensa que todo lo que se está viviendo puede llevar a modificar esa actitud laxa frente a la prevención?

-Sería deseable que todos y cada uno de nosotros tomáramos más conciencia de la importancia de la protección de nuestra propia salud, o la de nuestros empleados, no solo en el tema respiratorio, sino en todos los demás. Quizá ha tenido que llegar esta horrible pandemia para que algunos se den cuenta, pero si es para algo positivo, mejor tarde que nunca.

"Sería deseable que todos y cada uno de nosotros tomáramos más conciencia de la importancia de la protección de nuestra propia salud"

-En el caso concreto de las mascarillas: ¿Cuál es su utilidad principal? ¿Protegernos o proteger al resto de nosotros?

-Dependerá del tipo de mascarillas, y conviene distinguir 2 grandes grupos, y más ahora con toda las imágenes de tipos de mascarillas diferentes que estamos viendo ante lo que está ocurriendo. En primer lugar, están aquellas que son equipos de protección (respiratoria) individual (EPIS). La utilidad principal de estos equipos es la de protegernos de aquellos agentes que puedan ser perjudiciales para la salud por inhalación, a través de diferentes sistemas de filtración, y de distintos tipos de filtros, según se trate de partículas sólidas o areosoles líquidos, gases o vapores. Son equipos que trabajan filtrando de fuera a dentro. Es obligatorio que estén certificados bajo normas europeas y disponer del marcado CE según reglamento. Eso garantiza la calidad del producto y que ha pasado todos los ensayos pertinentes. De ahí la grandísima importancia de que el personal sanitario y con alta exposición sólo trabaje con estos equipos, y no trabaje sin ellos.

-¿Y el segundo gran bloque?

En segundo lugar, están aquellas que están diseñadas para impedir la salida de microorganismos de las vías respiratorias, mediante contención, actuando como una barrera, para no infectar a terceros, que trabajan filtrando de dentro a fuera. Se consideran un producto sanitario y están certificadas como tal, también según reglamento, y también deben estar certificadas conforme a su norma europea de aplicación.

-¿Alguno más?

Por último, existe un tipo de mascarilla, utilizada casi exclusivamente por el personal sanitario que pueda necesitar ambas cosas, tanto estar protegido como garantizar la esterilidad del ambiente donde trabajan con pacientes. Esas son las llamadas mascarillas bidireccionales, o duales, y están certificadas en base a las dos normas de las anteriores, podríamos decir que es una suma de las dos anteriores, filtrando de dentro hacia fuera (contención) y viceversa (protección).

-Culturalmente hay países que llevan años de implantación social de mascarillas (asiáticos) mientras que no ocurre así en España. ¿Llegaremos a estar a su nivel?

La palabra clave en todo esto es precisamente la que dice: culturalmente. Hay países con una cultura preventiva muy diferente de la española donde, desafortunadamente, esta casi brilla por su ausencia, salvo contadas excepciones. Aunque querer protegerte sólo por cultura puede llevar a protegerte de forma innecesaria. Me explico: podría ser interesante el uso de mascarilla que filtre partículas para personas con alergias, para prevenir del polen en primavera, o incluso para la contaminación de partículas en el ambiente de las grandes ciudades, ya que los medidores de esta demuestran a menudo que los valores de contaminación son altos, y sus efectos aún no son muy bien conocidos. Pero no será necesario usar una mascarilla para ir al supermercado -con permiso del coronavirus -, ni para dar un paseo por el campo, ir a la playa o salir por el pueblo. Dudo mucho –y ojalá me equivoque- que, pasado todo esto, se vea un cambio de actitud en la prevención en general, nos guste o no, el ser humano tiende a olvidar lo negativo en muy poco tiempo, y el componente cultural, si no se crea, es muy difícil de inculcar. Volviendo al tema de la cultura, esta se ha de generar, como digo, y aquí casi no existe.

"Dudo mucho –y ojalá me equivoque- que, pasado todo esto, se vea un cambio de actitud en la prevención en general"

-Qué debería pasar entonces?

-En mi opinión, al igual que se enseña a los niños desde pequeños a reciclar, tirando cada envase en su contenedor, y se les habla del medio ambiente, creo que también sería muy interesante para todos hablarles desde muy pequeños de la prevención, no solo laboral, sino también en el hogar, en carretera, etc. Es un aspecto muy importante, y solo eso podrá generar, con el tiempo, un cambio en la cultura que todos los profesionales de la seguridad y salud ansiamos y reclamamos desde hace muchos años. No olvidemos que el coronavirus un día se irá, pero se quedarán los casi 700 accidentes laborales fatales que ocurren en España cada año, más otras tantas enfermedades profesionales e invalideces. El mayor deseo, sin duda, de cualquier profesional que se dedica a la prevención, es que un día esta cultura cambie, y posibilite procedimientos de trabajo más seguros haciendo más y mejor prevención, ya que ese es el único camino para conseguir que cada persona que sale de su casa a ganarse el pan, vuelva siempre tan sana como ha salido.

-Media España busca mascarillas y media España las hace en su casa, casi con cualquier cosa. ¿Qué valor protector tiene una mascarilla hecha de modo altruista por mucha gente que se ha puesto a coser con mayor voluntad que conocimiento?

-No sería justo no empezar diciendo que son de gran admiración y agradecimiento los actos de todas esas personas que, de forma desinteresada y altruista, y sólo motivados por su deseo de ayudar, se han puesto a fabricar mascarillas en casa con lo que tenían a mano, y desde aquí les mando mi más sincero agradecimiento. Lamentablemente, desde el punto de vista de protección como EPI, al no estar certificadas bajo norma ni ensayadas, estas aportarán muy poca o ninguna protección, por lo que para el personal sanitario o altamente expuesto, que, bajo ningún concepto debería trabajar nunca sin un equipo de protección certificado, no son equipos nada recomendables de utilizar, pero desde el punto de vista de contención, algunas pueden tener más impacto del que se pueda pensar.

"El personal sanitario o altamente expuesto bajo ningún concepto debería trabajar nunca sin un equipo de protección certificado"

-Qué cree que prima, el buscar la mascarilla para protegerse o para proteger al resto?

-Eso me gustaría aclararlo. Cuando se dice que media España busca mascarillas habría que añadir que las buscan para protegerse. Cuando, si no somos colectivo de alto riesgo, deberíamos buscarlas todos para proteger. Copio la frase del blog de una colega: “tu mascarilla me protege y mi mascarilla te protege”. Deberíamos pensar que todos somos positivos asintomáticos, que todos podemos contagiarlo, y que debemos actuar como tales. Así que, si todos las llevamos, todos estaremos más protegidos. Todas las personas contagiadas emitirán gotículas de sus vías respiratorias al toser, estornudar, o incluso al hablar y exhalar, diferentes estudios ya lo han puesto de manifiesto, cualquier barrera de contención, incluso una mascarilla de tela, contendrá gran parte de esas gotículas, disminuyendo la carga viral que puedas liberar fuera de ti, y que, aunque mantengas uno, dos o más metros de distancia, no caerá sobre otra persona, pero sí sobre algo que se contaminará. Lo que no actuará como barrera es no llevar nada, eso es dar salida libre al virus, quien lo porte.

-O sea, que todos a usar mascarilla.

Portar una mascarilla de tipo “barrera” por parte de todos los ciudadanos es, desde mi punto de vista, una medida muy necesaria, ya que, según los estudios, son muchas las personas que portan el virus estando totalmente asintomáticos, y sin ni siquiera saber que lo tienen, lo están contagiando. Una mascarilla de barrera al salir de casa ayudaría a prevenir eso. Lo ideal sería poder disponer de mascarillas de barrera certificadas, las llamadas quirúrgicas, para todos, pero en caso de no poderla adquirir, ante el conocido desabastecimiento por falta de stock, una fabricada en casa también podría ayudar a contener. El gobierno acaba de publicar varias especificaciones técnicas para certificar, en base a la misma, la EFC (eficacia de filtración bacteriana) de las llamadas mascarillas “higiénicas” (también para niños), que eran unas mascarillas a las que se les suponía una protección mínima, pero que no estaban sujetas a ninguna norma, ni por tanto testadas. Sería deseable que cuanto antes comenzara a haber stock, para que cada ciudadano pudiera hacer uso de una.

-¿Por qué es tan difícil que desde instancias internacionales surja una norma única que diga: sí o no, al uso generalizado de mascarillas?

Esta es mi pregunta favorita, pero creo que la debería contestar mejor alguien con capacidad de representación de las instancias internacionales. Tenemos que reconocer que esto nos ha pillado por sorpresa a todos, es algo nuevo, desconocido, sobre lo que la investigación hace que aprendamos cosas nuevas prácticamente cada día. Establecer criterios sobre esto no es sencillo, ni a nivel nacional ni internacional. Eso no quita que haya muchas decisiones que se hayan tomado mal, y tarde, en mi opinión.

-¿Qué crítica le sale la primera?

Aquí aprovecharé para decir que creo que no se ha contado lo suficiente con nuestro colectivo, los especialistas en seguridad y salud, y los expertos en higiene industrial y protección respiratoria. Quizá esa sea parte de la respuesta. En el ámbito de la prevención y protección de la salud, sanidad juega un papel fundamental, epidemiología también, pero en los criterios de selección del tipo de protección respiratoria, y sobre todo, de las medidas de prevención a adoptar frente al riesgo de exposición frente al coronavirus, sobre todo para contención y evitar la dispersión, ahí debemos estar nosotros bien posicionados inexcusablemente, sin falta, y, tenemos el sentir general de que no se nos ha escuchado, somos algo así como el “profesional invisible”, que estamos ahí porque somos necesarios, pero a la hora de la verdad, no se nos ha dado toda la voz y voto que merecemos. Y grandes profesionales de seguridad y salud en el trabajo que tenemos en España, de las instituciones públicas relevantes en la materia, han participado en la elaboración de protocolos relacionados con la prevención, pero su participación, en mi opinión, no ha sido suficiente, ya que ha sido una participación más reactiva que proactiva, y en este tipo de cosas el mejor aliado es la anticipación, para hacerlas a tiempo. Un colega de profesión, jefe de prevención, excelente profesional, que sí se anticipó a tiempo y ordenó medidas para proteger a su personal con la debida antelación, pero sin la autorización de sus superiores, fue cesado de su cargo pocos días después, y esta noticia se ha hecho pública en diferentes medios. Yo hubiera propuesto lo mismo que él, ya que esa es mi obligación. Evaluar y proponer, en base a mis conocimientos, competencias, y obligaciones, pero no en base a lo que me autoricen o no.

-A veces llevar a la práctica las indicaciones de un técnico de prevención es casi imposible…

Los prevencioncitas podemos resultar muy “obtusos” para algunos, y nos gusta prevenir sin quedarnos cortos, -ya que nosotros no pensamos en primer lugar en la producción ni en la economía cuando evaluamos, no se nos prepara, se nos forma, ni se nos hace competentes para eso, sino que se nos obliga a aplicar, con rigor y criterio técnico, la Ley 31/1995 de Prevención de riesgos Laborales, y todas sus disposiciones derivadas-. Nuestras decisiones hubieran podido chocar, quizá, con algunas de las que “políticamente convienen”, y, en mi opinión creo que no se trata de hacer demagogia fácil, sino de realidad. Podemos pensar que es muy fácil opinar a toro pasado pero el mismo toro ya había pasado por otros dos países antes que por nosotros, y la estocada que iba dejando a su paso no auguraba nada bueno. ¿Por qué nosotros íbamos a ser diferentes? No estoy haciendo sólo una crítica, estoy haciendo un llamamiento para dar a cada profesional el lugar que debe ocupar. Como profesionales de esto, sabemos evaluar el riesgo biológico y proponer la aplicación de las medidas preventivas necesarias. Las medidas frente al riesgo biológico están establecidas en un Real Decreto específico, además. ¿Qué se hace en un hospital para prevenir que se propague una enfermedad? Identificación, aislamiento, contención y protección. Pues esto no es más que evaluar el riesgo biológico en España (y en Europa, y en el mundo), porque es una pandemia, nos guste o no y, aunque las medidas son muy “difíciles” de tomar, y nada comparables en cuanto a su complejidad, desde el punto de vista de aislamientos, paralizaciones de actividades y economía, al final no dejan de ser las mismas. Yo te digo las que son, como profesional, y a quien le corresponda tendrá que valorar si tomarlas o no, y sobre todo, cuándo. Al fin y al cabo, hemos acabado desembocando en eso, el país se ha aislado, la economía se ha paralizado en gran parte, y además, lo peor aún, el país ha quedado muy tocado con esta tragedia y con tanto dolor. Si se hubiera actuado antes, se habría evitado gran parte de todo esto.

-¿Qué hubiera hecho un experto en prevención en cuanto empiezan a surgir los casos de Coronavirus en España?

Nosotros, los “prevencionistas”, trabajamos con una herramienta fundamental para  nuestra profesión, que se llama evaluación de riesgos. Voy a tratar de mostrar aquí una breve y sencillas medidas derivadas de esta evaluación de riesgos, que pueda entender todo el mundo, que creo que es lo que hubiera podido plantear cualquier profesional de la seguridad y salud, si alguien se la hubiera pedido cuando ya veíamos lo que se nos venía encima. En prevención existe una cosa que se llama principios fundamentales de la acción preventiva: Los tres primeros son estos: 1. “Evitar los riesgos”.2.”Evaluar los que no se puedan evitar”. Y 3.“Combatir los riesgos en su origen”. Trasladar esto al tema de controlar el coronavirus no es nada sencillo, aunque si hemos de proponer algo, se puede intentar. Para evitar el riesgo (de más contagios):

En cuanto empiezan a darse los primeros casos en cada zona, la primera medida obligatoria habría sido la de evitar grandes aglomeraciones y prohibir actos públicos de gran afluencia, al menos en todas aquellas ciudades donde ya se conocen. No olvidemos que se trata de evitar, evaluar y combatir en el origen. Tras ello, lo fundamental es poder saber quién lo tiene y quien no, haciendo seguimiento a partir de las personas confirmadas. Ahora, a toro pasado, que como dicen muchos, es muy fácil todo, sé que existen test, pero hace 2 meses habría preguntado, ya sabiendo por los países que lo estaban sufriendo que había muchas personas infectadas pero asintomáticas: ¿existe alguna prueba que se pueda hacer de forma masiva, o al menos a todos los contactos estrechos de las personas que se van confirmando? Pues hubiera propuesto la realización de pruebas masivas en esas zonas, o al menos a sus contactos y todo su entorno, para aislarlos. Como poco esto. ¿Es posible? Al parecer, sí (ejemplo de ello parecen ser Alemania, Corea, entre otros). Otro ejemplo, un pequeño pueblo de Italia, donde se hicieron pruebas a todos sus habitantes y se aisló el municipio, han podido controlarlo fenomenalmente, estando en la zona crítica. Pero actuaron con los primeros casos, muy rápidamente ¿Se ha hecho esto en España, o algo parecido? No, ni masivas, ni a contactos. ¿El motivo? Realmente lo desconozco. Pero la experiencia de los países que lo habían sufrido antes y el ritmo de crecimiento de la enfermedad hablaban por sí solos y nos estaban indicando lo que más tarde o temprano iba a ocurrir. Gran ventaja desaprovechada.

Uso de mascarilla de barrera por parte de todas las personas de las zonas donde ya haya casos, que salgan de su casa, o a todas las que sea posible, sabiendo, desde finales de febrero, por el comportamiento del virus en otros países y los estudios científicos, la alta contagiosidad y, como ya he dicho, que hay un muy alto porcentaje de personas que son asintomáticos. Ante la duda de quien lo pueda tener, todas las personas que sea posible deben ir con mascarilla. ¿Se ha hecho? No. ¿Es posible? Parece que no, por aparente falta de stock. ¿Por qué otros países de Europa sí parecen tener más? Lo desconozco. Y el que no pueda salir a la calle con mascarilla, no podrá salir a la calle, al menos en las ciudades donde ya se conozcan casos.

Esa sería una evaluación de riesgos básica, atendiendo a los 3 principios fundamentales comentados. Sin duda, confinar población y ordenar el cierre de toda o parte de la actividad económica, aunque sea en algunas zonas, es una medida muy drástica, pero haber tenido la oportunidad de mirar a los países que ya lo estaban sufriendo, ha sido una oportunidad de oro desaprovechada, en mi opinión, que nos hubiera ayudado a tomar las medidas más correctas, y sobre todo a su debido tiempo. Y aunque pueda parecer muy fácil opinar ahora, las medidas son exactamente las mismas que para impedir la propagación del contagio en un hospital, solo que, el caso, en cuanto a actuaciones a realizar, lógicamente no es comparable. Pero, cuanto antes se hubiera actuado, más se habría parecido. Y también son las mismas que las que estamos haciendo ahora. Por si alguien se lo pregunta: ¿Qué estamos haciendo ahora los servicios de Prevención? Pues haciendo evaluaciones de riesgos, a destajo, obligados por el “Procedimiento de actuación para los Servicios de prevención frente a la exposición al nuevo coronavirus”, que emitió el Ministerio el 5 de marzo de 2020, que son obligatorias para todas las empresas, en las que se determinan medidas para evitar más contagios, (como uso de Epis, distancia social, higiene y limpieza, etc), y para detectar y poner en aislamiento a los posibles casos, haciendo seguimiento e investigación de los contactos. ¿Y si el mismo ministerio nos hubiera pedido esto hace 2 meses, pero en vez de para evitar contagios entre trabajadores de empresas, tanto los de la misma, como los de contratas que vienen de fuera (ejemplo de viajar de una sitio a otro…), para tratar de controlar los mismos riesgos que tratamos de controlar ahora, y evitar la propagación de un pueblo a otro, o de una ciudad a otra? ¿Qué sentido tiene que se nos pida hacer esto el 4 de marzo para tratar de evitar los contagios sólo en las empresas, si, en esa misma fecha y posteriores, no se toman medidas para evitar el contacto social en el país, y se permiten eventos públicos, algunos de afluencia masiva, y en zonas con una importante cantidad de casos conocidos, entre otras cosas? Pues son reflexiones que un profesional que se dedica a esto, no puede evitar no  hacerse.

-Para el COVID-19 ¿cuál es la mejor mascarilla?  

Para intentar resolver estas dudas, hace ya unas semanas creé esta tablita, de relativamente fácil interpretación, que ha tenido una gran difusión por redes y medios, lo cual me alegra enormemente, y me genera bastante satisfacción saber que he podido aportar mi granito de arena para ayudar a quien lo pudiera necesitar ante esta situación, al fin y al cabo, fue creada con ese motivo, una tarde de tantas en casa, de aburrida cuarentena.

Ante esta importante pregunta, me gustaría poder tratar de dejar claras dos cosas.

Si se es personal sanitario o que preste servicio en centros sanitarios y acceda a zonas con pacientes infectados, o personal altamente expuesto al riesgo de contagio (manipulación de cadáveres, ensayos de laboratorio, algunas tareas concretas de las fuerzas de seguridad que no permite mantener la distancia e incluso entrar en contacto, etc), se deberían utilizar mascarillas de las llamadas equipos de protección, como mínimo del tipo FFP2, y a ser posible FFP3 (esta, sobre todo, para el de contacto más estrecho con los enfermos), pero nunca exponerse sin este tipo de equipos; el resto de la ciudadanía, debería tratar de llevar una mascarilla no EPI, de tipo barrera, o si lleva una EPI, que sea sin válvula de exhalación (el circulito que muchas personas confunden con el filtro), pero sobre todo, extremar al máximo las medidas de higiene y el distanciamiento social, mucho antes de pensar en usar mascarilla.

-Dice lo mismo que el Gobierno, que antes de la obsesión por las mascarillas hay que cumplir a rajatabla otras medidas básicas.

-Creo que nos preocupamos demasiado por el tipo de mascarilla que debemos usar, sin prestar la importancia suficiente a otros temas absolutamente críticos, como son la higiene y la distancia, y es aquí cuando entonces el uso de mascarilla pierde todo su sentido, porque esta debe funcionar sólo como un complemento a las otras medidas, y no como la medida única. Solo la combinación de todas ellas puede garantizar una mayor seguridad. ¿Por qué hablo de no usar las de tipo EPI para la ciudadanía? Porque lo esencial es contener, si contienes no diseminas, y si no diseminas el virus no circula y no te contagias, y gran cantidad de modelos de mascarillas tipo EPI disponen de válvulas de exhalación, las cuales nunca se deben llevar, porque podremos estar protegidos, pero liberando el virus, ya que la válvula de exhalación, no es más que una membrana de apertura/cierre mecánico, que permanece cerrada al inhalar, pero que se abre al exhalar, permitiendo la salida del aire con total libertad, sin ningún tipo de filtración, por tanto, ante un estornudo o tos, una cantidad importante de gotículas podrán ser liberadas al exterior, o incluso con la propia exhalación, la condensación que se genera al respirar en el perímetro de la válvula hará que las gotículas puedan salir.

-Así que…

-Así que, si todos extremamos las medidas de higiene y la distancia social, una mascarilla de barrera será el mejor aliado para dejar el virus dentro de quien lo pudiera portar, y no necesitaremos un equipo de protección, porque la mayoría de las veces no nos cruzaremos con él, o no de forma significativa para infectarse. Un mascarilla tipo EPI sin válvula de exhalación, también será una interesante opción, para el que pueda disponer de ella, pero son más difíciles de adquirir, tienen un elevado coste, y no olvidemos que la gran mayoría son de un solo uso, por lo que es más recomendable poder usar una de barrera cada día, siempre que se puedan adquirir, o usar una casera de tela en caso de que no, lavándola periódicamente, que no usar nada o que usar una de tipo EPI y reciclarla. El reciclar incrementa mucho las posibilidades de contaminación, de coronavirus, o de cualquier otra cosa, por generación de gérmenes en materiales que no han sido fabricados para ser reutilizados. La situación “ideal”, mascarillas tipo EPI sin válvula para todos los ciudadanos y sobre todo una nueva para cada día, lamentablemente no es posible.

-Tengo una mascarilla un poco “aparente” y la uso una o dos semanas seguidas. ¿Sigue prestándome la misma protección?

Una mascarilla un poco “aparente”, si no está certificada conforme a alguna norma de protección, no podrá garantizar ninguna protección, ni tras una semana, ni el primer día. Por otro lado, la eficacia de protección de una mascarilla EPI puede verse comprometida con el uso, más que por la capacidad de filtración, por la deformación (entre otras cosas, por eso son de un solo uso). Son los fabricantes los únicos que deben determinar cuál debe ser este uso. La gran mayoría de las mascarillas autofiltrantes, están diseñadas para ser utilizadas durante un solo turno de trabajo de 8 horas, y desecharlas. Todas estas deben llevar la indicación de “NR” (no reutilizable). Si hiciéramos esto, estaríamos haciendo un uso correcto del equipo, amparados por las instrucciones del fabricante, que es el único que puede determinarlas, ya que es el que conoce el tipo de material y filtros empleados.

-Pero tenemos que hacer frente a la falta de stock.

Sí. El problema es la evidente falta de stock de este tipo de equipos, por lo tanto no hay suficientes para poder usar una cada uno cada día. Por este motivo, sólo deberían usar equipos de protección los colectivos que los necesiten. Por último, en cuanto a usarla una o dos semanas seguidas, los técnicos de prevención estamos acostumbrados a marcar las pautas siempre en base a normas, y en base a pruebas y ensayos testados tratando de aportar siempre el máximo rigor técnico y precisión en el asesoramiento que prestamos, así como en base a las instrucciones de los fabricantes. Ahora se nos pide que demos respuesta a qué sería lo menos malo tras salirnos del camino, y para eso no estamos preparados para contestar con rigor, no sabemos cómo recomendar la mejor forma de incumplir las recomendaciones de los fabricantes, no lo saben ni ellos mismos, afortunadamente porque tanto unos como otros trabajamos de forma profesional, y fuera de normas o justificación técnica probada, nadie debería dar ninguna recomendación, porque esto no es un juego, se trata de salud, y no está escrito en ninguna norma. Esto no quita que cada uno pueda proponer alguna medida pensando siempre con sentido común, y ante la ausencia de nada mejor.

-Si no tengo nada de nada, ¿salgo a la calle con un pañuelo?

-Hace ya tiempo un amigo me dijo, no encuentro mascarillas de ningún tipo, ¿me pongo una bufanda, me construyo mascarillas con un video que he visto con toallitas? Mi respuesta fue, tú la buscas para protegerte, pero tienes que proteger. Si no tienes nada, sin duda, usa algo de eso, pero tápate la boca cuando salgas con lo que puedas, y después lo lavas si es una bufanda, o lo tiras sin es una mascarilla de toallitas y te haces otra. Pero esto es una recomendación sólo ante la alternativa a no llevar nada, por no encontrar. En ningún caso se pueden dar respuestas técnicas concluyentes, como cuando sí hay normas.

"Tápate la boca cuando salgas con lo que puedas y después lo lavas si es una budanda o lo tiras si es una mascarilla de toallitas"

-¿Reutilizar una mascarilla conlleva riesgos?

Puede. El material con el tiempo y la humedad puede generar microorganismos que nos podrán acabar contaminando de otra cosa, es por lo que sería conveniente no improvisar mucho con cosas que desconocemos y no están amparadas por una norma o un fabricante. Si son de tela, podría ser conveniente lavarlas tras cada uso con agua a 60° y detergente (es lo que recomiendan las instrucciones de las que disponen de ellas, y algún protocolo), en número mínimo de lavados de una mascarilla de tela fabricada en casa sin satisfacer los requisitos de ninguna norma no está determinado. Para cualquier otro tipo de mascarillas, como pueden ser las tipo EPI NR (No reutilizables), las quirúrgicas, o las higiénicas, donde solamente un uso está indicado y a veces de no más de 4 horas, es poco adecuado dar pautas correctas de reutilización, al no estar estas amparadas por ninguna prueba o ensayo de referencia. Existen algunas excepciones a esto, como son las mascarillas afectadas por la recientemente publicada “Especificación UNE 0065, de mascarillas higiénicas reutilizables para adultos y niños”, donde está regulada una reutilización, hasta un máximo de lavados que deberá indicar el fabricante, siempre garantizando un mínimo de 5, con detergente y agua a 60°, con 2 horas de secado mínimo tras cada lavado, con un uso máximo continuado de 4 horas. Y por otro lado están las mascarillas tipo EPI FPP R (reutilizables) donde cada fabricante dará las pautas de reutilización y limpieza. Para el resto de casos, sin norma que lo regule una reutilización nunca está recomendada. Es aquí, donde no hay norma escrita, donde el sentido común que comentaba antes de cada uno, le debe ayudar, en lo posible. Si una mascarilla está indicada para ser de un solo uso, pero solo la utilizo 30 minutos para ir al supermercado, y la manipulo de forma correcta sin entrar en contacto con sus partes, y la conservo en lugar libre de contaminación, seguramente no habrá ningún problema en volver a utilizarla alguna vez más, por supuesto cumpliendo siempre con la forma correcta de manipularla, quitarla y ponerla, siempre con las manos limpias y sin tocar la mascarilla.  Por supuesto, nunca se debe hacer un uso compartido de ninguna mascarilla, y se debe observar su estado, y ante cualquier deformación, muestra de exceso de humedad, suciedad o mal olor, desecharla. Y en cuanto al recurrente tema de las posibles formas de desinfección para poder reutilizar, el personal profesional que debe desinfectar inevitablemente mascarillas tipo EPI por falta de stock, ya sabe cómo hacerlo por parte de los profesionales de los centros sanitarios que lo realizan, en base a protocolos derivados de ensayos previos realizados, el personal que tenga una mascarilla de tela podrá lavarla periódicamente – el que disponga de instrucciones atendiendo a ellas -, y el resto de personal que disponga de cualquier mascarilla no reutilizable, no debería ni siquiera pensar en aplicarle ningún método de desinfección, sino en renovarla.

-Cuál puede ser el error más común que cometemos con este elemento de protección?

-Sin duda, el tema de la higiene y la correcta manipulación y colocación. No podemos preocuparnos por usar una mascarilla para estar protegidos, y no extremar al máximo las medidas de higiene al colocarla, moverla o retirarla, especialmente no tocarla nunca, ponerla y retirarla siempre con las manos limpias, y ubicarla en lugar limpio al ser retirada. Es habitual ver gente hablando por teléfono, tomando café, etc, con la mascarilla colocada en el cuello o en la frente, o descansando en la repisa del lugar donde se encuentra, por no hablar de la forma de tocarla o manipularla, sin higienizar las manos, y tocando tanto su interior como su exterior. Todas estas superficies podrían estar contaminadas, también la ropa, también el pelo, si ubicas la mascarilla en estas zonas, poniendo en contacto con las mismas su parte interna, ya la estas contaminando, si tocas la mascarilla por dentro o por fuera sin haber desinfectado antes bien las manos y sin tocarla por donde no se debe, y no la ubicas en un sitio limpio, igualmente la puedes estar contaminando. Todo eso hace que un uso inadecuado de una mascarilla sea contraproducente, y peor aún que no llevarla, porque su parte interior es precisamente lo que te estás colocando en la boca y nariz, por lo que es preferible no usar mascarilla, antes de no hacer un uso correcto de la misma.

-Una dedicatoria última.

-Pues no quiero acabar sin acordarme y dar las gracias a todos mis colegas de profesión, profesionales, valga la redundancia,  de la prevención, que estamos aquí, quizá entre la primera y la segunda línea, aunque de forma invisible, porque como prevencioncista, conozco perfectamente el papel fundamental que desempeñamos, y lo poco reconocido que está. Agradecer también a todas las personas, que lo están dando todo, de las actividades esenciales y no tan esenciales, en particular al personal sanitario y asociados y fuerzas del orden, y a todos los ciudadanos que, quedándose en casa, harán posible que entre todos seamos capaces de parar esto cuanto antes.