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Batas solidarias: de la mesa de casa a la mesa de operaciones

Una empresa catalana impulsa la confección de 30.000 prendas quirúrgicas para hospitales tras tejer una red de 700 familias voluntarias

Tutorial para la elaboración de batas para el personal sanitario

Tutorial para la elaboración de batas para el personal sanitario. / periodico

José María Expósito

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El de la empresa Mel Composites es uno de esos casos que demuestra que lo de 'Este virus lo paramos unidos' es mucho más que un lema. De esta empresa catalana partió una iniciativa que ha elaborado ya unas 30.000 batas quirúrgicas para abastecer a varios hospitales de Barcelona y Tarragona. Una red de voluntarios que no para de crecer y la ayuda desinteresada de varias empresas hacen posible un gesto solidario que además se ha ramificado y expandido por Galicia, Andalucía, Italia y hasta Argentina.

El germen de esta historia está en Edu Galofré, gerente de Mel Composites, una empresa de materiales estructurales ligeros. En los momentos más duros de la pandemia, al inicio del confinamiento, su hermano, Gonzalo Galofré, cirujano en el Hospital Moisés Broggi de Sant Joan Despí, le comentó la situación crítica que vivían en el centro por la falta de material. Así que Edu, pensando en su nave cerrada por el confinamiento pero llena de materiales, empezó a idear qué podía aportar.

Primero, delantales

Primero pensó en camillas, pero finalmente acordó con su hermano elaborar delantales. Cuando tuvo entre 50 y 100 los llevó al hospital, donde los aceptaron tan encantados como rápido los gastaron. "¿Cuántos necesitáis?", preguntó el Galofré empresario. "Este fin de semana hemos gastado 2.000", respondió el Galofré doctor.

Lejos de desanimarse ante la respuesta, Edu fue tejiendo una red de voluntarios con la ayuda de su hija y de una amiga de esta, popular en las redes como creadora de joyas, que difundió la iniciativa. De los delantales, más sencillos, se pasó a las batas quirúrgicas. Su empresa cortaba las piezas y los voluntarios, siguiendo un sencillo tutorial, unían las piezas. Tantas batas hacían que otra empresa amiga con más capacidad se ofreció a hacer el corte. Pero a ese ritmo, Edu se quedó sin material. Apareció entonces una compañía italiana que enviaba material gratuitamente desde Italia, a la vez que otros voluntariosos empresarios copiaban la idea en Vigo y Andalucía.

14.000 euros recaudados

También ayudado por su hija, y a través de la fundación AjudantAjudar,Mel Composites abrió una campaña de crowdfunding para sufragar el precio de los materiales empleados, una vez que las empresas no podían seguir asumiendo el gasto. Cada bata cuesta aproximadamente un euro, correspondiente únicamente al material, pues el trabajo de corte y confección sigue siendo altruista.

En 10 días se confeccionaron unas 10.000 batas más. Con la campaña de crowdfunding se llevan recaudados unos 14.000 euros, que Galofré no cuenta en dinero: "Otras 15.000 batas más". En total calcula que han cortado material para 30.000 unidades, que para el lunes o el martes estarán ya confeccionadas. "Ya no sé cuántos voluntarios hay. Creo que son más de 700 familias, pero en cada familia puede haber 2 o 3 personas colaborando. Muchísima gente", reconoce. 

La emoción de los 'pulmoncitos'

En esta iniciativa cabe incluso la innovación. "Ahora estamos trabajando con nuevos plásticos que permiten ser reutilizados tras desinfectarlos", explica con orgullo. Así, el Broggi solo ha necesitado ahora unas 80 batas nuevas para reponer las deterioradas. Innovación e ingenio, pues con los retales están elaborando las bolsas de las máscaras monaghan, los 'pulmoncitos', como los llaman los voluntarios. "Mi hermano me envió una foto del pulmoncito funcionando con un paciente, la envié a todos los voluntarios y fue un estallido de alegría", cuenta Edu emocionado.

También le enorgullece enviar el material confeccionado a otras comunidades y especialmente a Italia, de donde le llegó material en los primeros días del proyecto, lo que viene a ser cerrar el círculo. Además, ha contactado con él una delegada del gobierno argentino, muy interesada en copiar el modelo para afrontar la pandemia en su país.

Enseñanzas para el futuro

"Lo más increíble es que cuando hablo con los volutarios o con las empresas que colaboran son ellos los que me dan las gracias a mí", explica Galofré, esperanzado en que se esté plantando la semilla de algo: "Estamos ante una oportunidad maravillosa. Lo positivo de todo esto es que nos permite recuperar la parte buena de todos nosotros, la esencia de cada uno, la solidaridad. Que seamos conscientes de que unidos podemos hacer muchas cosas para ayudar, y también de que podemos ser capaces de cambiar nuestra manera de vivir. Ahora toca apagar este incendio, pero luego tenemos que tomar conciencia de que el cambio lo logramos uno por uno".