Entidades y geriátricos piden contratar a simpapeles

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Elisenda Colell

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"Siento que me necesitan. Tengo ganas de ayudar y es muy frustrante no poder hacer nada", explica Nicole Illesca, una joven enfermera chilena que hace un mes llegó a España con el visado de turista. Ya hay un geriátrico interesado en contratarla pero, hasta ahora, hacerlo sería una ilegalidad. Y el suyo no es un caso único, pues cientos de centros piden trabajadores y ven en la población migrante y formada pero sin papeles una oportunidad que se está perdiendo. Las entidades, ayuntamientos e incluso la Generalitat piden que el Gobierno central regularice a estas personas para poder incorporarlas en unas plantillas tan faltas personal.

"Necesitamos enfermeros con urgencia". Este es un mensaje que emiten a la desesperada cientos de geriátricos catalanes. Uno de ellos, la Casa Asil de Sant Andreu, es de los más <strong>afectados por el coronavirus </strong>en la ciudad de Barcelona. Otro que reclama al Ejecutivo que mueva ficha es la residencia Primitiva Barba, en Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat). Fuentes de este centro, que por ahora ha esquivado al covid-19, explican  a este diario que de los tres enfermeros que hay, una está de baja y otro, un estudiante en prácticas, se marcha a otro geriátrico. "Necesitamos profesionales de forma urgente, hay mucho personal de baja y necesitamos poder contratar a personas que les suplan, ahora mismo son esenciales, tanto gerocultores como enfermeros", expone la directora de la patronal ACRA, Montse Llopis.

Título homologado en España

Nicole Illesca vio la oferta de la residencia del Baix Llobregat. "Yo estudié enfermería en Chile, a finales del año pasado homologué mi título en España y a principios de marzo me vine aquí para trabajar", explica. Llegó con el visado de turista, que le permite la presencia legal en el país durante tres meses, y a partir de aquí tenía la intención de "conseguir un empleo y tramitar el permiso de trabajo y residencia", expone. Ofertas de trabajo no le han faltado, ya tiene una residencia dispuesta a contratarla. El problema es que las Oficinas de Extranjería están cerradas para trámites presenciales y muchos inmigrantes no pueden hacer el papeleo por la vía telemática. "No puedo hacer los trámites, ni tampoco irme a mi país", comenta.

"No puedo hacer los trámites para trabajar porque Extranjería está cerrada y tampoco puedo irme a mi país"

Nicole Illesca

— Enfermera

El caso de Nicole llama la atención. Entre otros motivos, porque vive a escasos 100 metros del geriátrico que "está dispuesto a emplearla". Pero en realidad hay cientos de Nicoles. En Barcelona, el Servei d'Atenció a Inmigrants, Emigrants i Refugiats (SAIER) ha contado ya a 40 inmigrantes en situación irregular que tienen  formación universitaria de enfermería, y a 80 más como auxiliares de enfermería o gerocultores. La Generalitat, además, añade al recuento a las cerca de 10.000 mujeres sin papeles que se dedican a cuidar a personas mayores en los domicilios particulares. Y el sector de los geriátricos incluye también a todas las mujeres que han sido reagrupadas, que tienen permisos de residencia y formación previa en cuidados, pero no tienen permiso para trabajar.

Problemas que vienen de lejos

El problema con las enfermeras es especialmente grave, y viene de lejos en el sector de los geriátricos. Hace ya años que las residencias tienen problemas para encontrar enfermeras por una fácil cuestión: en los centros de la gente mayor cobran la mitad de lo que se gana en los centros sanitarios. El Col·legi Oficial d'Infermeres de Barcelona (COIB) ya denunció el año pasado a EL PERIÓDICO el intrusismo laboral por falta de personal. Sin embargo, la aparición de casos de coronavirus en los centros las ha hecho "imprescindibles" para controlar la pandemia y tratar a los enfermos, en palabras de Llopis. Y es que, de un día para otro, los geriátricos se han tenido que transformar en hospitales sin serlo

Regularizaciones

La petición de regularizar a las personas inmigrantes para poder trabajar en los geriátricos o en otros servicios esenciales la han formulado también una cuarentena de asociaciones de personas inmigrantes, una decena de entidades de acogida y el propio Ayuntamiento de Barcelona en un documento que presentaron la semana pasada en el Consell Municipal d'Immigració, presidido por el concejal de derechos de ciudadanía, Marc Serra. "No puede ser que en un momento como este, de máxima necesidad de contratación estas personas no puedan optar a los puestos de trabajo, hay que reguliarizarles, y más si hay servicios que los necesitan", expone el presidente de Fedelatina, Javier Bonomi. "Si no logramos regularizar las personas sin papeles ahora para que puedan trabajar, se convertirán en los más vulnerables cuando termine el estado de alarma, porqué se quedarán sin derechos en una crisis galopante que les hará aún más débiles", señala también Bonomi.

Oficinas cerradas, colapso futuro

Y es que, los simpapeles, aunque tuvieran ahora una propuesta de contrato para trabajar, tampoco la podrían formalizar, debido a que las oficinas de extranjería están cerradas. Se han anulado las citas presenciales y solo se permiten los trámites telemáticos. Algo que, "la mayoría de personas migrantes no pueden hacer debido a la brecha digital", expone el concejal Serra. Por el momento, todos los documentos com extranjería que prescriban estos días, por ejemplo el NIE o la documentación de asilo, siguen siendo válidos, explican fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. El problema está con las citas previstas.

"Habrá que pedirlas de nuevo, y es probable que se dé una situación de colapso", advierte Serra, que recuerda que enlas Oficinas de Extranjería en Catalunya son habituales "la falta de personal" y la "larga espera para encontrar citas, incluida la reventa". Bonomi, además, recuerda que el nuevo período para pedir citas coincidirá con el periodo vacacional de los agentes, una "tempesta perfecta", que, en su opinión, "puede dejar en los márgenes a cientos de personas".