Emergencia sanitaria

El 55% de los presos en tercer grado pasan el confinamiento en casa

La Generalitat les autoriza a dormir en sus viviendas para evitar la propagación del coronavirus en las cárceles

Vista de un pasillo de la cárcel de Lledoners desde una celda.

Vista de un pasillo de la cárcel de Lledoners desde una celda. / periodico

Efe

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 Un total de 955 reclusos de las cárceles catalanas que están en tercer grado han dormido en sus casas los siete días de la semana desde que se decretó el estado de alarma, lo que supone el 55 % de los presos en régimen abierto, una cifra que podría aumentar en las próximas semanas.

Según ha informado el Departament de Justícia, a los 325 reclusos que ya pernoctaban en sus domicilios se han sumado desde que se declaró el estado de alarma otros 628 internos, a quienes se ha autorizado dormir en sus viviendas para evitar la propagación del coronavirus en las cárceles. De este modo, en virtud del artículo 86.4 del reglamento penitenciario, la Generalitat ha triplicado el número de presos en tercer grado que pueden dormir en sus casas los siete días de la semana.

"En solo 13 días desde que se declaró el estado de alarma hemos conseguido que casi mil personas puedan pasar el confinamiento en casa, reduciendo el riesgo de contagio en las entradas y salidas", explica Amand Calderó. El secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima ha destacado que el porcentaje que podría aumentar después de que se valore la situación de otras 240 personas encarceladas.

Los reclusos a quienes se ha permitido acoger al confinamiento domiciliario son aquellos que antes de la emergencia sanitaria salían a trabajar a diario y solo regresaban a prisión para dormir entre semana pero que, a raíz de la crisis del Covid-19, se habían quedado encerrados para evitar la propagación de la pandemia.

Control telemático

Esta medida permite que estos presos puedan pasar el confinamiento con sus familias con control telemático y ayuda a reducir el volumen de internos que comparten espacios comunes en las cárceles, disminuyendo también el riesgo de contagio.

No obstante, el artículo 86.4 no es aplicable a los presos cuyo régimen haya sido flexibilizado a través del artículo 100.2 del reglamento, como es el caso de los líderes independentistas condenados por el 'procés', y cuyos permisos han sido suspendidos a raíz del estado de alarma.

La medida de confinamiento en casa la proponen las juntas de tratamiento de las cárceles y las resuelve la Secretaría de Medidas Penales, pero puede ser recurrida por Fiscalía, en cuyo caso la decisión será del juez de vigilancia penitenciaria y, en última instancia, de la Audiencia Provincial. Además, una vez acabe la situación de emergencia sanitaria, se valorará caso por caso si se revierte o se mantiene.

Para el resto de presos y debido a la suspensión de las salidas, los vis a vis y la reducción de las actividades, el Departamento de Justicia ha adquirido 160 televisores para aquellos que no tengan recursos y estén en la zona de ingresos, donde pasan la cuarentena antes de mezclarse con el resto de internos.

Además, ha puesto a disposición llamadas gratuitas a los familiares si acreditan falta de condiciones económicas, incluidas las conexiones con el extranjero, que pueden beneficiar a casi la mitad de los reclusos.

Llamadas autorizadas y teléfonos móviles

Desde el pasado lunes, los centros penitenciarios han doblado además el número de llamadas autorizadas y, en lugar de diez de ocho minutos cada una, se permiten 20 llamadas.

Igualmente, la Generalitat ha impulsado un plan para que los presos puedan comunicarse por videoconferencia con sus familiares mientras dure el estado de alarma, para lo cual ya ha empezado a repartir <strong>230 teléfonos móvile</strong>s en los centros penitenciarios y de justicia juvenil.

Paralelamente, los familiares podrán dirigirse al nuevo servicio de atención telefónica que se ha habilitado para resolver todo tipo de dudas, desde las medidas adoptadas para proteger la salud de los internos a información sobre la entrega de paquetes en los centros.

Siete reclusos y nueve funcionarios contagiados

Desde el inicio de la pandemia, siete reclusos han sido contagiados, de los cuales cuatro han tenido que ser hospitalizados pero dos ya han sido dados de alta, mientras nueve funcionarios han dado positivo. Debido a ello, la cárcel de mujeres de Wad-Ras (Barcelona) y un módulo de la de Brians 2 (Barcelona) permanecen confinados. Vilaró ha explicado que en los centros de justicia juvenil no hay ningún interno y solo un funcionario ha dado positivo.