TODA UNA ODISEA

El regreso "de película" de los españoles en el extranjero por el coronavirus

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Miguel Ángel Rodríguez

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La crisis del coronavirus ha cogido a miles de españoles de viaje en el extranjero que han tenido que hacer frente a cancelaciones de vuelos, cambios de itinerario de última hora, llamadas a las embajadas y consulados y a los nervios de ver cómo el espacio aéreo de algunos países se cerraba, dejándoles sin opciones para lograr regresar a España. Una de ellas es Rosa María, de 60 años, dueña de una agencia de viajes en Girona, que asegura que su regreso de Malta, donde se encontraba con un grupo de personas mayores, a España fue "de película". 

"Era un viaje sencillito. Nos íbamos el 9 de marzo y volvía el 13. Cinco días en Malta con excursiones", cuenta Rosa María a EL PERIÓDICO sobre el comienzo de un periplo que se acabó extendiendo más días de lo prevista. Según explica, en el momento de partir de España no había ninguna contraindicación que hiciera pensar en la suspensión del viaje en el que se habían apuntado personas entre los 59 y los 85 años

Los cinco días de viaje transcurrieron con tranquilidad. Sin embargo, el día que tenían que coger el avión de regreso, se enteraron de que el Gobierno maltes había restringido los vuelos con España debido al incremento del número de contagiados. Rosa María afirma que en ese momento se pusieron en contacto con ellos distintas instituciones (la Generalitat de Catalunya, la Conselleria d'exteriors, la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas...). 

No obstante, explica que fue gracias a la Embajada española en Malta que pudieron regresar el pasado martes, cinco días más tarde de lo planeado, en un avión fletado por el Gobierno español. Aun así, con los pies ya en el aeropuerto de Barajas, el grupo tubo que hacer frente a la segunda parte de la odisea: recorrer la distancia que separa Madrid de Barcelona en un autobus de dos plantas para poder mantener la distancia de seguridad. Se ríe al recordar cómo tuvieron que hacer una parada en mitad del campo debido a que todas las estaciones de servicio estaban cerradas por el estado de alarma: "Te puedes imaginar, la gente se reía mucho porque parar en mitad del campo era como se hacía hace años". 

Escalas por Europa

En Malta también estubo Ana, de 34 años, y sus seis amigos. Los sietes, acostumbrados a viajar juntos, se habían ido hasta Jordania el 6 de marzo. En aquel momento, apunta, no había restricciones ni se esperaba que la crisis del coronavirus adquiriera las dimensiones actuales. Sin acceso a internet fueron pasando los días enterándose de lo que ocurría en España a cuenta gotas. La mala noticia llegó el día antes de empezar el viaje de vuelta. Estaba planeado que de la capital jordana, Ammán, volaran a Malta y de ahí a Barcelona

Al igual que a Rosa María, el vuelo desde Malta a España se suspendió. "Nos pusimos un poco nerviosos", admite. No obstante, decidieron viajar a la isla para estar en territorio europeo y desde allí buscar una ruta alternativa. Fue en ese momento cuando la Embajada española en el arguipiélago les mantuvo informados de la situación y se ofreció a repatriarlos si no conseguían otra forma de llegar a Barcelona. Finalmente, tras 24 horas sin salir del aeropuerto de Malta para evitar tener que hace cuarentena al llegar a Bélgica, viajaron a Bruselas, donde hicieron escala antes de comenzar el último tramo hasta la ciudad condal. "Llegamos aquí y fue todo un alivio", reconoce ahora desde su hogar en Barcelona donde cumple el confinamiento. 

Retornos anticipados

Al otro lado del globo, en Perú, estaba Luz, una pacense de 36 años, que se encontraba en América Latina realizando una representación artística. Ante la creciente alarma por el coronavirus, el 12 de marzo decidió ponerse en contacto con el consulado español que le recomendó regresar cuando antes a España. Un consejo que, fuentes del Ministerio de Exteriores aseguran que se envió la semana pasada a través de SMS a más de 1,8 millones de móviles. Luz decidió hacer caso y tomó un vuelo al día siguiente para regresar a España junto a su familia. 

También tuvo que adelantar su regreso Miguel Ángel, de 24 años, que llevaba desde el mes de octubre realizando la vuelta al mundo. Tras visitar una decena de países estaba en Santa MartaColombia, cuando varios países decidieron cerrar fronteras. "Ante el miedo de quedarnos atrapados decidimos volver a España", asegura este madrileño que debía viajar a Cuba para terminar su vuelta al mundo. 

Con la determinación de regresar cuanto antes viajó a Bogotá y  desde allí a la capital española. En esos momento, el Consejo de Ministros ya había aprobado el estado de alarma y se restringió a la mitad los vuelos, una medida que, explica, a él no le tocó pero sí a los que viajaron un día antes o un día después que él. Además, vio cómo el precio de los viajes se multiplicaban en apenas unas horas, desde los 350 euros a más de 5.000 debido a la alta demanda.