JUICIO POR EL CRIMEN DE LA URBANA

El fiscal sostiene que Rosa Peral es manipuladora y fría

Los acusados del 'crimen de la urbana', Rosa Peral y Albert López, este viernes.

Los acusados del 'crimen de la urbana', Rosa Peral y Albert López, este viernes. / periodico

J. G, Albalat

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El fiscal Félix Martín ha sido contundente y ha asegurado este lunes en su informe final que no se ha creído "absolutamente nada" de lo declarado por los guardias urbanos de Barcelona Rosa Peral y Rosa PeralAlbert López, procesados por asesinar al novio de esta, el también agente Pedro R., en la madrugada del 1 al 2 de mayo del 2017. Sin tapujos,  ha alertado de que "si estamos a solas dos o tres horas", ella "es capaz de convencernos de que hemos sido nosotros quienes hemos matado a Pedro. Esta es la Rosa Peral", ha advertido al jurado popular. La alerta sanitaria por el coronavirus ha originado que el jucio se celebre sin público y solo un pool de agencias de información hayan podido seguir la jornada.

La acusación públicas ha sostenido que "el mal gratuito existe" y "no tiene glamour". "La muerte huele, mancha, ensucia y crea un vacío y un silencio terribles. La muerte es como una bomba nuclear (...) Pero no estoy aquí para esconderles la verdad y en el mundo hay partes feas y personas malas", ha recalcado el fiscal, que ha tachado a la principal sospechosa del crimen de "charlatana de feria" y a Albert de "macho" que quiere ser "el rey de la selva", según la afencia EFE.  Ha defendido así que ambos mantenían una relación basada en "la mentira, el engaño y la toxicidad" en el marco del "mundo alternativo" en el que "vive" Rosa, una "verborreica en potencia, con un capacidad de hablar increíble que se asimila a un charlatán de feria que intenta vender un remedio crecepelos formado por agua y jabón".

Martín ha tildado a Rosa de "persona cobarde que no hace nada por sí misma", de mostrar "frialdad absoluta" y de guiarse en sus relaciones por "la mentira, la traición, la seducción, la erotización y la manipulación", frente a un Pedro "controlador, celoso, obsesivo, absorbente" y "locamente enamorado"."Pedro era un saco de patatas podrido que hay que tirar a la basura, (...) del que había que deshacerse como sea", ha aseverado, para agregar que el "tono despectivo y despreciativo" con el que la procesada se refería a la víctima en sus conversaciones telefónicas privadas es "más doloroso casi que la infidelidad". 

El rey de la selva

Las duras apelaciones también han ido dirigidas a Albert, de quien ha dicho que "representa una masculinidad primitiva del pleistoceno que se disfraza de policía y se resume en el principio de 'si me quitan a mi hembra voy a hacer lo necesario para recuperarla y así me convierto en el rey de la selva'".

Por ese motivo, ha continuado, tras asesinar a Pedro, a Albert, una persona "tremendamente inteligente", "no le tembló el pulso" para "hablar pestes" de la víctima: "Tenía que disfrutar que era el macho que había ganado la pelea y se había quedado con la hembra de la manada", ha ironizado.

"Esto no es un concurso de elocuencia y al Derecho Penal no le interesa el por qué una persona comete un delito", ha recordado antes de opinar que su credibilidad hacia los procesados es "cero patatero" por la "inverosimilitud de sus explicaciones".

Coartadas imposibles

El fiscal ha rebatido la coartada de ambos al sostener que son "absolutamente imposibles, inverosímiles y falsas" y recordar que, de ser cierta la de Albert, Rosa habría cometido "el crimen más rápido de la historia de la humanidad" en menos de quince minutos.

La versión de la procesada, en cambio, la ha tachado de "peliculera a más no poder" porque "dice que llega Albert como una tortuga ninja, la avisa por mensajes, no existe una discusión con Pedro porque debía de ser mudo y ella no escucha nada, ni voces, ni golpes, ni nada. Solo ve unas manchitas de sangre porque Albert iba con un hacha". "Recuerden que maldad e inteligencia no son lo mismo", ha alertado Martín, tras cuestionar "las reglas del mundo de Rosa".

Por otro lado, el fiscal ha remarcado que la decisión de matar a Pedro estaba "tomada" desde el momento en que el acusado compró una tarjeta de móvil de prepago, que activó solo la noche del crimen, el cual planificaron para que la víctima no pudiera reaccionar. "Si un tío de 100 kilos se hubiera podido defender había alguna señal evidente. ¿Pudo hacerlo? Rotundamente no. Por eso esto no es un homicidio, es un asesinato", ha recalcado al jurado, a quien ha pedido que "triunfe la verdad y se convierta en espejo" para que los acusados "vean su reflejo, que no es más que el de dos asesinos". El fiscal reclama 25 años de cárcel para Rosa y 24 para Albert.

Temor a difundir fotos íntimas

La acusación particular, que ejerce el abogado Juan Carlos Zayas, ha asegurado en su informe que Rosa asesinó a su novio en lugar de poner fin a su relación con él por miedo a que difundiera fotos íntimas, correos electrónicos privados o difamara su imagen. Todo ello en un momento en el que la procesada afrontaba el juicio contra un subinspector de la Guardia Urbana al que acusaba de enviar que una foto suya haciéndole una felación.

"¿Ustedes se imaginan cuál hubiera sido la posición de Rosa ante la Guardia Urbana con la perspectiva de un juicio en el cual ya estaba siendo suficientemente mal vista por sus compañeros y objeto de comentarios sobre su vida personal si hubiera roto su relación?", ha subrayado la acusación.

En su opinión, Rosa temía que, si dejaba a Pedro, éste "en un arrebato incorrecto, inadecuado, injustificable, de rabia y desesperación, habría podido extender esas imágenes -íntimas- o hacer comentarios": "El aislamiento de Rosa, cuya único salvavidas era Pedro, hubiera desaparecido y se hubiera encontrado sola", ha resaltado.

Por ello, según Zayas, Rosa "ni permitió ni quiso permitir" esa perspectiva y decidió acabar con la vida de su pareja: "Antes de pasar por esta vergüenza, a este señor me lo cargo, pensó".

En unos años, en libertad

También ha recriminado a la procesada que le dijera a la exmujer de Pedro, a la que se acercó tras el crimen, que "en España tendría que haber pena de muerte". "Es una gran ventaja para los acusados que estemos en España y no en Florida, Arizona, Texas o China porque, si no, probablemente estos señores perderían su vida", ha destacado antes de agregar que con la legislación vigente "en el peor de los casos, dentro de 10 años u 8 años estarán tranquilamente paseándose por la calle".

Finalmente, Zayas ha considerado acreditado que el plan para matar a Pedro consistió en "dormir, drogar o neutralizar sus capacidades de defensa" y, estando "estirado en el sofá" fue atacado "con un golpe en la cabeza que produjo un reguero de sangre hacia arriba y salpicó la bombilla".