JUICIO POR EL 'CRIMEN DE LA URBANA'

El fiscal a Rosa: "¿Este crimen no es una diabólica y perversa prueba de amor?"

Rosa Peral, vista en una grabadora de imagen, en el segundo día de su declaración por el 'crimen de la Urbana'

Rosa Peral, vista en una grabadora de imagen, en el segundo día de su declaración por el 'crimen de la Urbana' / periodico

J. G. Albalat

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Rosa Peral, la guardia urbana acusada de asesinar a su novio, el también policía local Pedro R., ha continuado este jueves el mismo guion que planteó en el interrogatorio del miércoles, cuando respondió durante cinco horas a las insistentes preguntas del fiscal Félix Martin. La agente acusó a su compañero de patrulla y amante, Albert López, de amenazarla a ella y también a sus hijas para que siguiera sus instrucciones durante los días posteriores al crimen, ocurrido en la madrugada del 1 al 2 de mayo del 2017 en su casa de Vilanova y la Geltrú, para que no lo descubriera.

"Lo que está en juego soy mis hijas y yo", ha subrayado. "Pensaba que, si yo hablaba, ¿cuándo tiempo tardaría en atacarme?", ha insistido. "Albert estaba empecinado en que los hechos se produjeran el martes [día 2] porque quería involucrarnos a Rubén [su exmarido] y a mí". El fiscal ha apretado hasta el final: "¿Es este crimen una diabólica y perversa prueba de amor que los iba a unir a Albert y a usted para siempre?". A lo que Rosa ha contestado: "Por supuesto que no, si yo solo tengo amenazas y control. Eso no es tener ninguna prueba de amor". La tensión fue máxima.

La noche en que se produjo el asesinado, ha recordado la sospechosa, vio a Albert limpiando la planta baja de la vivienda y después la obligó a ella a ayudarle. "Él estaba limpiando y había agua encharcada y lejía", ha asegurado. La acusada ha afirmado que Albert tiró la mochila que llevaba cuando entró en su casa y de la que sobresalía un palo en un descampado en las inmediaciones de su vivienda. "Se lo dije a los Mossos", ha recalcado.

La policía de la Generalitat estuvo buscando durante la investigación la supuesta hacha que habría sido utilizada para acabar con a vida del novio de Rosa, Pedro, que apareció días después calcinado en el maletero de su coche en una camino forestal en las inmediaciones del pantano de Foix. 

Menos llamadas de teléfono

El fiscal ha dejado constancia de que cuando los Mossos empezaron a investigar, en la noche del 4 de mayo, dos días después de la desaparición de Pedro, las llamadas disminuyeron drásticamente entre Rosa y Albert. En solo tres días, pasaron de 27 a cinco. Según la procesada, ella no tenía nada que decirle a Albert, desmintiendo que este cambio se produjera para disimular la relación que tenía con su compañero de patrulla.

La sospechosa no entendía por qué la policía no investigaba a Albert. "No me cuadraba que una persona que ha quitado la vida a otra siga patrullando con un arma", ha especificado. No ha dado, sin embargo, una explicación convincente de por qué guardó durante días en un armario el teléfono de Pedro, cuando este ya estaba fallecido. "Albert creía que lo había tirado, pero no lo hice", ha espetado. Los Mossos lo encontraron en el registro.

Rosa ha negado por activa y por pasiva que tuviera en el momento del crimen una relación sentimental con Albert y ha reiterado que era este el que estaba obsesionada con ella, regalándole incluso un anillo. "Lo único que he tenido es un plan de futuro con Pedro", ha subrayado. La agente procesada ha negado que dijera a su padre que mintiera cuando fue a declarar. El progenitor explicó a los investigadores que vio a Pedro el día 2 de mayo, cuando ya estaba muerto. En su declaración en el juicio, este testigo dijo que se había equivocado.

Intervención del magistrado

El magistrado que preside el juicio ha preguntado a Rosa por qué esos días, ante el miedo que le profesaba a Albert, no llevó a sus hijas a casa de algún familiar. "No quería cambiarle las rutinas a las niñas. Quería que no se enteraran de nada. Procuraba que siempre hubiera gente en casa para sentirme más segura", ha detallado.  La agente ha repetido: "Yo no tenía ningún plan con Albert y no he matado a Pedro".

El abogado de la acusación particular, Juan Carlos Zayas, ha sido perseverante y demoledor. Ha interrogado con detalle a Rosa sobre la noche en que se cometió el crimen. El letrado ha aludido en varias ocasiones a posibles contradicciones de la acusada, que ha vuelto a decir que vio a Albert saltar la valla, dirigirse hacia ella con una braga en la cabeza y con una mochila. "Me envió un mensaje en el que me decía: 'Estoy aquí'", ha explicado la procesada. Antes, según su versión, en algunos tramos incoherente, Albert le había dicho que iría a su casa "sí o sí".

El abogado se ha extrañado de que Rosa no alertara a su novio al ver a Albert saltar la valla. "¿No avisó a Pedro, que estaba en la vivienda?". "Me quedé paralizada [...]. No estaba en una situación de enfrentarme a él. Tenía miedo", ha respondido. Después salió corriendo a la planta de arriba hasta que compañero de banquillo le dijo que bajara para limpiar. "Pensé que pudo haber una pelea entre Albert y Pedro", ha asegurado. Eso sí, ha admitido que "no tenía nuevas pruebas contra Albert" cuando le incriminó ante la jueza el 13 de mayo, tras ser detenida. Respecto a su novio Pedro, la víctima, ha espetado: "Es la última persona a la que puedo odiar [...]. No he querido matar a nadie".

El defensor de Albert, José Luis Bravo, ha intentado sembrar dudas sobre los ataques que Rosa ha lanzado contra su cliente. "¿Cuál era el objetivo del asalto?", le ha requerido el abogado. "Quería únicamente hacerme daño. Herirme a mí y a sus hijas", ha declarado la policía procesada. Pero el letrado no ha soltado a su presa: "Usted sabe que para ir a la policía no hacen falta pruebas, lleva una denuncia y es la policía la que investiga. Si usted hubiera ido a comisaría y hubiese dicho: 'Ha habido un capítulo violento en mi casa, había sangre por el suelo, la persona que vivía conmigo ha desaparecido, hemos procedido a quemar su vehículo y hay un señor que me está obligando a enviar mensajes'... ¿No le hubieran hecho caso?". Rosa: "No tengo pruebas".