colectivos vulnerables
Los niños que piden refugio en Barcelona se multiplican por 10 en cuatro años
El Ayuntamiento de Barcelona aloja cada noche a unas 100 familias con niños que piden asilo
Elisenda Colell
Redactora
Periodista de desigualdades y exclusión social crecida en la redacción de informativos de la Cadena SER en Catalunya. Nací en Viu Comunicació y Cugat.cat.
Elisenda Colell
El número de niños refugiados que piden asilo en Barcelona junto a sus padres se ha multiplicado por 10 en los últimos cuatro años. En el 2019 fueron 2.359, frente a los 230 menores atendidos en 2015.
Las largas listas de espera en la oficina de Extranjería y la falta de plazas para la acogida a los casos más vulnerables han provocado que el Ayuntamiento de Barcelona se haya visto obligado a pagar, cada noche, más de un centenar de plazas en pensiones para que estas familias con niños no se vean obligadas a dormir en la calle.
El concejal de derechos de ciudadanía, Marc Serra, se ha mostrado optimista, tras reunirse con el nuevo responsable de migraciones del gobierno de coalición y tener la promesa de más fondos y recursos.
Más de 20.000 personas atendidas
Un año más, el Servei d'Atenció a Inmigrants, Emigrants i Refugiats (SAIER) de Barcelona ha registrado cifras de récord. En el 2019, este departamento superó la barrera de las 20.000 personas atendidas, casi duplicando los datos del 2015. Pero el servicio que más ha crecido es el de la atención a los refugiados. Los solicitantes de protección internacional atendidos en este servicio se han multiplicado por siete en los últimos cuatro años, hasta llegar a las 9.429 personas. La mayoría de ellos son familias que vienen con sus hijos menores de edad. Lo demuestra el hecho de que uno de cada cuatro refugiados en el SAIER es un niño o un adolescente.
En principio, una vez los refugiados son atendidos en este servicio municipal, se les orienta para que puedan pedir cita en una Oficina de Extranjería. Un trámite, responsabilidad del Estado, que es indispensable para que les reconozcan como solicitantes de asilo, y para que puedan acceder a una vivienda y un plan de acogida o de trabajo si es necesario. La realidad, sin embargo, es que los refugiados tienen que esperar 11 meses para hacer este trámite, según ha expuesto el regidor Marc Serra. ¿Qué pasa entonces? "Estamos pagando decenas de habitaciones en pensiones para evitar que estas familias se queden en la calle", ha expuesto el concejal. Aunque tampoco descartan que algún caso se les haya escapado de la red de atención.
En concreto, cada noche el Ayuntamiento paga entre 150 y 200 habitaciones de pensión para familias migrantes con niños. La mitad son para refugiados que están en lista de espera, y la otra mitad son inmigrantes por motivo económico y sin papeles que vienen aquí con sus hijos. La factura sube ya a los dos millones de euros al año, un gasto que el consistorio dice que no va a escatimar, aunque no le corresponda. "El problema es que esta atención en pensiones no es la más adecuada", ha sugerido Serra. Pero además, una vez los refugiados consiguen entrar en el programa estatal, más de la mitad son obligados a irse de la ciudad de Barcelona. "Estos niños están escolarizados aquí y tienen que vivir un desarraigo que no es para nada adecuado dada la situación de la que ya vienen", ha criticado Serra.
Promesa en los presupuestos
El pasado lunes 24 de febrero, la alcaldesa Colau y el concejal Serra se reunieron con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. "Vemos un cambio de etapa importante, están dispuestos a reprender la relación bilateral con Barcelona en materia de asilo y migraciones", ha explicado Serra. En este encuentro, dice el concejal, el ministro se comprometió a volver a inyectar recursos en los fondos europeos de acogida, que fueron suprimidos desde que Mariano Rajoy llegó al Gobierno. "Estaríamos hablando de una cantidad de 5 millones que podrían correponder a Barcelona, al menos esta es la cantidad que nos dijeron que iban a incluir en los presupuestos", ha expuesto el concejal.
Países latinoamericanos
Venezuela (con 3.069 solicitantes de asilo), Colombia (con 3.000) y Honduras (con 1.700 solicitantes), son los tres principales países de donde llegan los refugiados que buscan asilo en Barcelona. También Perú (1.393) y El Salvador (839) son otros de los países que registran más solicitudes al alza. Mientras que los refugiados ucranianos han descendido a la mitad en los últimos cinco años, hasta llegar a los 491. Pero en la mayoría de estos países centroamericanos, de donde las familias huyen de la violencia callejera o la persecución de las bandas, España acaba denegando las solicitudes de asilo. ¿Les preocupa que estas más de 9.000 personas, en cuanto su asilo se deniegue, acaben siendo sinpapeles en la ciudad de Barcelona? "Preferimos ser optimistas, vemos muy buenas intenciones en el Gobierno, también con la ley de extranjería", ha respondido Serra.
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