JUICIO EN BARCELONA

Los peritos sostienen que los acusados del 'crimen de la Urbana' eliminaron pruebas

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J. G. Albalat

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El jurado del ‘crimen de la Urbana’ vio este martes unas cincuentena de fotografías de los escenarios claves del asesinato y recordaron los lugares que habían visitado 24 horas antes en una inusual inspección ocular. Con esas imágenes (algunas de ellas impactantes, como la del cadáver calcinado de la víctima) y la declaración de los peritos, el tribunal popular pudo hacerse una composición de las sospechas contra los policías locales de Barcelona Rosa Peral y su amante Albert López, acusados de matar al novio de la mujer, el también agente Pedro R, en la madrugada del 1al 2 de mayo del 2017. Los expertos de la policía científica de los Mossos aseguraron que los procesados eliminaron pruebas para dificultar la investigación.

"Lo que está claro es que intentan eliminar pruebas de cómo se ha producido el hecho, de posibles lesiones y qué es lo que ha pasado con el cadáver", declaró un  mossos en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona. Una conclusión que un compañero suyo complementó al explicar que tal y como se habían encontraron “los rastros cadavéricos" de Pedro, que fue calcinado en el maletero de su coche en pista forestal en el pantano de Foix, "era imposible saber cuál era la causa de la muerte". La víctima sólo pudo ser identificada unas placas metálicas que llevaba en la espalda.

Los peritos argumentaron que quemar un cuerpo en el maletero de un coche "multiplica el efecto lesivo" del mismo debido al "efecto horno". Y es que se trata de un espacio reducido, pero no estanco, en el que entra el aire  y aumenta la temperatura. A causa del estado en que se encontró el cuerpo, los investigadores no lograron determinar ni el arma que se uso. Durante la instrucción del proceso se especuló con un hacha (se llegó a buscar) o de una pistola (faltaba en el cargador de Rosa una bala).  

Esconder pruebas

El jefe de homicidios de los Mossos que investigó el caso explicó que la actuación de los procesados denota una "planificación" a posteriori para hacer desaparecer rastros que pudieran incriminarles. "Es evidente que nos están intentando esconder pruebas, ya sea lo que ha sufrido esta persona, si ha padecido alguna agresión o ha tenido algún tipo de impacto", recalcó, antes de precisar que los acusados quisieron "destruir indicios genéticos de las personas que lo trasladaron al lugar o huellas en el vehículo", según informa Efe.

Este mando policial concretó que el vehículo de Albert, que fue registrado el 15 de mayo, estaba "extremadamente limpio", incluidas las ruedas y las bandas de rodadura, lo que les llevó a descubrir mediante un análisis de huellas que había pasado por un servicio de limpieza días antes. "Se derramó gasolina en el maletero, pero la limpieza fue muy intensa", relataron los agentes de la científica. En su opinión, los muchos ambientadores y el "pote de aceite corporal olor a coco" que hallaron en el interior del coche buscaban probablemente enmascarar el olor a combustible, que era especialmente fuerte en el maletero.

El grado de limpieza del porche de la vivienda de Rosa, en Vilanova i la Geltrú y donde se cometió el crimen, es otro de los elementos que llamó la atención de los mossos, que no descartan que hubiera sido desinfectado con posterioridad al asesinato: "Quizás no hay indicios porque la limpieza fue muy profunda", argumentaron. Los investigadores insistieron que por la posición de las  manchas de sangre de Pedro encontradas en el chalet de Rosa (en la pared y en una bombilla), su cuerpo debía estar sentado o tumbado, hipótesis que alimenta la teoría de que Rosa y Albert se deshicieron de un sofá donde, según la acusación, se sospecha se consumó el asesinato. Los Mossos desvelaron que la víctima recibió "dos impactos distintos", no descartando que fueran disparos.