La cara B del veto parental

Vox se saca de la chistera un proyecto para atajar un problema inexistente e incendia un debate donde no se habla de los problemas educativos reales

Estudiantes de segundo de la ESO asisten a un taller dedicado a violencia machista, en el instituto Ramón Berenguer IV de Sata Coloma, el pasado curso escolar.

Estudiantes de segundo de la ESO asisten a un taller dedicado a violencia machista, en el instituto Ramón Berenguer IV de Sata Coloma, el pasado curso escolar. / periodico

Olga Pereda / Miriam Ruiz / Julia Camacho

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En España, el 12% de los alumnos repite curso (frente al 2% de media europea) y el 18% abandona de forma temprana sus estudios, según las cifras del ministerio de Educación. España sigue dedicando el 4,1% del PIB a inversión educativa y no el 5,1% que le reclaman los sindicatos de enseñanza para volver a los porcentajes previos a la crisis económica. El último informe PISA confirmó que los conocimientos en Matemáticas y Ciencias de los estudiantes están por debajo de la media de la OCDE, así como que el clima de disciplina en las aulas dista mucho de ser ideal. La ley que regula ahora mismo la educación reglada es la LOMCE, una controvertida norma que no gusta a nadie salvo al partido que la aprobó, el PP. Este es el panorama actual del sistema educativo español.

Sin embargo, el debate político no se centra en ninguno de estos aspectos sino en un invento de Vox bautizado como pin parental, una iniciativa para atajar un problema educativo que no existe. No hay denuncias en España sobre presuntos adoctrinamientos en temas de sexualidad a niños y niñas, pero el veto parental -que solo está vigente en Murcia- se ha convertido en un volcán en erupción alimentado por los políticos y los medios de comunicación. La lava del volcán está haciendo ya su efecto. A partir de ahora veremos a familias cercanas al ideario de Vox descargar de la web oficial la solicitud de veto parental para presentarlo en los colegios. En Barcelona, al menos, ya se ha registrado un caso de una familia interesada en su aplicación.   

El incendio

Es poco probable que los hijos de los políticos que integran el partido dirigido por José Abascal acudan a la escuela pública, pero se han metido de lleno en sus aulas para enarbolar la bandera de la "libertad de los padres". La censura parental, en principio, no afecta a asignaturas básicas como matemáticas, ciencias o lengua sino a talleres o charlas impartidas en los colegios en horario escolar (no confundir con las extraescolares, como hizo el máximo dirigente del PP, Pablo Casado, en la defensa del veto, no compartida por muchos miembros de su partido) por personal ajeno al profesorado. Por ejemplo, un policía que alerte de los riesgos del 'ciberbullying'. Otro que diserte sobre los riesgos del alcohol y la importancia de la seguridad vial. O un taller sobre igualdad entre hombres y mujeres y convivencia pacífica con independencia de la opción sexual de cada cual. Ahí está el problema. Y el posterior incendio.

'Fake-news'

Agarrándose a las 'fake news' y utilizando las redes sociales para mostrar vídeos que, en realidad, son de otros países y nada tienen que ver con talleres dirigidos a niños, Vox proclama que en esas charlas lo que se hace es proponer "juegos eróticos a los niños de cero a seis años". En un clarísimo ejemplo de estrategia política que nada tiene que ver con la educación, el partido de Abascal ha visto una ocasión ideal para declarar la guerra al Gobierno de coalición PSOE-Unidos Podemos. Lejos de apagar el fuego, los socialistas y los morados han entrado al ruedo, siendo conscientes de que la defensa de la escuela pública es su reinado. Pablo Iglesias sabe que juega con cartas ganadoras cuando rememora la época del poder inmenso de la Iglesia en la educación, "la letra con sangre entra y las mujeres apresadas entre las botas de sus maridos". El volcán en erupción que supone el veto parental es también una fórmula perfecta para que el Gobierno disimule asuntos polémicos como su acercamiento al movimiento independentista catalán o el nombramiento de la exministra Dolores Delgado como fiscal general del Estado.

La realidad confirma que el problema no existe. ¿Hay expedientes abiertos por este presunto adoctrinamiento? No, más allá de una queja por escrito de unos padres en Pedrezuela (Madrid), según informó el consejero de Educación de Madrid, Enrique Ossorio (PP). A Vox no le importa. El veto parental es fundamental para ellos. Tanto que lo están utilizando de amenaza no solo en Murcia sino en las otras dos comunidades en las que sus votos han servido para que el PP gobierne de la mano de Ciudadanos: Madrid y Andalucía.

Educación sexual, asignatura pendiente

La realidad es que la Educación sexual sigue siendo, en pleno siglo XXI, una de las grandes asignaturas pendientes del sistema educativo español. "No está regulada y depende de cada colegio", explica Laura Morán, psicóloga, sexóloga y autora de 'Orgas(mitos)'. Varios colegios laicos de Euskadi se han puesto en contacto con ella para que ofrezca charlas a los estudiantes sobre micromachismos y feminismos. En breve impartirá otra charla titulada Identidad sexual, orientación y mitos a los miembros de un equipo de fútbol juvenil. "En este caso, el equipo se ha puesto en contacto con los padres para que autoricen la asistencia de sus hijos, que tienen entre 15 y 16 años”, explica.

Morán, al igual que el activista José Vela, técnico de Educación de Cogam, asociación LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales), aseguró que las charlas que se ofrecen en los colegios no tienen que ver nunca con prácticas sexuales sino con la convivencia pacífica y la igualdad.

"La identidad de género no es ideología sino biología", responde Morán a los miembros de Vox. En su opinión, que los chavales reciban educación o información afectivo sexual les hace menos vulnerables al acoso. "La información es poder. También en este terreno".

Murcia

El veto parental estaba incluido en el programa electoral de Vox. Nadie le presentó especial atención. Finalmente, se aprobó, sin ruido alguno, el verano pasado en Murcia, comunidad en la que el PP consiguió gobernar 'in extremis' gracias a los votos de los ultras. El Gobierno ha amenazado con llevar a la autonomía a los tribunales por aprobar la medida, pero el presidente murciano, Fernando López Miras (PP), no se ha bajado del caballo. Afirma que es un compromiso político y que lo mantendrá. Y eso que ha confesado que confiaba en la "incuestionable" neutralidad de los docentes y que no tiene constancia de ningún expediente abierto por presunto adoctrinamiento

Rocío Monasterio anunció que, en aras a mejorar el rendimiento académico de los alumnos murcianos, su partido impulsará dos propuestas: aumentar el sueldo de los profesores y mejorar la Formación Profesional. Ninguna de las dos medidas está incluida en su programa electoral.

Andalucía

La implantación de la censura educativa ha roto la sintonía del Gobierno andaluz del PP y Ciudadanos. La propuesta viene recogida en el acuerdo suscrito por las tres formaciones para los presupuestos de 2020, ya aprobados, pero aunque el Ejecutivo señala que no hay adoctrinamiento en las aulas andaluzas y tampoco constan denuncias, los socios discrepan acerca de la iniciativa de Vox. Cs, con las competencias en Educación, es el más tajante: no hace falta, los padres ya conocen las actividades a través del consejo escolar. Más tibio se muestra el PP: aunque es una polémica artificial, es «perfectamente asumible» en aras de «la libertad de los padres para saber qué hacen sus hijos». Vox apunta al cumplimiento de lo pactado bajo amenaza de obstaculizar la aprobación futura de decretos y leyes.

Mientras, en la calle se evidencia que los problemas en Educación en la región van por otros derroteros. Familias movilizadas por la falta de monitores de niños con necesidades especiales; huelgas por la reestructuración y desaparición de centros rurales; problemas con los comedores, bolsas de sustituciones cerradas para ahorrar en la contratación de profesores y una tasa de repetición y abandono  temprano a la cabeza del país.

Madrid

Al consejero de Educación, Enrique Ossorio (PP), no le consta la existencia de denuncias parentales sobre presunto adoctrinamiento moral o sexual, más allá de una queja en Pedrezuela, un municipio que no llega a los 6.000 habitantes. La presidenta de la comunidad, Isabel Díaz-Ayuso (PP), se resiste a legislar «donde no existe un problema». Pero la amenaza de Vox está clara. «Para la aprobación de cualquier ley [en clara alusión a los los Presupuestos] hacen falta nuestros votos. Y para nosotros  el pin parental es fundamental», explicó Rocío Monasterio en una entrevista en el Canal 24 Horas en la que argumentó que el veto (ella lo llamó «libertad») no lanzaría sus tentáculos sobre asignaturas troncales, como matemáticas o química sino en talleres impartidos «por no se sabe quién». De hecho, acusó al consejero de Educación de Madrid de no tener ni idea de quién ofrece esos talleres y de qué asuntos se tratan. La dirigente del partido de ultraderecha, sin embargo, pasó de largo un asunto básico: cualquier actividad impartida dentro del horario escolar (así como las charlas que se suelen dar en las escuelas de padres) llevan el respaldo de la dirección del colegio y de las asociaciones de padres y madres.

La realidad

24% es el porcentaje de población murciana de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de Secundaria y que no sigue ningún tipo de formación. Es la tercera autonomía con más porcentaje de abandono temprano escolar, por detrás de Melilla y Baleares, según los datos del INE y el ministerio de Educación. En el caso de Andalucía, la tasa de abandono es de casi el 22%, frente al 18% de media española. Andalucía destaca por su elevado porcentaje de alumnado en centros públicos. La región de Murcia también supera el porcentaje medio español en todas las etapas, según el informe Sistema estatal de indicadores de la educación 20019.