La 'manada' de Palma destapa la prostitución de menores de centros de acogida

Trabajadores y policías constatan que las menores son captadas para que tengan relaciones sexuales con adultos

Un coche patrulla de la Policía Nacional.

Un coche patrulla de la Policía Nacional. / FERRAN NADEU

Xavier Peris / Diario de Mallorca

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Es un secreto a voces, conocido tanto por trabajadores sociales como por agentes policiales. Decenas de niñas que se escapan de los centros de protección en los que están ingresadas son prostituidas en Palma, en la mayoría de casos a cambio de pequeñas cantidades de dinero o regalos, según informa 'Diario de Mallorca'. 

Los expertos llevan años alertando de este fenómeno en informes internos, sin que los responsables del Institut d'Afers Socials (IMAS), el organismo responsable de estas menores, hayan tomado medidas efectivas para ponerle freno.

"Negligencia absoluta"

"Hay una negligencia absoluta por parte de los servicios sociales", comenta un agente policial que ha investigado estas prácticas. Son muchos los casos en los que, tras una fuga de menores de los centros de protección en los que están acogidos, se ha averiguado que las niñas han sido prostituidas por adultos. "Los trabajadores lo denuncian, pero cuando llega a los inveles superiores del IMAS los casos se minimizan, porque no tienen medios para evitarlo. Prefieren mirar para otro lado".

El caso de la niña de trece años que denunció haber sufrido una violación grupal en Palma la pasada Nochebuena ha destapado este fenómeno. La menor relató en su denuncia que tras fugarse ese día del centro de menores en el que estaba ingresada, recibió varias ofertas en un bar para prostituirse, antes de dirigirse al piso de Corea donde sufrió la agresión sexual, por la que la Policía Nacional ha detenido a siete menores y un adulto. DIARIO DE MALLORCA ha contactado con varios trabajadores de este ámbito. Y todos coincidieron en que se trata de una práctica extendida desde hace años.

"No podemos hablar de una red organizada de prostitución", explica uno de estos expertos. "Se trata de una conducta normalizada por parte de estas menores, que no son conscientes de que abusan de ellas".

Menores vulnerables

Se trata, en la mayoría de los casos, de niñas de catorce y quince años que han sido apartadas de sus familias porque han sufrido abusos sexuales o desatención grave. Las menores son ingresadas en distintos pisos, tutelados tanto por entidades privadas como públicas. Son centros abiertos, de los que resulta fácil fugarse. En muchos casos, las menores son captadas por sus propias compañeras.

Los trabajadores explican que tras fugarse suelen reunirse en la Plaza de España y en la Estación Intermodal. También hay varios pisos okupados en Palma donde se refugian, y donde consumen alcohol y drogas. Pero de las declaraciones de los menores cuando regresan se desprende que también hay varios domicilios ­en Son GotleuCamp Redó y en los alrededores de la Plaza Madrid, donde las menores son prostituidas por adultos.

Los expertos han constatado que las niñas son a veces seducidas por chicos, a los que envían para que contacten con ellas. "Son menores muy vulnerables, con historias terribles detrás y muy necesitadas de afecto." La mayoría tienen trastornos y una conducta hipersexualizada. En muchos casos acceden a mantener relaciones sexuales a cambio de pequeñas cantidades de dinero, pequeños regalos o consumiciones de alcohol o droga.

Los expertos critican duramente al IMAS por su inacción. Por lo general tras cada fuga, y al tener sospechas de que las niñas han podido ser prostituidas, se elevan informes internos, que no se han traducido en ninguna medida concreta. 

"No hay dinero, ni educadores suficientes para una solución"

"En los centros están mezclados menores de perfiles muy diferentes. Conviven abusadores y abusados", explican. "No hay dinero, ni educadores suficientes para dar una solución. El sistema de acogida no funciona y los trabajadores están frustrados". La paradoja llega al extremo de que las niñas, que han sido retiradas de sus familias porque en muchos casos han sufrido abusos, son captadas en los mismos centros de protección en los que están ingresadas.

La víctima de la violación grupal en Corea en Nochebuena reside en uno de estos centros especializados. Cuando presentó la denuncia, la educadora que la acompañaba manifestó a la Policía que se había escapado otras veces y que tenían conocimiento de que durante sus fugas mantenía relaciones sexuales con adultos. La propia menor explicó que, antes de ir al piso donde sufrió la agresión sexual múltiple, estuvo en un bar donde había recibido propuestas de varios hombres para prostituirse.

DIARIO de MALLORCA trató de contactar con los servicios de prensa del IMAS para conocer su versión, pero no contestaron a las llamadas.