Cada día muere un niño en Siria

Siria niños

Siria niños / Save the Children

MIREIA RECASENS LAMUÀ. SAVE THE CHILDREN

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Basta con mirar a los niños y niñas de Siria para ver cómo les afecta la guerra que azota el país desde hace casi nueve años. Ellos son las principales víctimas del conflicto armado, los más inocentes, los más vulnerables que acaban pagando un alto precio: con su propia vida.

Un niño es asesinado a diario en Idlib, en el noroeste de Siria, desde la escalada de violencia en la zona hace un mes. Desde entonces, ya han muerto 36 niños y niñas y casi 300.000 personas han tenido que huir dejando atrás completamente vacías muchas de las ciudades principales de la zona.

Durante la anterior intensificación de la violencia, que empezó a finales de abril de 2019, fueron asesinados más niños y niñas en un mes que en todo 2018. Entre abril y julio de 2019, 90 niños y niñas fueron asesinados durante la escalada bélica en el área, antes de que se anunciara un alto el fuego en agosto.

Pueden parecer solo números, pero detrás hay niños y niñas cuyas vidas han sido truncadas por el conflicto. Niños que han tenido una infancia entre balas, que no han conocido más que la guerra y que la guerra les ha arrebatado todo.

A toda esta violencia se suma otro problema: las temperaturas bajo cero y el clima invernal que agravan la situación de estos menores y sus familias. Hay cientos de personas durmiendo en la calle ya que después de los bombardeos aéreos y los combates no tienen otro lugar donde ir. Buscan refugio donde sea, en mezquitas, en almacenes vacíos o en granjas de pollos. Las familias que viven en los campos de desplazados no están mucho mejor. En las últimas semanas, doce campamentos se han inundado. Eso, junto a la escasez de combustible, hace que sea muy difícil para las familias combatir el frío invernal.

Save the Children, junto a sus organizaciones en la zona como Hurras Network, estamos dando respuesta a las necesidades de las familias distribuyendo artículos de higiene, cestas de alimentos y otros artículos que cubren las necesidades básicas, así como ayudando a los desplazamientos fuera de las áreas de conflicto. Pero nada palia el dolor de vivir en zona de conflicto.

Balas, bombardeos, frío, hambre… son tantas las amenazas que sufren los niños y niñas en Siria que una se pregunta: ¿Cómo será su futuro si esta guerra no acaba jamás? O, ¿tendrán un futuro?