Universal y personal

Mezclar los conceptos sanidad y exposición a priori puede parecer plato de digestión pesada, así que ahí va un chascarrillo para hacer más fácil la deglución, aunque, vaya por delante, que la muestra 'Universal. La salut a Catalunya' se digiere sola y sin bicarbonato. Lo avalan las visitas recibidas hasta la fecha, muy por encima de la media de las ofertas del Palau Robert. El caso es que sus responsables tenían muy claro que el concepto principal a reivindicar en la exposición era la universalidad del sistema sanitario público catalán: todo el mundo, con independencia de su procedencia, edad, sexo o condición social tiene derecho a ser atendido. De ahí que se pensara en una instalación de radiografías como punto central de la muestra: una placa no sabe de distinciones. ¿El problema? La digitalización ha acabado con las radiografías a la vieja usanza y hubo que recurrir a familiares, vecinos, conocidos  y demás  para poder juntar los soportes de poliéster necesarios para hacer la instalación. 

Lo dicho, la instalación de radiografías y la idea de universalidad ocupan la plaza central de una exposición que tiene como objetivo explicar la complejidad del sistema sanitario catalán cuando se cumplen más de cuatro décadas del traspaso de competencias de salud a la Generalitat y tres del inicio de gestión del primer Pla de Salut. La impulsa la Conselleria de Salut pero no ha habido consignas. "La libertad para montarla ha sido total", palabra de Quim Torrent, coordinador de la muestra. De hecho, en el Palau Robert lucen las bondades del sistema pero también sus carencias: el tiempo de espera que a veces requieren según que intervenciones. Noventa días las visitas médicas no urgentes; 32 la cirugía cardíaca y 17 la oncológica. Pero no se trataba de hacer balance de lo bueno y lo malo de la sanidad sino de explicarla: "Resumir su complejidad sin entrar en tecnicismos". 

Los latidos de los visitantes

Tampoco se ha querido ahondar en obviedades ni caer en convenciones. De manera que el recorrido de la exposición gira en torno a la persona y empieza propagando los latidos de los visitantes. Basta con poner el dedo índice en un soporte para que este recoja el pulso y lo expanda por toda una sala que tiene en el crujir de huesos y el ruido de las conexiones neuronales su banda sonora. "Buscábamos una experiencia inmersiva, queríamos que los espectadores se sintieran protagonistas porque, en realidad, estamos explicando un sistema pensado para cuidarlos y para darles una responsabilidad individual y colectiva", apunta Torrent. Pacientes y profesionales (sus batas forman otra instalación), como responsables y protagonistas. No en vano conocer el sistema es usarlo adecuadamente. Y cuidarse es sinónimo de utilizarlo menos. Vamos, que saber que para según qué urgencias se debe acudir al CAP es evitar el colapso de los hospitales; y tener buenos hábitos de salud y de prevención esquiva en muchos casos la enfermedad. 

Preguntas y respuestas

El territorio y como la atención sanitaria llega a todos los puntos merece otra instalación, en este caso sonora. Diez audios revelan cómo funcionan muchos servicios: en uno, un helicóptero del SEM alza el vuelo para cubrir un accidente de tráfico con cinco heridos en Manlleu; en otro, una médica visita a domicilio a una paciente con insuficiencia cardiaca. Hay más experiencias narradas en vivo: una llamada al 061, la activación de un código IAM (para infartos), una reunión en la ‘conselleria’... Pero la exposición además de explicar también interpela al visitante: ¿La vacunación debería ser obligatoria? ¿Es más importante investigar enfermedades crónicas o mortales? ¿Te gustaría saber cómo y cuándo morirás? Hay respuestas, en los tres casos el sí se impone. "Se trata de que la gente piense, se lleve a casa algo más que las cifras mostradas". 

¿Y las cifras? Ahí van unas cuantas: la diabetes, la hipertensión, el colesterol, la lumbalgia, y los trastornos respiratorios y de ansiedad son las patologías que más consultas generan. Cada día se realizan 1.020 operaciones; cada dos horas y media se detecta un nuevo cáncer de mama; cada minuto se atienden a 131 personas en un CAP y cada 10 segundos se administra una vacuna. El resto, hasta el 31 de mayo en el Palau Robert.