VIOLENCIA MACHISTA

Condenado a cinco años de prisión un educador de un centro de menores por agredir sexualmente a una joven

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Nacho Herrero

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Un educador de un centro de acogida de València ha sido condenado a cinco años de prisión y a diez de alejamiento de la víctima y de inhabilitación para trabajar con menores tras considerar probado la Audiencia Provincial que se masturbó con la mano de la menor cuando creía que estaba dormida.

La víctima, que entonces tenía 14 años y en el juicio tenía 17, dormía habitualmente en una habitación individual a varios metros del dormitorio general por su mal comportamiento o por regresar tarde al centro. La sentencia asume que el educador "una vez creía que se hallaba dormida, cogía la mano de la niña y se masturbaba con ella".

La menor explicó durante el juicio que no reaccionó ante esas agresiones "porque se quedaba en shock y no sabía que hacer". Animada por su novio y su suegra, la víctima contó su caso dos o tres meses después de que sucediera a dos policías que habían acudido al centro a reintegrar a otra menor.

Según explicó no lo hizo antes porque el condenado era entonces marido de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, y pensaba que eso iba a hacer que no la creyeran. Poco después se divorciaron.

El tribunal considera que el "acerbo probatorio es apto para enervar la presunción de inocencia (del condenado) más allá de toda duda razonable. Recuerda la Audiencia que el Tribunal Constitucional reconoce a la declaración de la víctima "el valor de prueba de cargo" en este tipo de delitos y subraya que no hay razones para dudar de su credibilidad puesto que no tiene animadversión por el condenado, del que dijo que le caía y le cae bien, ni tiene motivos espurios.

Los jueces valoran que la víctima no oculte hechos que le podían perjudicar como que era conflictiva, que era ella quien llamaba al educador o que le solicitó que le hiciera un masaje para relajarse.

El condenado reconoció haberle hecho un masaje en la cabeza pese a que era absolutamente inusual porque un centro de ese tipo "no es un spa", aseguró que la víctima era "fantasiosa" y dijo en su última palabra que la relación con la joven era buena, que los niños "se creen lo que dicen" y que la víctima la tomó con él como podía haberlo hecho con otro educador. 

La Audiencia destaca que el condenado no negó "de manera vehemente" los hechos cuando el novio de la joven se los planteó ni dio una explicación convicente de por qué se saltó el protocolo y aceptó masajear a la joven.

Crítica a la Policía

La sentencia, ante la que cabe apelación, critica que la Policía que llevó a la menor al juicio por estar en un centro de corrección de menores lo hiciera esposada sin que hubiera riesgo de fuga y más aún que tras apercibirse la presidenta del tribunal de la situacion y pidiera que le retiraran las manillas los agentes se negaran. Se produjo así, según el fallo, "una nueva victimización de la niña con clara infracción de sus derechos".