Una lacra que sufren 1 de cada 5 niños

SOS de la fundación Vicki Bernadet ante el aumento de víctimas de la pederastia

Vicki Bernadet (i) con los premiados, Chelo Alvarez-Stehle y James Rhodes.

Vicki Bernadet (i) con los premiados, Chelo Alvarez-Stehle y James Rhodes. / periodico

Guillem Sànchez

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La sociedad está cada vez más preparada para hablar en voz alta de los abusos sexuales a menores. Las cifras de denuncias policiales que recogen los Mossos d’Esquadra aumentan año a año. También las peticiones de ayuda que reciben entidades sociales como la Fundació Vicki Bernadet, la primera que comenzó a atender a víctimas de la pederastia en Catalunya hace más de 20 años. "Es una buena noticia", subraya la propia Vicki Bernadet. "El problema es que resulta muy doloroso no poder atenderlas a todas". Durante el primer semestre del 2019 más de 700 personas han acudido a la asociación, un 30% más que en el 2018. "Ha habido víctimas que han tenido que esperar un año", lamentan.

Este martes, la Fundació ha hecho desde el teatro Romea de Barcelona un llamamiento a ciudadanos y empresas para que se comprometan con la lucha contra la pederastia y en la atención de los menores que la han sufrido. Según las estadísticas, un 23% de las mujeres y un 17% de los hombres. Los datos a escala europea la cifran en uno de cada cinco niños. "Necesitamos que los ciudadanos quieran hacerse socios de esta fundación y también que las empresas venzan los prejuicios y elijan formar parte de esta lucha. La responsabilidad social corporativa de las compañías sigue esquivando el abuso infantil y prefiere apoyar otras causas que atañen a temas que no son un tabú. "Tienen que ser más transgresoras", resume Bernadet, impulsora de la entidad y víctima de abusos sexuales cuando era niña.

Abuso intrafamiliar

Quien abusó de Bernadet en su infancia no era un desconocido, era alguien de su familia. Este entorno intrafamiliar sigue ocultando la porción más grande de la bolsa de silencio que siempre acompaña el ASI (Abuso Sexual Infantil). Los medios de comunicación, con trabajos periodísticos como el caso Maristas, que hizo aflorar en el 2016 denuncias contra 17 docentes de colegios religiosos de esta hermandad, se han interesado en los últimos años por la pederastia en escuelas u organizaciones católicas, reconoce la fundación. Sin embargo, queda todavía trabajo por hacer con los abusos sexuales intrafamiliares.

Las víctimas que atiende la Fundació son sobre todo personas que han sufrido el acoso dentro del entorno doméstico, y "la figura paterna" emerge con mucha diferencia como el abusador más común, explica Maivik Cabau, directora de la Vicki Bernadet. "Necesitamos que las familias, u organizaciones que las representan como las ampas, se interesen en concienciar y sensibilizar de que estos abusos ocurren".  

Esta asociación, con sedes en Barcelona y en Zaragoza, acompaña a las víctimas del ASI. Pero se centra solo en aquellas víctimas que "tengan recuerdos" de lo ocurrido. "Nosotros no obligamos ni forzamos a nadie a recordar", subraya Cabau. Cuando una persona sospecha que ha sufrido abusos en la infancia, y no es capaz de recordarlo, lo primero que debe hacer, explica la directora, es acudir a un psicólogo.