Los adolescentes duermen menos de ocho horas, lo que favorece la obesidad

LA MEDICIÓN. Un médico mide el perímetro abdominal a un hombre que sufre obesidad.

LA MEDICIÓN. Un médico mide el perímetro abdominal a un hombre que sufre obesidad.

Patricia Martín

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La mayoría de la población relaciona la obesidad y el sobrepeso a malos hábitos de alimentación, pero esta epidemia que ya afecta a tres de cada diez niños (el 14% es obeso y el 20% tiene sobrepeso) también está muy relacionada con los hábitos de vida, con la falta de ejercicio físico o las horas de sueño. De hecho, el exhaustivo estudio Pasos 2019Pasos 2019, realizado por la Fundación Gasol Fundación Gasoly en el que han participado 3.887 niños de 247 centros educativos españoles, pone el acento en las malas costumbres a la hora de dormir como uno de los factores que influyen en esta pandemia.

Y es que casi el 41% de los niños de entre ocho y 16 años (el sector estudiado) no cumple con los hábitos de sueño recomendados por la National Sleep Foundation, entidad referente en la materia, que indica que las personas entre 6 y 13 años deben dormir entre nueve y 11 horas y los adolescentes entre 14 y 17 años entre ocho y 10 horas. El incumplimiento sube al 48% en el caso de los fines de semana, donde los menores españoles descansan por la noche aún menos. La situación empeora a medida que crecen, ya que el tiempo medio de descanso de los adolescentes es de 7,9 horas al día, por debajo de los niveles recomendados, sobre todo en la población femenina.

Poco deporte y muchas pantallas

Los resultados preliminares del estudio -en el que han participado 13 grupos de investigación integrados por 68 investigadores- se presentaron en septiembre y ya alertaron de que la obesidad infantil, que ha crecido en las últimas décadas (1,1% según el índice de masa corporal), está muy relacionada con la falta de ejercicio físico y el aumento del uso de pantallas. Y los resultados son aún más preocupantes que en el caso del sueño. Sólo el 36% de la población infantil cumple con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hacer 60 minutos de actividad física al día. Junto a ello, los menores superan en prácticamente una hora al día la indicación internacional de dedicar menos de 120 minutos al ordenador, el móvil, la televisión o la tablet, y en más dos horas y 40 minutos durante el fin de semana. Es decir, poco ejercicio y mucho sedentarismo frente a las pantallas.

Junto a ello, otro factor desencadenante son los hábitos de alimentación. La adherencia a la dieta mediterránea se ha deteriorado en los últimos 20 años. En la actualidad sólo el 40% de los niños alcanzan un nivel alto de adherencia, mientras que en el año 2000 era el 44%. Siendo el porcentaje entre adolescentes (casi 36%) menor que el de la población infantil (45%). Según la investigación, “demasiados” niños siguen hábitos insanos como desayunar bollería industrial, comer en un restaurante de comida rápida al menos una vez por semana o consumir dulces. Por contra, sólo el 15,9% declara comer al menos cuatro raciones de fruta y verdura al día.

Adolescentes, más infelices

El estudio también evalúa la calidad de vida. En este sentido, arroja que un preocupante 21% de los niños dice sentirse preocupado, triste o infeliz, un porcentaje que aumenta con la edad y en el caso de las chicas. Junto a ello, el estado de salud percibido presenta un mayor deterioro a mayor edad y entre el género femenino.

Por último, la prevalencia de la obesidad infantil es mayor, a mayor porcentaje de pobreza, hasta alcanzar un rango muy elevado, en el que el sobrepeso disminuye drásticamente. Según los investigadores, hacen falta más estudios para saber el motivo pero algunas hipótesis apuntan que estos niños o bien son beneficiados de las becas de comedor o bien la situación económica en su familia no permite la insana comida basura.