EL delicado PRESENTE DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR

El Govern ofrece ahora reducir las tasas el 30% que la universidad lleva años reclamando

El Govern quiere rebajar un 30% las tasas universitarias

El Govern quiere rebajar un 30% las tasas universitarias, tal y como ha explicado Pere Aragonès. / periodico

Carlos Márquez Daniel / Roger Pascual

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Sea por la presión que han ejercido los rectores en los últimos meses, porque la situación económica es algo mejor o porque los únicos socios a la vista en este frente son ahora los ‘comuns’, el vicepresidente Pere Aragonès ha compartido este viernes algo que parecía impensable hace escasos meses: la intención de rebajar un 30% las tasas universitarias. Aunque para ser justos, más que rebajar debería hablarse de empezar a recuperar los precios previos a los recortes, de cuando esa factura subió un 67%. Es, sin embargo, un cartel con trampa, puesto que requiere de la aprobación de los presupuestos del 2020. 

Pasadas las elecciones, llega la hora de los pactos. El primero, y más notorio, ha sido el que han rubricado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para conformar un gobierno progresista. Para ello, necesitarían la abstención en la segunda votación de la investidura de Cs o de ERC. Los republicanos ya se han abstenido esta semana en los presupuestos de Ada Colau en Barcelona. En estas carambola a tres bandas, el Govern empieza a hacer gestos para conseguir que los 'comuns' devuelvan el favor permitiendo aprobar las cuentas catalanas, prorrogadas desde el 2017.

Después de que el jueves hubiera una reunión entre 'comuns' y Govern para retomar la negociación de las cuentas, Aragonès ha movido la primera pieza en este sentido. Como recuerdan los 'comuns', esta fue una de sus 10 demandas para aprobar presupuestos del año pasado. "Era una línea roja a la negociación. Es una muy buena noticia que el Govern se mueva y acepte lo que es un mandato del Parlament para rebajar las tasas universitarias. Seguramente si el Govern se pusiera las pilas en otros temas como las guarderías, las listas de espera o la lucha contra el cambio climático estaríamos más cerca de unos presupuestos sociales", añaden. En la actualidad Catalunya vive de las cuentas prorrogadas del 2017 ya que ni el año pasado ni este ha logrado aprobar los presupuestos.

El anuncio habrá generado saltos de alegría entre las decenas de miles de estudiantes de las universidades catalanas, que pagan los precios más altos del Estado desde que las tasas empezaran a escalar a principios de década y se congelaran en el 2012 con un incremento del 67%. El propio Parlament, en tres ocasiones (una de ellas, a petición de En Comú Podem), había votado a favor de esta rebaja, pero no eran más que resoluciones, o lo que es lo mismo, una manera política y para nada vinculante de regañar al Govern. Aragonès ha explicado que la medida va “en línea con lo que pedían los estudiantes en las calles y los rectores”. Así es. Ha habido numerosas manifestaciones de alumnos y también unión de los máximos responsables de las ocho universidades catalanas, que el pasado 8 de octubre, en el paraninfo de la UB, exhibieron su lucha común contra una situación económica muy delicada. Poco después exhibirían la misma sintonía en una declaración conjunta en la que se solidarizaban con los políticos y activistas sentenciados por el Tribunal del Supremo tras el juicio del ‘procés’.

La rebaja de tasas, de hecho, la quieren ver acompañada de más medios económicos para las facultades, cuya financiación ha pasado de 900 a 766 millones en 10 años. Al día siguiente de hacerse público ese manifiesto de los rectores en el que alertaban de su situación límite, el propio Aragonès anunció un incremento de 100 millones para esta partida. De nuevo, condicionada por la aprobación de las cuentas del Govern del año que viene. Lo que no ha concretado el vicepresidente este viernes es cómo se ejecutará esa rebaja de las tasas. Podría pensarse, escuchadas sus palabras, que la reducción será universal, algo que el secretario de Universitats i Recerca, Francesc Xavier Grau, descartó el pasado mes de febrero. Dijo entonces que la bajada efectiva y global podría ser una realidad en tres años, pero que lo lógico sería empezar por las rentas más bajas, algo que ya se empezó a aplicar, argumentó, en el ejercicio anterior.